LIGA BBVA | JORNADA 37
El Atlético, condenado a jugar una auténtica final en el Camp Nou
Las milagrosas intervenciones de Caballero salvan al Málaga, que se adelantó en el marcador y puso un nudo en la garganta a los locales (1-1)
miguel ángel barroso
El psicodrama del Calderón acabó en tablas, lo mismo que el que se vivió en Elche, y Atlético y Barcelona se jugarán la Liga en el Camp Nou . Sufrió el líder lo indecible, pudo perder, pudo ganar y al final empató por obra y ... gracia de Willy Caballero, a quien el Málaga (y el Barça) van a levantar un templo.
El ambiente de título cargó de electricidad el estadio y alrededores como en las recientes veladas de la Champions, con el himno cantado a capela en el paseo de los Melancólicos (tal vez, si el «cholismo» continúa haciéndose fuerte, habría que estudiar un cambio de nombre para la calle) y por supuesto en el estadio, donde un «speaker» repetía las oportunas instrucciones para recibir al equipo: bufandas extendidas y banderas al viento. Todo parecía dispuesto menos un pequeño detalle: el Barcelona está empeñado a perseguir el mismo objetivo que el Atlético hasta el último partido. Un desenlace que habrían firmado los hinchas rojiblancos a principios de temporada, pero que llegados a este punto no deja de ser inquietante. [ Así narramos el Atlético-Málaga ]
Sin Diego Costa, que finalmente vio el partido en la grada por culpa de una lesión muscular, Villa acompañó a Raúl García en la punta de lanza. Una combinación entre ambos jugadores produjo la primera jugada de peligro de la tarde. Un balón largo fue tocado con la coronilla por el navarro, que habilitó a Villa en una situación inmejorable, solo ante Caballero, pero su remate se marchó al travesaño.
El fallo del delantero (o el acierto de la madera) tuvo un efecto pernicioso en los locales, que pasaron varios minutos empanados, permitiendo algunas aproximaciones peligrosas del Málaga, especialmente de Amrabat por banda izquierda. Despertó el Atlético gracias al buen hacer de Arda; cuando el turco tiene el balón en los pies es el anuncio de que algo puede ocurrir, aunque en una jugada de habilidad en el área se pasó de pícaro dejándose caer y ganándose una tarjeta.
Al filo del descanso pudieron los rojiblancos sacudirse los nervios, pero primero Koke remató defectuosamente un buen pase de Juanfran y Raúl García no pudo afinar un cabezazo. A falta de poder celebrar goles propios, la grada se alborozó con un tanto del Celta al Real Madrid que, en realidad, tenía una incidencia relativa en la película que se estaba viviendo en casa propia.
Que las cosas no iban bien para los intereses del líder se vio al comienzo de la segunda parte, cuando cada decisión del árbitro fue contestada y el juego se embarulló. El Málaga conservó la calma, bien asentado atrás y sin mirar apenas al área de Courtois, que realizó su primera parada del partido a los 60 minutos. Caballero sacó una mano salvadora en un remate a bocajarro, pero muy escorado, de Villa. Y la parroquia sintió un nudo en la garganta cuando en un contragolpe Courtois salió a la desesperada para salvar un mano a mano con Santa Cruz. Aquello fue un aviso para lo que iba a venir a continuación.
Una cascada de errores que acabaron con el gol del Málaga. Primero Alderweireld y Miranda no supieron despejar un balón largo que le cayó a Samuel . El jugador malacitano tiró un sombrero por encima de Courtois sin que los centrales pudieran reaccionar, y después empujó el balón a placer al fondo de la portería.
La tensión que vivió el Manzanares a partir de este momento solo es asumible por una hinchada que ya sabe de qué va esto. Salvó Caballero un buen tiro lejano de Diego y, en un córner, Alderweireld se redimió de su despiste en el gol encajado y logró el empate de remate de cabeza.
El choque enfiló hacia una recta final trepidante, en la que Sosa pudo marcar en un libre directo que salió lamiendo el poste y Caballero hizo el paradón de la tarde a un disparo de Adrián que buscaba la escuadra. Fue el último uy antes del choque frente al Barcelona. Dos finales (de Liga y de Champions) en una semana. En la primera, al Atlético le vale el empate para ser campeón.
El Atlético, condenado a jugar una auténtica final en el Camp Nou
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