El pescado frito es saludable, siempre que sepas cómo cocinarlo

En contra de lo que de forma tan extendida se ha difundido, Fernando Rodríguez, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, manifiesta que los últimos estudios asocian el consumo de pescado frito a un envejecimiento saludable . Así, en una de las investigaciones se demostró que al aumentar la ingesta de pescado azul, el número de déficits que se van acumulando en el tiempo, con motivo de cumplir años, descienden. Sobre todo, los relacionados con discapacidades y enfermedades. Los resultados de otra línea independiente muestran que aquellos que comían más pescado azul presentaban una menor pérdida de fuerza.

Otro estudio –apunta Rodríguez– relaciona la ingesta de aceite de oliva virgen con un menor riesgo de fallo en las piernas . Incrementar su uso, así como en general una mayor adherencia a la dieta mediterránea, también se asocia a un menor riesgo de fragilidad . Además, «resultados preliminares del consumo de aceite de oliva virgen se asocia a una menor mortalidad», añade. «Se compararon los efectos que tiene comer un alimento frito con ese mismo sin freír y se vio como los que aumentaron el consumo de pescados fritos tienen un envejecimiento más saludable que los que lo redujeron».

Rodríguez señala que a la hora de freír el pescado debemos hacerlo con aceite de oliva virgen y no reutilizarlo muchas veces. Recuerda huir de las harinas blancas refinadas para el rebozado y opta por una harina integral. Calienta el aceite hasta 180º (o muy caliente pero sin que llegue a humear), para después sumergir el alimento hasta que esté cubierto, pero durante el menor tiempo posible para que quede crujiente por fuera y jugoso por dentro. «Es bueno freír el pescado en tandas para que se haga más rápido», añade. Una vez frito, colócalo sobre un papel absorbente y retira el aceite sobrante.

Las autoridades sanitarias –expone el profesor– recomiendan tomar tres o cuatro raciones de pescado (blanco y azul) a la semana . «Lo razonable es consumirlo en diferentes tipos de preparación, incluida la fritura». Recuerda que el pescado es una fuente de proteínas de alto valor biológico, de grasas sanas (omega 3), vitamina D, calcio (sobre todo, el pequeño cuyas espinas pueden comerse), vitaminas y minerales. «Por otro lado, el aceite de oliva es el más sano del mundo, porque es rico en grasas sanas, como las monoinsaturadas (ácido oleico) y en compuestos biológicos activos, como los polifenoles», explica este profesor.

*Estudios mencionados por Fernando Rodríguez:

- El consumo de alimentos (incluido el pescado) fritos en aceite de oliva y el envejecimiento saludable

- El consumo de aceite de oliva y el riesgo de enfermedad coronaria

- El consumo de pescado y ácidos grasos omega en el envejecimiento saludable

- Ingesta de grasas, pérdida de fuerza y litación funcional de las piernas en personas mayores