Sostenibilidad
Cajas de compostaje: todo lo que necesitas para que la tuya sea un éxito
Elegir los residuos adecuados, atención semanal y organizar bien las capas son clave para poder compostar de manera adecuada
Las cajas de compostaje recogen residuos como cáscaras de frutas, de huevo, o papel sin tinta
Las cajas de compostaje son una de las maneras primigenias, más que de reciclar, de reducir al máximo los deshechos que generamos. Y es que, literalmente, es devolver a la tierra lo que salió de ella. La idea es mezclar los deshechos orgánicos que generamos ... con capas de tierra (simplificándolo mucho), para conseguir un abono natural, perfecto para cuidar de un jardín. Aunque hay cajas de compostaje profesionales, de gran tamaño, utilizadas en cultivos y otras grandes superficies, también es posible compostar en casa. Para ello, tan solo hay que seguir unas sencillas pautas, y elegir el método que mejor se adapte a nuestras circunstancias.
¿Qué métodos de compostaje hay?
Para empezar, es importante distinguir, a grandísimos rasgos, entre dos tipo de compostaje: el que incluye lombrices y el que no. En general, explica el doctor Germán Tortosa, del departamento de Microbiología del Suelo y Sistemas Simbióticos de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC) que el compostaje «se basa en añadir restos de comida a una mezcla orgánica que contiene seres vivos (microorganismos o lombrices) capaces de degradar la materia orgánica de los residuos». Pone dos ejemplos de métodos. Por un lado está el 'takakura', «que contiene un material prefermentado que permite transformar de forma continua los restos de comida». También está el compost con lombrices (vermicompostaje), las cuales van comiéndose los restos de comida transformándolos en abono.
¿Podemos tener una caja de compostaje en casa, a 'nivel usuario'?
Explica Beatriz Martín, de la oficina técnica de Composta en Red, que no hay problema con tener una caja en el hogar, y es especialmente buena idea si hablamos de casas con patios, jardines o huertos, pues no solo se podrán compostar los restos de la cocina, sino también podas o plantas secas. Dice Germán Tortosa que, en caso de que contemos con un espacio reducido, lo mejor es optar por tener un cajón con lombrices para hacer vermicompost.
¿Qué necesitamos para nuestra caja de compostaje?
Franco Chiaravini, de Cuidar la Tierra, comenta que, para empezar, sirve cualquier recipiente que pueda tener drenaje y una tapa. «Si es de madera, hay que impermeabilizar con dos o tres manos de aceite de lino o colocando un plástico interior para no dañar la madera», explica. Si hablamos de plástico, dice que cualquier recipiente de al menos 15 litros puede ser buena opción.
Si se utiliza una caja de madera, se impermeabilizar con plástico
¿Cómo se deben poner los residuos, una vez tengamos la caja?
Si hablamos de una caja sin lombrices, la clave es añadir tanto residuos como mojados. «Lo más importante es la proporción entre la materia seca y la húmeda . La materia seca serían las podas, las hojas secas y las ramitas, el césped seco, el cartón, etc. La húmeda: los restos de cocina y los restos verdes de jardín», explica Beatriz Martín.
A la hora de 'montar la caja', hay que seguir una proporción entre lo fresco y lo seco de 2:1. Es decir, cada vez que echemos un volumen de materia fresca, tenemos que añadir la mitad de materia seca. « Otra acción fundamental es la de remover . Es necesario mezclar lo que añadamos con la materia de un poco más abajo. Si mantenemos las proporciones y removemos, el proceso funciona perfectamente», dice la especialista.
¿Qué residuos podemos utilizar en la caja? ¿Y cuáles no?
«Todo lo que venga de la tierra y tenga la menor cantidad de procesos industriales posibles va a la caja», dice Franco Chiaravini.
Residuos que sí: cáscaras, restos de té y café, flores, restos de ensalada sin condimentar, hojas secas, pasto seco, cáscara de huevo partida y papel y cartón, sin tinta.
«Con tinta negra se puede compostar pero en baja cantidad, ya que relentiza mucho el proceso», advierte Chiaravini.
Residuos que evitar: restos cárnicos, huevos crudos, lácteos, sal, aceite y papeles o cartones con muchos colores.
¿Qué cuidados necesita la caja de compostaje, una vez la montemos?
«Es necesario visitar el compostador al menos semanalmente, remover un poco la materia en proceso y comprobar que no tiene ni exceso ni defecto de humedad », dice Beatriz Martín. Para comprobarlo, se puede coger un puñado de materiales y apretar el puño: si cuando sueltas se desmorona está demasiado seco; si chorrea al apretar el puño está demasiado húmedo.
«En el primer caso, si el montón está seco, habrá que añadir más materia fresca o un poco de agua y remover. Si está demasiado húmedo, habrá que añadir materia seca y remover, y si está bien, removemos igualmente para asegurar la homogeneidad del proceso», recomienda.
¿Qué puede hacer que el compostaje no vaya bien? ¿Y cómo podemos evitarlo?
«Puede pasar que haya mucha humedad y que se formen malos olores por ausencia de oxígeno», advierte Germán Tortosa. Para evitarlo, comenta que hay que remover bien el material y añadir un poco de serrín u otro material rico en carbono para que lo absorba.
¿Podemos tener la caja de compostaje en el interior?
Si hablamos del compostaje sin lombrices, debemos mantener la caja en el exterior. Dice Beatriz Martín que la caja tiene que estar sobre suelo, no sobre enlosado ni cemento, por lo que tiene que estar fuera. Si hablamos del vermicompostaje, lo ideal es tenerla en el interior. Aun así, comenta Germán Tortosa que se puede mantener en el exterior siempre y cuando se mantenga en un lugar fresco y con temperaturas que oscilen entre los 20 y 25ºC. «Mucho frío o mucho calor perjudica a las lombrices», advierte.
Una vez compostado, ¿para qué podemos utilizar el resultado?
Los tres expertos aseguran que el compostaje es el abono perfecto para las plantas de casa, del jardín o del huerto.