El verano en que se secó el estanque del Retiro
Las filtraciones de agua y el calor casi lo vaciaron en 1935
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En octubre de 2001 se tuvo que vaciar el estanque del Retiro. La causa es que las filtraciones provocaban que se llegara a perder hasta cinco mil litros diarios. La ausencia de sus 55.000 metros cúbicos de agua dejó ver su fondo enlodado en el que aparecieron miles de objetos que se fueron depositando a lo largo de veinte años, desde la última limpieza: 192 sillas, 40 barcas, 41 mesas, 20 papeleras, 9 bancos de madera, 3 contenedores, 19 vallas del Ayuntamiento, 50 teléfonos móviles, una máquina expendedora de chicles, varios carros de la compra, numerosos monopatines, una caja fuerte vacía, sombrillas, además de piraguas y artículos personales como gafas de sol, móviles, cámaras fotográficas y zapatos. Asimismo, aparecieron dos cuchillos de grandes dimensiones, junto con varias riñoneras y carteras vacías.
Las informaciones no decían nada de automóviles o cadáveres, aunque algunas leyendas urbanas afirmen lo contrario.
+ infoLo cierto es que el estanque del Retiro tiene una profundidad máxima de 1,80 metros y una mínima de 0,60 metros. Y muchas filtraciones que causaban la pérdida de agua en verano. Aquél de 1935, el último antes de nuestra Guerra Civil, fue caluroso como suele serlo en Madrid cada año. Las barcas apenas podían navegar por este pequeño mar que sirve de respiro a los madrileños.
La fotografía es de Albero y Segovia, dos magníficos fotógrafos que se asociaron en 1930. Francisco Segovia García (1901-1975) comenzó de aprendiz en el estudio del célebre Kaulak. Félix Albero Trullén (1894-1964) se había iniciado ya en la información gráfica. En los años treinta fueron muy activos en todos los campos, destacando su colaboración con el suplemento deportivo Campeón, de Prensa Española, editora de ABC. Sus fotografías de la Guerra Civil son impresionantes, a la altura de los grandes informadores gráficos. Como ejemplo, su reportaje del asalto al Cuartel de la Montaña.