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Periódico ABC MADRID 02-04-1925, portada
- EdiciónABC, MADRID
- Páginas40
- Fecha de publicación02/04/1925
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MADRID DÍA 2 DE A B R I L DE 1 9 2 5 NUMERO SUELTO 10 CENTS. ü F U N D A D O E L i. DE J U N I O D E 1905 POR D. T O R C U A T O L U C A D E T E N A (ill l ll AB DIARIO ILUSTRADO. A Ñ O V I G E SIMOPRIMERO. N. 6.942) g ü iifi MBLILLA. FORMIDABiLE E X P L O S I Ó N EN EL PUERTO j I EL LUGAR DEL SINIESTRO DURANTE EL INCENDIO, PROVOCADO POR EL ESTALLIDO DE LAS CAJAS DE GRANADAS. AL FONDO, EL VAPOR A L Á Z A R O QUE CONDUJO EL MATERIAL DE GUERRA. (F O T O L U Q U E) EL PARLAMENTO Y LOS PARTIDOS Deseo exponer algunas opiniones intere- santes- -no son mías- -sobre el Parlamentoy los partidos. Lo procuraré hacer con fide- lidad y precisión. Si el autor deL libro de donde voy a tomar las dichas opiniones- -o alguno dé sus amigos- -entendiese que yo había violentado los textos o los había mterpretado torcidamente, desde luego estoy dispuesto a rectificar con toda presteza y, lealtad. Comencemos por el Parlamento y el parlamentarismo. Parlamento y parlamentarismo. El ré- gimen parlamentario es un régimen de falseamientos y mixtificac ones. Los que defienden el régimen parlamentario establecen una distinción previa y salvadora entre el régimen en sí, prístino, puro, y los abusos que la práctica parlamentaria ocasiona. Los abusos y excesos de la práctica dan lugar al parlamentarismo. El Parlamento es bueno el parlamentarismo es detestable. Tal opinan los defensores del sistema parlamentario. ¿Es lógica y exacta esta manera de razonar? De ningún modo. La experiencia dolorosamente enseña- -dice nuestro autor- -que tales, falseamientos, degeneraciones v abusos, no son cosa anormal y remediable, sino que constituyen la esencia del régimen parlamentario, con el cual el ¡parlamentarismo constituye un todo, por ser el resultado necesario, fatal y lógico de los principios fundamentales del sistema, los cuales, dadas las condiciones de la humana uatu ra; leza, no pueden llevarse a la práctica por los hombres sin degenerarse. Y añade el autor: Así, pues, resulta inútil e inocente declararse defensor del régimen; parlamentario puro, y atacar como falsea- mieiito dé éste er parlamentarismo. Tenernos, en conclusión, que la esencia oigámoslo bien- la esencia del régimen; parlamentario és la. falsedad, Las elecciones. -Ld. sinceridad electoral: en el sistema parlamentario es simplemeníe, una utopía. Esa necesaria sinceridacl- es- cribe nuestro autor- esa necesaria since- ridad, merced a la intervención, de los Go- biernos, viene a quedar reducida a, la esfe- ra de las utopías; tanto es así. que. no se. necesita esfuerzo alguno para probar que. no existe en la mayor parte de las nació- nes regidas por el parlamentarismo, p: ÍeSi todo el mundo está conforme en ello, y es- pecialmente en España, donde aún hay quien crea en milagros, aparecidos y apóstoles; pero donde no se encuentra nadie que crea en la verdad de las elecciones. Nadie, es verdad, cree en España en la verdad de las elecciones. El autor dice que supone a todos enterados de cómo se hacen las elecciones en nuestro país. Sí, sí; estamos todos enterados. Y a seguida el autor cita pala- bras de otro autor sobre lo que son las elecciones en España. Son las elecciones en España una verdadera calamidad Pasemos a otro punto. Las mayorías parlamentarias, ¿Cr erk nadie en las mayorías parlamentarias? En ellas se apoya el régimen. Todos sabemos lo que es una mayoría parlamentaria: es una multitud de diputados a las órdenes del ministro de la Gobernación. Las leyes, los debates sobre proyectos de ley, dependen de esos diputados. Y esos diputados combaten y discuten, como es natural, sin fe, porque el resultado es ya de todos conocido; la voz de la maiyoría, eco fiel del ministerio, dará siempre a éste la razón Tal estado de mixtificaciones y engaños, tal dis, paridad entre lo que debia ser y lo que es, tanta corruptela y. tanta, contradicción, no, asusta a nadie; todo el mundo se ha acostumbrado a esta comedia; todos, en mayor o menor escala, al consentirlo, nos hacemos cómplices de tan gran hipocresía. Y no sigo copiando anatemas y merecidos vituperios. Otra materia nos espera. Negocios de todas qlascs. n poco fuerte es este texto; pero mi imparcialidad de historiador me obliga a no suprimir nada. La experiencia enseña- -dice nuestro autor- -que hoy sólo se aspira al cargo de diputado, de representante del país, por las ventajas materiales que produce; en efecto,