ABC MADRID 05-04-2004 página 15
- EdiciónABC, MADRID
- Página15
- Fecha de publicación05/04/2004
- ID0006332898
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ABC LUNES 5 4 2004 Nacional 15 ESPAÑA, BAJO LA AMENAZA TERRORISTA Los cánticos de los musulmanes les resultaron a los vecinos más terroríficos que los propios disparos Estás de los nervios, no te asustes le dice una niña de dos años a su madre. Los niños saben que algo va mal bolsas de agua potable, una provisión de emergencia mientras vuelve la normalidad. Estábamos dentro de nuestra vivienda cuando empezó el tiroteo- -relatan- Nuestro bloque hace una L con el afectado por la explosión. La Policía llamó al telefonillo hacia las seis de la tarde y nos dijo que bajáramos las persianas y dejáramos las ventanas abiertas. Suponemos que ya por entonces se sospechaba que podía haber una bomba. Nos quedamos en silencio y escuchamos el intercambio de disparos, los gritos y los cánticos. El soniquete ése era terrorífico. Sobre las siete y cuarto unos vecinos nos avisaron de que estaban desalojando la urbanización, y nos fuimos. Pero sabemos que se quedó gente, bien porque no fue advertida o porque no quiso moverse. Unos amigos nuestros, por ejemplo, nos han contado que la explosión les tiró al suelo Esta mañana, después de la advertencia policial, los habitantes del edificio que da a la calle Flora Tristán- -el más alejado del lugar de la deflagración- -entran y salen con aparente normalidad. ¿No les han dicho que hay una nueva amenaza de bomba? -No. No sabemos nada. ¿Qué se ve en el patio? -Un escenario de guerra. La Policía científica se ha pasado casi toda la noche rastreando el patio. Lo ocurrido el sábado por la tarde es casi el único tema de conversación entre los vecinos que se asoman al lugar de los hechos, algunos atraídos por la curiosidad, otros porque viven allí. Debajo de mi casa estaba la UVI móvil le relata una mujer de mediana edad a una amiga en las proximidades de los chalés situados justo frente a la urbanización, testigos directos del hospital de campaña que los sanitarios montaron sobre el terreno para atender a los policías que resultaron heridos. Una vecina que viajaba en uno de los trenes del 11- M revive el terror en su barrio ABC MADRID. Algunas personas, como Luisa, no acaban de creerse lo que están viviendo estos días. Ella viajaba en uno de los trenes de la muerte que los terroristas volaron por los aires el pasado 11 de marzo y, aunque logró salvarse, todavía estaba intentando salvar los muebles de su cabeza, reponerse psicológicamente de aquella terrible pesadilla, cuando se encontró con su propio barrio, en Leganés, convertido en lo más parecido a un polvorín. Estaba intentando olvidar los atentados del 11- M, venía de pasar un día agradable con mi hijo en la sierra y, de pronto, me encuentro en mi propio barrio y cerca de casa con todo esto. Estoy un poco aturdida y muy nerviosa y no logro quitarme el miedo de encima afirma. De vuelta a casa Hacia las tres de la tarde, los curiosos se dispersan poco a poco, lo mismo que el morbo, pues empieza a correrse la voz de que no hay peligro de una nueva explosión. La Policía relaja la vigilancia y la gente busca los bares del barrio para tomar el aperitivo, o el camino a casa sin más paradas. Pero todos saben que este Domingo de Ramos no ha sido un domingo cualquiera en Leganés. Según el alcalde de Leganés, no está decidido aún si el edificio afectado debe ser demolido Por otra parte, el alcalde de Leganés, José Luis Pérez Ráez, manifestó ayer que aún no está decidido si el edificio afectado por la explosión del sábado, situado en el número 40 de la calle de Carmen Martín Gaite, deberá ser demolido. Explicó que hay técnicos que abogan por el derribo y otros consideran que reforzando la estructura se puede mantener el edificio Por último, subrayó que, en cualquier caso, será el Ministerio del Interior, por ley, quien se debe hacer cargo de la reparación o construcción, una vez se tome una decisión en función de los informes técnicos. Los tres primeros pisos de este bloque de cuatro alturas están completamente destrozados. Las paredes han desaparecido mostrando el interior de las viviendas, la intimidad desnudada por la explosión. Sólo las columnas le dan cierta estabilidad a esta estructura que se ha quedado con aspecto de castillo de naipes. En uno de los huecos, una solitaria bicicleta estática le da un aire aún más patético a la fachada. Los coches aparcados en la calle de Carmen Martín Gaite están llenos de polvo y escombros.


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