Nutrición
Esto es lo que tienen en común las dietas más peligrosas para la salud
La falta de adherencia y el efecto rebote son los dos factores más peligrosos de las llamadas dietas milagro
M.A | R.A
Aunque cualquier época del año es propensa para empezar una dieta, aquello de que si los propósitos de año nuevo o, claro, la archiconocida operación bikini son momentos en los que muchas personas deciden seguir un régimen para adelgazar. Y hay que tener ... mucho cuidado, pues aunque sea saludable perder peso si no nos sentimos a gusto con nuestro cuerpo, o nuestra salud se resiente, siempre debe hacerse con precaución y bajo las pautas de un profesional .
Para empezar, es importante entender qué es realmente una dieta. Tal como explica Miguel López Moreno, investigador en el CIAL y dietista-nutricionista en TrainingBoutique, una dieta no es más que llevar una alimentación que nos ayude a mejorar la composición, basada en alimentos saludables , poco o nada procesados y pautada por un profesional de la salud. El problema es que, normalmente esta palabra tiene una percepción negativa, ya que se asocia con «un período de tiempo en el cuál debe realizarse una alimentación muy restrictiva, con el impacto negativo emocional y físico que ello supone».
El principal problema de algunas dietas, que se venden como un milagro para adelgazar, es que no consiguen una adherencia, clave en una dieta saludable para poder mantenerla a largo plazo. Algunas de estas dietas nada saludables son muy conocidas, pero no por ello menos peligrosas. Hablamos, por ejemplo, de la dieta Dunkan , que elimina casi por completo los carbohidratos de la alimentación. También, la dieta de la alcachofa, o la dieta de la piña, dos regímenes que se basan prácticamente en un solo alimento.
«En general, las peores dietas son aquellas que son muy restrictivas , al incrementar así el riesgo de deficiencias en nutrientes esencial con los problemas sobre la salud consecuentes», apunta Miguel López Moreno. Pone como ejemplo las famosas dietas détox, que se basan en zumos con la finalidad de limpiar y eliminar las toxinas del organismo, «lo cuál no tiene ningún fundamento científico». Recuerda que los planteamientos dietéticos ya mencionados, que solo se basan en un alimento especifico, están completamente contraindicados.
Si volvemos a la idea de la adherencia a la dieta, esta tiene tanta importancia porque es la clave para evitar el temido efecto rebote . Este lo que consigue es que, tras perder mucho peso, se recupere rápidamente. Además otro peligro es que ese peso perdido tenga su origen en la masa muscular y no la grasa, lo cual debilita incluso más nuestro cuerpo, empeorando la composición corporal. Por esto, es muy importante huir de las dietas milagro y, si se busca adelgazar centrarse en una alimentación sana. El consejo del nutricionista es «volver a recuperar nuestros hábitos previos, en el caso de que fueran saludable y en caso contrario ponerse en manos de un dietista-nutricionista que nos ayude y enseñe a tener una alimentación saludable».
Esta dieta, famosa por ser la causa de muerte de una joven británica de 20 años, consiste en combinar los ayunos con el consumo diario de vinagre de manzana . Los expertos aseguran que combinar ayunos descontrolados con ingestas mínimas y vinagre a diario puede comprometer nuestra salud y agravar enfermedades ocultas o sin detectar, como diabetes, úlcera, gastritis u osteoporosis, entre otras.
La dieta, famosa por ser la seguida por la cantante Adele para perder peso, se caracteriza por ser un régimen hipocalórico que además va acompañado por la práctica de ejercicio y que, como seña de identidad, incluye el predominio de una serie de alimentos que estimulan la formación de sirtuínas . Las sirtuínas son unas proteínas presentes en las células que tienen actividad enzimática, según explica el doctor Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades digestivas (CMED). La dieta cuenta con tres fases: la primera es de tres días y en ese periodo de tiempo se ingieren 1.000 calorías repartidas en una comida sólida y tres batidos vegetales. En la segunda fase las calorías aumentan hasta 1.500 y se añade otra comida sólida, pero se mantienen los batidos. En la tercera fase, que es la de mantenimiento, se aumentan las calorías a 1.800 y se añade una tercera comida sólida, manteniendo igualmente los batidos. Al tratarse de una dieta hipocalórica durante la primera fase se suele perder músculo y sentir debilidad, mareo, caída del cabello, piel seca o uñas quebradizas.
Esta dieta se basa en la cetosis, la transformación de las grasas acumuladas en cuerpos cetogénicos para que puedan ser usados como combustible por nuestro organismo. Este modelo de alimentación, resaltan los expertos que no es saludable, pues promueve el consumo excesivo de grasas y proteínas que sacian mucho, pero cuestan más ser digeridos que los hidratos de carbono. Eso explica algunos de los síntomas del malestar general y efectos adversos que provoca la cetosis, tales como dolor de cabeza y mareos ante la falta de energía, mal aliento y sequedad en la boca, incluso náuseas o incluso vómitos y dolor abdominal, Además, puede llegar a producir sensación de estrés y ansiedad.
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