Una nutricionista muy clara con los motivos por los que no adelgazas: «Cuando da el bajón...»

«Al final en el día a día comemos un montón de azúcares, ya sea azúcar añadido en productos o azúcar libre. Ya sea de un zumo natural que haces tú mismo con tu propia fruta o de un batido. O también de un exceso de bollitos sanos con fruta triturada«, señala García-Orea. Al final, todo eso desregula la glucosa. Y un exceso de insulina en sangre hace que no perdamos peso, y no nos deja quemar grasa.

También indica que hay un antojo constante por lo dulce. «Quieres comer todo el rato carbohidratos para recuperar la energía, te encuentras mucho más cansado, más fatigado», afirma. Al final, puedes levantarte después de haber dormido una gran cantidad de horas por la noche, pero sentir que no has descansado absolutamente nada. Y esto tiene mucha relación con la hipertensión. «Un aumento de la tensión tiene que ver con un aumento o una desregulación de la glucosa», dice.

De hecho, es muy típico que una persona con cierta resistencia a la insulina haya notado alguna vez esto que os voy a contar ahora: «A lo mejor has desayunado un desayuno dulce, tipo un zumo de naranja con unas galletas o leche con cereales de desayuno. Y de repente, te has ido a trabajar y a la hora y media te da un bajón, y otra vez vuelvo a tener hambre, no lo entiendo, tienes palpitaciones, sudores, necesidad de volver a comer para recuperar la energía porque te sientes debilidad», relata.

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Elisa Escorihuela

Al principio cuando tomas el azúcar te da un subidón, hay dopamina, tienes mucha energía, te encuentras bien, incluso positivo. Y de repente, a la hora y media cuando da el bajón, pasa la hipoglucemia. Sientes todo lo contrario, debilidad, cansancio, hambre de nuevo. «Necesitas comer para recuperar toda esa energía. Entonces, si eres una persona que tiene necesidad de comer cada hora y media, dos horas, si sales de casa tienes que llevar siempre algo en el bolso para no marearte, para no encontrarte mal», apunta. Siempre necesitas comer para tener energía, para moverte, para hacer tu vida cotidiana, realmente tienes que pararte y pensar qué está pasando con tu alimentación.

En ese círculo vicioso nos frustramos porque no perdemos peso. Un exceso de insulina hace que no quememos grasa. «Realmente a lo mejor estás comiendo poca proteína, poca grasa buena que te pueda saciar durante más tiempo y bueno, al final regular esta glucosa«, señala la experta. Si tienes hambre constante, antojos, destaca que los profesionales pueden ayudarte.