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Periódico ABC MADRID 05-02-1926, portada
- EdiciónABC, MADRID
- Páginas36
- Fecha de publicación05/02/1926
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MADRID D Í A 5 DE FEBRERO DE 1926 NUMERO SUELTO 10 CENTS. ÍSiS) S ABC DIARIO ILUSTRADO A Ñ O VIGÉ SIMOSEGUNDC N. 7.207) S iS FUNDADO EL i. DE JUNIO DE LUCA DE TENA 1905 POR D. TORCUATO I I UN ASPECTO DE LA HERMOSA B A H Í A D E R I O J A N E I R O EN LA CUAL AMARO AYER EL HIDROPLANO P L U S U L T R A DANTE FRANCO DEL COiUN- LECCIÓN QUE VIENE I DE LO ALTO ¿Cuánto tiempo hacía que los españoles no ejecutaban obras o acciones que estuvieran bien, pero bien del todo, como perfección, como brillante acabamiento y como resonancia universal? El domingo lo dije: VA desembarco en Alhucemas y el vuelo transatlántico son las dos cosas que dan a ICspaña una patente de capacidad que desde mucho tiempo atrás el mundo, con algún motivo, nos regateaba. Son dos cosas bien hechas. (Sin perjuicio de que el lunes un ministro, con la tranquilidad que para esto usan los ministros, repitiese: Yo entiendo que el desembarco en Alhucemas y el vuelo transatlántico etc. Y ri cuánto tiempo hacía que no sonaban en España tantas voces de esperanza, v de fe, tantas exclamaciones de alegría? España era la nación que iba enfermando de la más grave enfermedad que a un organismo dotado de alma puede atacarle. N o creía en si misma. Se tomaba a risa a sí misma. De tal modo, que el que ha seguido hora a hora el proceso de esa deslumbrante hazaña aérea ha podido observar cómo al principio nadie le concedía importancia al propósito, cómo j I. A SEÑORA SURAÍA DI MAR SHEMUN, DE I SIRIA, I ¡E. V LA ÚNICA DELEGADA DE DE LA SU SEXO DE CONFERENCIA PAZ, VERSALLES, QUE HA I D O A LONDRES A TURCOS I P E D I R EL AUXILIO DE INGLATERRA PARA I SU P A Í S I P E R S E G U I D O POR LOS (FOTO MARIN) los periódicos mismos se resistieron a darle proporciones de acontecimiento y cómo eran muchísimas las personas que presagiaban el fracaso y se brindaban a apostar a que no llegan Pero gradualmente el país ha entrado en calor. Tan resistente era España a la afirmación, que ha necesitado que esos hijos suíyos, con la mejor rapidez y perfección ejecutiva, hayan superado lo que los más creyentes esperaban de ellos. En fin, he aquí el milagro: En España ya no es una actitud de mal gusto el entusiasmo. Es el momento de cantar a la acJción, y al deporte, y al afán de batir el record y a la alegría de arriesgar, de emular, de jugarse sencillamente la vida. ¡Cómo iba apelmazándose la raza en un sedentarismo de tipo madrileño burocrático, cafeteril, paseante en corte, aficionado (todavía) a los toros! (Filetes duros con patatas fritas; café con leche en estadas de cuatro horas seguidas sobre sospechosos divanes; polémicas sobre políticos y cómicos; chistes y tomaduras de pelo; vanidad de creerse todos listos; ridicula jactancia como de hidalgos sin hacienda del tiempo de Felipe I V el viva a Gnerrila, a Ectíegaray, a Pérez Galdos, pues daba lo mismo; la manifestación de cincuenta mil almas a Salmerón o al marqués de CSbriñana, que parecía que iba a