Si han conseguido que creas que el limón adelgaza te conviene leer esto
Es rico en vitamina C, tiene pocas calorías y poder antioxidante. Pero, ¿es realmente el limón un alimento casi milagroso?
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El limón adelgaza, el limón quema la grasa, el limón es detox, el limón depura, el limón elimina bacterias... ¿Verdad o mentira? Si hay un alimento que encabeza la lista de mitos alimentarios ése es el limón. Al fruto del limonero se le ... han llegado a atribuir todo tipo de cualidades milagrosas pero lo cierto es que pocas cuentan con evidencia científica, por no decir ninguna. Sin embargo conviene hacer matices, pues la pretensión de este artículo no es echar por tierra el consumo de un alimento con cualidades nutricionales más que contrastadas.
Es cierto, por un lado, que tiene pocas calorías (22 kcal por cada 100 gramos) y tal vez por ello se haya relacionado su consumo con la pérdida de peso. Y también son relevantes sus propiedades antioxidantes gracias a la vitamina C que contiene. Aporta 50 mg de vitamina C por cada 100 gramos de porción comestible. Pero, ¿esto cómo se traslada en el día a día? Pongamos que un limón mediano puede pesar entre 100 y 200 gramos y que no todo en él es comestible, pues habría que quitar la cáscara y consumir la pulpa. Así, en el caso de que se lograsen unos 100 gramos de porción comestibe estaríamos llegando, eso sí, a la mitad del consumo diario recomendado de vitamina C, ya que en esta cantidad se sitúa entre los 95 y los 110 mg al día para los adultos, según recoge el último Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). La cuantía asciende a 105 mg para embarazadas y a 155 mg para madres en lactancia.
Su aporte de vitamina C es relevante, pues contribuye a la formación del colágeno, a la regeneración de la forma reducida de la vitamina A, a disminuir la fatiga y a optimizar la absorción del hierro. Sobre esto último, no obstante, cabe destacar que el consumidor final debe tener claro las combinaciones alimentarias que permiten que cumpla esa función. Aderezar un plato de espinacas o una ensalada de lentejas, por ejemplo, son opciones que permiten mejorar la absorción del hierro «no hemo» de esos vegetales.
También contiene vitamina A, fibra y minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio y el potasio. Gracias a este último contribuye a reforzar el sistema inmunológico y nervioso.
Por tanto, no es que el limón tenga cualidades milagrosas, sino que es uno de los alimentos cuyas propiedades nutricionales lo convierten en una buena opción de la que beneficiarse en el marco de una dieta equilibrada.
El limón, por dentro y por fuera
El flavedo es el nombre científico de lo que solemos llamar cáscara o corteza y su color varía en función de su madurez, desde el verde lima hasta el amarillo chillón. Su aroma es intenso gracias a sus glándulas de aceites esenciales, ricas en terpenos, que además son una barrera contra los insectos y los microorganismos.
El albedo es su capa interior blanca y esponjosa y se caracteriza por ser una buena fuente de pectinas y glúcidos. De hecho su espesor varía según la madurez y la variedad del fruto.
La parte comestible del fruto, a la que llamamos pulpa, es el endocarpo y supone cerca del 70% del peso del limón. Es ce color amarillo pálido y suele dividirse en gajos que esconden pelos endocarpianos formados por pequeñas cavidades que acumulan agua, glúcidos y ácido cítrico y van envueltas por una epidermis interna (endocarpino). Todo esto es lo que se conozce como las bolsas del zumo y cada gajo contiene cientos de bolsitas y también alguna semilla.
La columela o eje central es el flagelo blanco que es la parte central del limón y que es más o menos grueso en función de la variedad del fruto.
Cómo se reparten los nutrientes en el fruto
La pulpa, la corteza y esa capa interior blanca y esponjosa bajo la corteza albergan cada una de las propiedades nutricionales del limón. La pulpa contiene ácidos orgánicos como el ácido cítrico, el ácido málico, el ácido acético y el ácido fórmico; y compuestos fenólicos como los ácidos cafeico y ferúlico que son potentes antioxidantes, según explican los expertos de la FEN (Federación Española de Nutrición), quienes destacan que los componentes más interesantes del limón son los fitonutrientes, en concreto los limonoides, que se encuentran en la corteza. No es raro, por tanto, que la sabiduría popular incluya en numerosas recetas, tanto dulces como saladas, la ralladura del limón.
Además tanto esa capa que se encuentra bajo la corteza como la pulpa contienen flavonoides (citroflavonoides) entre los que destaca la hesperidina, la diosmina, la naringenina y la eriocitrina, que son son compuestos antiinflamatorios que contribuyen a la prevención de enfermedades.
Un fruto disponible todo el año
En España el limón es un fruto de proximidad que se puede adquirir durante todo el año. No en vano, según aclaran desde AILIMPO (Interprofesional Nacional del Limón y el Pomelo), es el primer productor del mundo de limón fresco, con más de nueve millones de limoneros. El que más se consume en España es el amarillo y grande, con una pulpa que apenas tiene semillas y con una cáscara gruesa, un tanto rugosa y muy aromática.
El limón fino es la variedad más común en España y se suele cultivar en terrenos de vega. Su recolección arranca en octubre y se prolonga hasta mayo. Pero además a finales de verano se produce otra floración en el limonero fino que produce los limones rodrejos cuya cosecha se produce al verano siguiente.
El limón Verna es la segunda variedad más importante. Se cultiva en las laderas de las sierras que limitan con las vegas y en terrenos recién transformados. Puede llegar a presentar hasta tres floraciones y en zonas de buena climatología pueden existir frutos durante todo el año.
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