Por qué algunas personas se estriñen cuando salen de casa y cómo solucionarlo

Patricia Ortega, dietista-nutricionista especialista en alimentación vegetariana y vegana y, patología digestiva, explica que cuando pasamos varios días fuera de casa, o incluso mucho menos, el estreñimiento suele ser algo bastante habitual. Uno de los factores que pueden influir en esto es el cambio en nuestras rutinas: descanso, horarios de trabajo/ocio, actividad física, etc. Pero a nivel alimentario lo que también suele pasar y que podría producir ese estreñimiento es lo siguiente:

1. Solemos reducir la ingesta de agua.

2. Si realizamos comidas fuera de casa, estas suelen contener menos cantidad de fibra ya que puede haber menor consumo de verduras, legumbres, granos integrales, frutos secos y semillas, etc.

3. Podemos llegar a aumentar la ingesta de dulces y alimentos ultraprocesados.

4. También suele haber una tendencia a menor consumo de fruta.

Nuria Coll, experta en salud y nutrición, y CEO de Soycomocomo, indica que «la falta de estímulo biliar es otra de las causas que suelen estar detrás del estreñimiento y también el uso de algunos fármacos», y apunta que más allá de los factores relacionados con la nutrición, el estrés , la depresión y la ausencia de actividad física pueden provocar estreñimiento.

Dado que existen numerosas personas que les cuesta defecar fuera de casa, Patricia Ortega recomienda:

- Intentar mantener la regularidad en los horarios de comidas.

- La hidratación es importante, por lo que recomendaría que no falte una botella de agua en el bolso.

- Intenta que, aunque sea en raciones más pequeñas o en entrantes para compartir, que haya presencia de vegetales en la mesa.

- La fruta, como postre y como snack, siempre va a ser una buena opción.

- Dentro de las actividades que se vayan a planear fuera de casa, que algunas sean activas para evitar el sedentarismo.

- Evitar «aguantar» las ganas de ir al baño. Aquí las mujeres tienen más tendencia que los hombres.

Otra manera de combatir el estreñimiento es a través del ejercicio. Explica la fisioterapeuta Irene Lobón que quienes están muchas horas sentados, pasan mucho tiempo en una postura en la que el abdomen tiene mucha tensión, lo que termina por afectar. «Es una postura que recomendamos romper cada hora u hora y media levantándonos y dando un paseo sencillo», dice y recomienda dos ejercicios sencillos: las famosas sentadillas, así como colocarnos tumbados boca arriba haciendo la bicicleta en el aire.

A la hora de comer, Núria Coll recomienda tomar zanahoria, manzana, plátano y kiwi , «pues son ricos en pectinas, una fibra fermentable muy adecuada para conseguir un buen tránsito intestinal». También menciona la avena y las setas, y las semillas de chía o el lino. «El almidón resistente tipo 3 que encontramos en la patata o legumbres enfriadas también es un gran aliado», añade.

Además de estos motivos nutricionales, hay que buscar la solución también con ayuda de un psicólogo. Ana Gómez Peña, psicóloga general sanitaria, especializada en terapia cognitivo conductual y población infantojuvenil en Instituto Psicológico Cláritas , indica que existe lo que se llama síndrome del intestino tímido, también llamado parcopresis , que es un trastorno de ansiedad, considerado una fobia irracional por muchos considerado de carácter social «ya que el miedo o la vergüenza porque los demás escuchen o le juzguen juega un papel fundamental en la elevación de la ansiedad».

La parcopresis casi siempre suele iniciarse en la infancia y continua hasta que son adultos. Explica la psicóloga que los primeros síntomas aparecen en el colegio y las dificultades que tiene el niño para usar los baños de allí: «La mayoría de las fobias suelen provocarse por un ataque de pánico, situación traumática o sencillamente una situación muy estresante que ocurrió en el baño. Esto provoca que la persona haga un aprendizaje de aquel momento, ocurriendo que, cada vez que acude a un baño público tiene el recuerdo inconsciente de aquel momento, reviviendo de nuevo el estrés y la ansiedad».

Pese a todo, debemos tener en cuenta que es un trastorno que tiene muchas consecuencias en la vida de las personas, dese el ausentismo laboral o estudiantil a rechazar cualquier tipo de actividad social que implique salir de casa, o incluso el dejar de comer durante uno o varios días con tal de no tener que pasar por el baño.

La aparición de estos síntomas no se puede prevenir pero sí se puede reducir la probabilidad de que la fobia se desarrolle y empeoren los síntomas. «Exponerse de forma gradual a la situación y comprobando que no sucede nada, le ayudara a hacer otro aprendizaje más adaptativo, así como pautas de relajación. Es importante que la persona entienda que pautar horarios rígidos para ir al baño y las conductas extremas de higiene dificultará el proceso», comenta.

Algunas pautas que pueden ayudar pueden ser que hable de forma abierta sobre los problemas que está teniendo, así como elegir baños cómodos y que la persona considere seguro y probar actividades que impliquen mancharse como puede ser la arcilla o pintar con las manos.