ABC SEVILLA 01-04-2004 página 7
- EdiciónABC, SEVILLA
- Página7
- Fecha de publicación01/04/2004
- ID0004185404
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ABC JUEVES 1 4 2004 Opinión 7 JAIME CAMPMANY Más cosas le diría, pero ya va bien servido con las que aquí se cuentan. Así, que lo dicho: ¡Dios le ampare, presidente! ¡DIOS LE AMPARE, PRESIDENTE! ÚN no ha salido usted del cascarón de la Presidencia del Gobierno en cierne, señor Rodríguez Zapatero; no ha entrado usted en el laberinto de La Moncloa, que no es siempre el de la Fortuna, y apenas tiene creados in péctore los ministros que nos esperan. Todo llegará, y ya pasará usted por delante de la llama que se trajo del altiplano el embajador Chencho Arias, esa que escupe a los visitantes, y más ahora, cabreada como estará por lo que Moratinos quiere hacer con su amo. Todavía no ha sido vuecencia investido con la quinta túnica presidencial de la democracia, cuando ya habrá podido comprobar cuán poca fe tienen los nacionalistas de diverso pelaje en el concepto que usted tiene del Estado y en su sentido de la unidad nacional. Pasqual Maragall, en su delirio épico- lírico, nieto del poeta y sucesor de Jaume I el Conqueridor, se ha calado la Corona de Aragón y se rebela contra las leyes del Estado. Anuncia a los catalanes y a la Nación toda que deja en suspenso la Ley de Calidad de la Enseñanza, como si eso de dejar en suspenso las leyes, incluso las orgánicas, pudieran hacerlo los presidentes autonómicos, y siguiendo la línea descendiente los alcaldes de las ciudades y los monterillas de aldea. Puestos a saltarnos a la torera la soberanía del pueblo español representada en el Parlamento nacional, siempre habrá algún ciudadano expeditivo que quiera dejar en suspenso el Código Penal y darle masculillo a Carod- Rovira, que está como una cabra y que siempre tira al mismo monte, a Puigcercós, a Montilla y a vuecencia misma si se tercia. Poco tardó Juan José Ibarreche en seguir el ejemplo sublime de Maragall, y se dio con los talones en el rabel para declarar que el Gobierno vasco, no sólo dejará en suspenso la mencionada Ley, sino que hará otra a su medida y capricho. Los nacionalistas canarios sublevan también las aulas y pupitres de las Islas Afortunadas. Y su insigne correligionario aragonés Marcelino Iglesias se apareció sobre las aguas del Ebro en la figura de Núñez de Balboa cuando tomó posesión del Pacífico, se posesionó del río y declaró que sus aguas no serán trasvasadas a ningún otro lugar de nuestra geografía y que serán destinadas al mar, que es el morir, o sea, al Mediterráneo como ha sucedido toda la vida de Dios. Su vicepresidente de usted y ministro de Economía, don Pedro Solbes, proclama su complacencia en la contención del gasto del Estado y en eso que los economistas llaman el déficit cero Pero llega Pepiño Blanco y dice que lo que hay que hacer es gastar a tutiplén. Se lo diré a vuecencia en versos de cabo roto, esos que le gustaban a don Miguel de Cervantes, personaje tan de su presidencial agrado. Ha dicho Pepiño Blán- economista gallé- que eso del déficit cé -no va a seguir adelán- Gastaremos a lo grán- porque si no me equivó- se trata de hacer ahó- lo mismo que hizo Felí- llevar a España vestí- con un roto en los calzó- Más cosas le diría, pero ya va bien servido con las que aquí se cuentan. De modo, que lo dicho, señor Rodríguez Zapatero. ¡Que Dios le ampare, presidente! A J. FÉLIX MACHUCA Esperamos con cierta impaciencia que otro socialista con los pies en el suelo del Estado, alce la voz para decirle a Maragall y al tripartito en patines que, para privilegios los de Condado... VIVA EL PATÍN CLARET E L gran caudal de votos socialistas con el que los andalucesayudaronal PSOEacambiar elsigno electoral del 14- M, que fueron tantos y tantos que ya ven en qué crisis agónica está sumergido el partido popular en