Microbiota: 10 cosas poco conocidas sobre la influencia de las bacterias del intestino
El equilibrio del conjunto de bacterias y microorganismos que viven en nuestro interior es fundamental para la salud tanto física como mental
Sari Arponen: «La hinchazón abdominal después de comer se da por la alteración en la microbiota»
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Iniciar sesiónPodría decirse que la microbiota es algo parecido a un código de barras que recoge cientos de datos: desde cómo es tu higiene personal hasta cómo te alimentaron cuando eras un bebé pasando por los medicamentos que consumes o la cantidad de ejercicio que ... practicas a diario. La microbiota es el conjunto de bacterias y microorganismos que viven en nuestro interior (no solo en el intestino, sino también en otras partes del cuerpo) y su equilibrio es fundamental para la salud. Su composición depende, entre otros aspectos, de la edad, de la dieta, del país en el que se ha nacido y en el que se reside y del estado de salud.
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Pero además hay otros aspectos menos conocidos sobre estos microorganimos que nos habitan y que conviene tener en cuenta para entender que, lejos de perjudicarnos, conviven con nosotros en equilibrio: nuestro organismo se beneficia de ellos y ellos de nosotros.
1. Más que una flora intestinal es un zoo
¿Flora intestinal? En realidad es más bien un zoo. Según explica Ángela Quintas, química experta en dietética y autora de 'La buena digestión' esa expresión se debe a que hace años se pensaba que las bacterias pertenecían al reino de las plantas, pero dentro del intestino «hay de todo menos flores». De hecho la microbiota, ese conjunto de habitantes de nuestro cuerpo, es más bien un zoo que es único e individual para cada persona.
2. Su papel en la salud es importante
La microbiota puede desempeñar desde una función metabólica, pues degrada una parte de los alimentos, hasta una función de barrera para que los agentes externos no atraviesen la pared intestinal y lleguen al torrente sanguíneo. También aporta una función moduladora del sistema inmunitario e incluso sintetiza algunas sustancias como la vitamina K2 y, en un porcentaje pequeño, la vitamina B12.
3. No solo hay microbiota en el intestino
Aunque el concepto «flora intestinal» se popularizó debido a la publicidad de la industria alimentaria es un concepto reduccionista. Tenemos microbiota en el intestino, sí, pero también en la boca, en la piel, en el líquido de los ojos y en el aparato urogenital. «Tenemos tantas bacterias como células tenemos en el cuerpo. Y viven en total simbiosis con nosotros. Nos ayudan a tener una mejor salud», revela Quintas.
4. Lo que comes puede alterar la microbiota
El consumo excesivo de fármacos (ibuprofeno, antibióticos, corticoides y antiinflamatorios), ultraprocesados (con exceso de azúcares, harinas refinadas y grasas no saludables) pueden dañar la microbiota pues, como explica Ángela Quintas reducen el número total de microorganismos y también su diversidad.
Además, existen evidencias, según la Dra. Sari Arponen , experta en Microbioterapia, del efecto nocivo del alcohol, no solo en las mucosas y en las comunidades microbianas del intestino, sino también en las de la boca.
5. Pero también puedes protegerla con la comida
Existen alimentos que ya tienen probióticos en sí, que son los llamados alimentos funcionales y que son el yogur o el kéfir, por ejemplo. Estos alimentos lo que hacen es ayudar a mantener una microbiota estable. Pero además es importante consumir prebióticos , que son compuestos que nuestro organismo no puede digerir, pero que tienen un efecto en el intestino, ya que estimulan la actividad de los probioticos. Las frutas, verduras, legumbres y cereales los alimentos que tienen mayor contenido de prebióticos gracias a su contenido en fibra.
6. El intestino, el segundo cerebro
Al intestino se le llama segundo cerebro por dos razones, según aclara la doctora Silvia Gómez Senent, médico especializada en Aparato Digestivo y autora de 'Universo microbiota' . Por un lado porque tiene microorganismos que albergan información genética y una biodiversidad que genera sustancias con potencial a nivel cerebral. Y por otro, porque la pared del intestino tiene neuronas. «Solemos asociar la existencia de neuronas al cerebro, pero hay más neuronas en la pared intestinal que en la médula espinal», explica.
7. Los factores internos que más afectan
La obesidad , el sobrepeso , la depresión y el estrés influyen en la microbiota. Y tamién la edad. Como aclara Ángela Quintas, la microbiota se convierte en estable a partir de los cuatro años y en teoría se tiene que mantener hasta más o menos los 75, si no hay factores externos que la desequilibren. El paso de los años, no obstante, es uno de los factores que puede contribuir a su desequilibrio.
8. Señales de alerta cuando hago va mal
La microbiota puede dar señales de que se encuentra en mal estado. Una diarrea continua, estreñimiento crónico o el hecho de que algunos alimentos nos sienten mal a menudo son señales que indican que se ha producido una alteración. Pero también hay que atender a manchas en la piel, eczemas, dolores de cabeza o dolores en las articulaciones, por lo que siempre es aconsable consultar a un profesional, pues suele costar vincular o relacionar estos síntomas con el hecho de que algo no funcione bien en el intestino.
9. Sensible a los cambios hormonales
Los cambios hormonales femeninos afectan a la microbiota. Tal como explica la ginecóloga Annalisa Di Rocco durante la gestación se cambia al menos dos o tres veces el balance de bacterias de la vagina y de la piel. Durante la menopausia se prodcen alteraciones que hacen que disminuya el grosor de la mucosa intestinal. Además, algunas patologías como la endometriosis o el síndrome del ovario poliquístico están influenciadas por el estado de la microbiota intestinal y vaginal.
10. Relación con la ansiedad y la depresión
El estado de la microbiota puede influir en la mente. Existen estudios que, según afirma Quintas, relacionan los estados depresivos y la ansiedad con la alteración de la microbiota.
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