Luis Herrero
Nadie jamás en ninguna parte
Los sumos sacerdotes de la industria de Hollywood no quieren ser señalados como antiguallas
Luis Herrero
Los sumos sacerdotes de la industria de Hollywood no quieren ser señalados como antiguallas
Luis Herrero
Nada será lo mismo a partir de ahora en el Consejo de Ministros; la vajilla vuela por los aires, se acabó el disimulo
Luis Herrero
No será una moción de censura, sino una reprobación al presidente
Luis Herrero
No he conocido a nadie que exhiba en su escudo de armas los emblemas de la excelencia y el esfuerzo que haya sido una mala persona
Luis Herrero
Nada hay más desgarrador que la pérdida de las personas que amamos. Cada vez que eso ocurre la vida parece perder parte de su sentido
Luis Herrero
El papel de iluminadores de la sociedad lo desempeñan ahora esa casta de comunicadores del 'mainstream' mediático
Luis Herrero
El catálogo de riesgos es casi inagotable. Y da mucho miedo. Ese es el sello distintivo de los tiempos que corren: el pánico al futuro
Luis Herrero
Hay curas pesadísimos que cuando miran a sus feligreses y pronuncian ese fatídico «pueden sentarse», un escalofrío me recorre la espina dorsal
Luis Herrero
Lo que más me gusta de la canción de Shakira contra Piqué es que, de alguna forma, legitima la venganza
Luis Herrero
Que haya una alternativa capaz de desalojar a Sánchez no depende de lo bien que le vaya a Ciudadanos, sino del poco daño que le haga a Feijóo
Luis Herrero
Me tranquiliza saber que verdades trascendentales que nos interrogan desde que nacemos no repugnan a la razón ni son explicables por ella
Luis Herrero
Dorothy, el espantapájaros, el hombre de hojalata y el león cobarde también creían que el Mago de Oz podía satisfacer sus deseos
Luis Herrero
No hay ningún poder del Estado, desde que él se abrazó a la lira de Nerón buscando la sonrisa de las musas, que no esté envuelto en llamas
Luis Herrero
La espera de la Navidad, vista entre las bambalinas del mundo adulto, se parece poco al espectáculo que se contempla desde la platea de la infancia
Luis Herrero
Empecinarse en ganar batallas imposibles es de necios. Y rendirse, de cobardes. Pero a veces no hay mayor acto de valentía que retirarse a tiempo