Andalucía, podría volverse contra los más básicos intereses andaluces, llegándose a la esperpéntica situación de que aquel día votamos a favor de la sonora bolsa catalana y encontrade lataleguilla andaluza. Sila voracidadnacionalista no se aplaca, aquella millonada de votos, una primitiva electoral en toda regla, la ganaron los andaluces para que la disfrutaran los catalinos que, desde Maragall a Artur Mas pasando por Rovira y el presidente de la federaciónde patines, lo celebran con cava y con cara asimétrica. Esa tormenta de votos andaluces que diluvió para hacer del 14- M el dulce y desbordante rincón de la victoria socialista podría convertirse, si los chicos de Zapatero lo consienten, en elcierre dela máquina delcafépara todos. Apiolada la Constitución pasaríamos de la solidaridad interregional a los privilegios excluyentes que reclama la asimetría que defiende Maragall. Veinticinco años de democracia para llegar a eso provoca, cuanto menos, cierta náusea. Con la misma contundencia con la que Pepiño Blanco acaba de sosegar el patio diciendo que el Plan Ibarreche no cabe en nuestro orden constitucional, esperamos con cierta impaciencia que otro socialista con los pies en el suelo del Estado, alce la voz para decirle a Maragall y al tripartito en patines que, para privilegios los de Condado, un vino andaluzque no se pelea con la cabeza y no te hace ver desde seleccionesdefútbol cantonaleshastaconselleren cap ejerciendo de primer ministro del Estado catalán. Esa voz la echamos de menos. Blanco ya ha dicho algo. Pero nos hace faltauna vozqueseponga deListerine hastala misma campanilla y con el timbre sonoro, sereno y contundente de las mejoresvoces del socialismo, salga a la palestra y le cante a Maragall las cuarenta. Esa voz, a lo peor, tiene que ser la de Zapatero, que por su boca se hizo promesa aquel apoyo electoral, atolondrado y oportunista, asegurando que apoyaría en Madrid el acuerdo de la reforma estatutaria que saliera del Parlamento catalán. ¿Y qué puede salir de esa reforma estatutaria? De entrada, sin que aún haya salido del horno, ya vemos que Cataluña puede tener una selección nacional de hockey. Cosa que puede parecernos absolutamente banal. Y es posible que lo sea. Ya lo parece menos que cada autonomía, por el principio legal del moño de la Bernarda, haga con la Ley de Calidad lo que a cada autonomía le salga del moño de la Bernarda. Así comienza una película que nos va a tener entretenidos durante los próximos cuatros años. Una película larguísima que tiene como artista principal al moño de la Bernarda en un país que se puede parecer mucho al moño de la Bernarda gracias al serio sentido de Estado (catalán, vasco y hasta canario) que tienen los nacionalistas. Nadie engaña a nadie. La asimetría no es otra cosa que instaurar una España de dos divisiones: la de los ricos que quieren ser más ricos para comerse su rancho aparte y la de los tiesos, que cada vez lo seremos más para que ellos, los que siempre creyeron que son más que un club y mucho más que una próspera autonomía, sigan vampirizando la aorta de este país al que sólo quieren para desangrarlo. La asimetría no es otra cosa. Por eso el voto masivamente socialista de los andaluces hay que gestionarloen Madrid y Sevillacon prudencia, igualdady solidaridad. Ya le pese a Maragall, a Carod o a un Piqué a pique de un renuncio. De lo contrario asistiríamos, una vez más en nuestra larga historia de primos huérfanos del primo grande de Zumosol, a la esperpéntica situación de que una millonada de votos andaluces valieron para que los catalanes fueran más ricos y los andaluces mucho menos. Sin reforma estatutaria ya tienen una selección de hockey. Aquí no podemos conformarnos sólo con gritar viva el Patín Claret, entusiasmo, por otra parte, que comparto con mi vecino Fernando Barón.


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