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ABC SEVILLA 02-04-2004 página 8
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ABC SEVILLA 02-04-2004 página 8

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8 Opinión VIERNES 2 4 2004 ABC PALABRAS CRUZADAS UNA RAYA EN EL AGUA IGNACIO CAMACHO LA PASIÓN DE CRISTO, DE MEL GIBSON A FAVOR José Luis Losa La Segunda Modernización sigue sin aparecer en las tablas de bienestar; qué realidad tan terca, tan impermeable a la retórica. Los ciudadanos de Andalucía, Castilla- la Mancha y Extremadura son los que peor viven de España LA COLA DEL BIENESTAR AS estimaciones estadísticas sobre la calidad de vida pecan, por lo general, de una imprecisión derivada de la dificultad de medir un factor esencialmente subjetivo, como es el grado de satisfacción de la gente con su confort o su situación personal. ¿Se vive mal, por ejemplo, en Sevilla? Poca gente se atrevería a afirmarlo. ¿Se vive peor en Sevilla que en Vitoria? Más difícil aún de certificar. Y, sin embargo... Sin embargo, el informe anual de la Caixa, un clásico de la estadística española, es taxativo: Los ciudadanos de Andalucía, Castilla- la Mancha y Extremadura son los que peor viven de España, y los de Navarra, Madrid, Cataluña y País Vasco resultan los más favorecidos por el nivel de vida. Los analistas de la Fundación catalana han medido diversos parámetros, como renta, seguridad, sanidad, educación, empleo, transportes, vivienda, entorno o clima, y luego han hecho la media. El resultado es que Navarra, teórico edén del territorio nacional, suspende en... convivencia y seguridad ciudadana. Que se lo cuenten a los cientos de amenazados por el entorno etarra. De alguna manera, el célebre estudio viene a dar la razón a quienes sostienen que el terrorismo y su derivada de inseguridad y amenaza resultan perfectamente compatibles con el desarrollo económico. Hay en el Norte un segmento de población que vive bajo una presión insoportable, pero sus índices de bienestar objetivo resultan impecables, porque disponen de un alto nivel de servicios y de renta. Vitoria es un ejemplo clásico de ciudad equilibrada, dotada de excelentes equipamientos de toda clase y con un alto grado de desarrollo. Pero su gélido clima meteorológico y su áspero ambiente político- social no la señalan precisamente como el lugar que uno de nosotros escogería para vivir. Si nos atenemos a los parámetros más objetivos para definir la calidad de vida, España sigue siendo un país dividido por una diagonal Noroeste- Suroeste, en el que las regiones de menor renta coinciden con las de menos progreso. Es decir, que el desarrollo depende i alguien esperaba una Sevilla capillita echada a la calle de forma intransigente rasgándose las vestiduras por determinadas escenas de la película de Mel Gibson se equivocaba. La ciudad, que lleva cinco siglos representando la Pasión de Cristo, ha aceptado con total normalidad una película muy bien planteada, sobrecogedora en muchos momentos y que consigue unas importantes cotas de calidad. No seré de los que defiendan las escenas gratuitas de violencia que ofrece en determinados momentos, pero tampoco de los que descalifique una película que, más allá de la fuerza de sus imágenes de sangre, muestra la fuerza de los sentimientos en una interpretación memorable de Maia Morgenstern en el papel de la Virgen María, o de algunos de los personajes secundarios. Si a eso se une una banda sonora de calidad y una cuidada fotografía, se puede afirmar que nos encontramos ante una película interesante, que puede ser vista con una perspectiva católica o simplemente como un buen largometraje épico, allá cada cual. En cualquier caso, no cabe duda de que Gibson ha arriesgado en una película que intenta ofrecer un nuevo ángulo de una historia con dos mil años. S L EN CONTRA Federico Casado Reina E sobra conocemos la historia de Jesucristo y no ya por la Biblia, sino por las muchísimas veces que ha sido llevada al cine. Por eso resulta un poco pretencioso por parte de Mel Gibson querer hacer la versión definitiva de la pasión con unos ingredientes muy loables, pero que en realidad no aportan nada a lo que ya conocemos. La brutalidad más extrema- -a veces insoportable y gratuita- -en las imágenes no es necesaria para comprender el suplicio de Jesús, como tampoco son necesarios los diálogos en Arameo, Hebreo y Latín para comprender mejor toda la trama, ni tampoco hace falta crear de forma tan maniquea todos los personajes en el guión, con buenos buenísimos y malos malísimos. Aunque la factura es brillante, los actores magníficos y el planteamiento muy sugerente, no era necesario cargar tan exageradamente las tintas, porque habría surtido el mismo efecto de una manera mucho más sutil; en el término medio está la virtud, así que para contar este drama cinematográficamente, ni el almíbar de Zefirelli en Jesús de Nazareth ni la sangre, los hematomas y los coágulos de Gibson en La pasión de Cristo D directamente del dinero disponible. Nada nuevo bajo el sol... por mucho que ese sol nos favorezca a los andaluces para confortarnos con el consuelo de que tenemos un clima benévolo que compensa nuestro endémico atraso. La Segunda Modernización sigue sin aparecer en las tablas de bienestar; qué realidad tan terca, tan impermeable a la retórica. Cada uno puede fijarse en lo que quiera, pero a mí me resulta particularmente llamativo el clamoroso suspenso que Sevilla cosecha en el apartado de Educación, cultura y ocio Un desnudo y raquítico 1 sobre 10, puntuación máxima que alcanzan Salamanca, Huesca, Baleares, Gerona y Lérida. En renta tampoco andamos mucho mejor: un 2, y en empleo un 3. El único notable es en vivienda ¿cómo habrán evaluado este parámetro? y aprobamos en condiciones de trabajo, se supone que para los que lo tengan, seguridad vial y ciudadana, convivencia y equipamiento sanitario. No son datos para sostener nuestro famoso narcisismo. Incluso Málaga nos sobrepasa en casi todo; ay, las malditas y odiosas comparaciones. En conjunto, el informe de La Caixa desmiente un año más la grandilocuente teoría oficial sobre el progreso andaluz. Esta comunidad sigue pendiente de las transferencias de renta que provienen de ese mismo noreste en el que suenan tambores de secesionismo. La cohesión nacional está vinculada al modelo de Estado que catalanes y vascos están volviendo a poner en cuestión, con notable éxito a juzgar por los recientes resultados electorales. Por eso es más urgente que nunca que la flamante concordia política exhibida en la apertura del Parlamento autonómico se pueda mantener a la hora de acometer la reforma estatutaria propuesta por el presidente Chaves. Y que la plebiscitaria mayoría socialista sostenga los intereses de Andalucía en el reparto del bienestar del Estado. Porque sería muy triste subordinarla a un orden político que amenaza con ahondar la brecha que nos deja en la cola del desarrollo. icamacho abc. es

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