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Periódico ABC MADRID 30-07-1925, portada
- EdiciónABC, MADRID
- Páginas36
- Fecha de publicación30/07/1925
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M A D R I D D 1 A 3 Q D E 1 UL 10 D E 1925 NUMERO SUELTO 10 C E N T S F U N D A D O E L i. D E J U N I O D E 1905 P O R D. T O R C U A T O L U C A D E T E N A iiitui AB DIARIO ILUSTRA DO AÑO V GESIMOPRIMERO. N. 7. G 44 2 J g) g CARABANCHEL. EL REFORMATORIO PRl NClPE DE ASTURIAS FACHADA PRINCIPAL DEL E D I F I C I O (F O T O V. MURO) iii! ii) miniii: iii! ÍEL N Í Ñ O D E L I N CUENTE Una visita al Reformatorio Príncipe de Asturias Veníase hablando tanto del Reformatorio de Carabanchel; se habían escrito tantos articules acerca de lo que en la realidad iba a i; er aquel establecimiento; se discutía con tan gran pasión el sistema correccional a seguir, la preparación clel personal a cuyos cuidados se confiaba la enmienda de los recluidos, etc. que decidimos, no con propósito de documentarnos para intervenir en el debate, Dios nos libre, sino con deseo más modesto- -el de informar al público con la lealtad que merece, para que, en definitiva, juzgue con fallo inapelable lo que estime procedente- decidimos, repito, hacer una visita al nuevo Reformatorio. Decimos nuevo porque, en efecto, lo es, a- que se ha inaugurado hace pocos días, y hay dependencias de las que. aún no han sa- lido tos obreros, afanados en dar los últimos toques a la obra de pintura, carpintería, pavimentación, etc. pero conviene recordar que las de este magnífico local, enclavado en la parte más alta del espléndido parque que perteneció al marqués de Salamanca, en Carabanchel Bajo, co; menzarcn hace la friolera dc diez y siete años, pues se puso la primera piedra con ocasión del naenniento del príncipe de- AS turias. ¿Causas del retraso? Miíchas y de muy distinta índole, pues, proyectado para Reformatorio paternal, se pensó, ya en marcha las obras, en destinarlo a fines muy diversos, como hospital, asilo, colegio de huérfanos y, por último, a la corrección de jóvenes enjuiciados. Estuvieron, además, siete años paralizados los trabajos, y a no haber logrado el Sr. García Molinas que el Senado votase un crédito de 900.000 pesetas, tal vez no estaría terminado el edificio, pues no fué la falta de dinero uno de los inconvenientes que menos contribuyeron a retrasar la obra... Pero, en fin, ya se ha inaugurado, y no hay por qué ni para qué hablar de incidentes, rénioras y dificultades pretéritas. Surgieron las que surgen generalmente al paso de los que se proponen dar realidad a un proyecto grande... vY éste lo era. El locali ¡No es la Inquisición, ni mucho menos! Es, realmente, de espléndidas p r o p o r ciones. Enclavado, como ya hemos dicho, en medio de un parque frondosísimo, nadie piensa, cuando se transpone la verja de la puerta que da acceso a la principal avenida de la posesión, que en tal finca existe un correccional. Pero, una vez en éste, la incredulidad aumenta, porque nada hay, en efecto, que nos hable de castigos, ni de penitencias, ni mucho menos de, los horrores a que se han referido los que, desconociendo el régimen, procedimiento y fines de los Tribunales para niños, han creído que la casa de Carabanchel era, con sus caparas de tormento y sus salas de suplicio, algo así como la cárcel destinada a los reos condenados por el Tribunal Eclesiástico que inquiría y; castigaba los delitos contra la Fe... v ¡La Inquisición! N o hay nada de esto, lo repetimos. El palacio- aporque lo es- -tiene dos cuerpos de edificio, que separa la iglesia; la parte anterior, y pudiéramos decir que principal, dedícase a casa de observación a la que se lle a después de atravesar un amplísimo vestíbulo, todo luz y alegría, y subir una escalera de márpiol, como seguramente no existe en ningún otro establecimiento de esta clase. Tres pisos completamente igtiales, y distribuidas- entre ellos, 40 habitaciones, que se- destinan a los detenidos. Cada una de aquéllas tiene una aniplia ventana, sin rejas, por supuesto, que da al parque, y una puerta a la galería; nada de mesas, ni de objetos que hagan pensar en la posibilidad de un encierro prolongado; la cama y una silla. Frente a los dormitorios, pues no son otra cosa, los cuartos de baño, grandes, soleados, con iiistala ión completa y modernísima. En la planta baja de la Casa de Observación se halla el comedor, donde los muchachos se desayunan, comen, meriendan y cenan bajo la vigilancia del inspector; esta dependencia, con grandes mesas de mármol, es también amplia, alta de techo y muy clara y ventilada. Por Liltinio, se hallan igualmente en esta: planta la ropería, la cocina, el despacho del médico director, el gabinete de psicología experimental, la cámara de silencio para observaciones médicas y la de orientación