La práctica del piragüismo había cobrado fuerza en Sevilla a raíz de una gesta...
- Fecha31/07/1934
- AutorSin firma
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foto_archivo_Gaitán.jpg Producción ABC. Foto archivo Gaitán.- La práctica del piragüismo había cobrado fuerza en Sevilla a raíz de una gesta protagonizada en agosto de 1934 por Francisco Gaitán Sánchez, un trianero de 19 años, socio del Club Natación Sevilla, al que años más tarde Lorenzo Muñoz habría de calificar como «artista de vocación y deportista de corazón». Gaitán ¿vegetariano, adelantado a su tiempo, perfecto conocedor de los bajos de los puentes y mecánico de profesión¿ se embarcó junto a un compañero de trabajo en una piragua de cuatro metros, la «Cati», que él mismo había construido con trozos de madera y llantas de bicicletas. En ella recorrieron la distancia que separa San Juan de Aznalfarache (Sevilla) de Bonanza (Cádiz), río abajo, hasta abordar sus playas tras tres días y medio de extenuante viaje, durante el cual habían volcado perdiendo los alimentos, el dinero y la escasa ropa que llevaban. Una vez allí fueron detenidos por los carabineros, quienes, incapaces de concebir tal hazaña deportiva, los tomaron en un principio por pistoleros. Sólo gracias a la ayuda del prestigioso reportero Zambrano, de «El Liberal», ¿que los acogió en Sanlúcar de Barrameda, se responsabilizó de ellos y les dedicó toda una página del diario¿ pudieron recuperar la piragua requisada. Y con ella en la baca del coche del periodista viajaron hasta Sevilla, donde fueron objeto de un recibimiento triunfal en «La Punta del Diamante». (Foto archivo de la familia Gaitán)


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