Las misteriosas fotos de Mata Hari en Madrid
Juan Miguel Sánchez Vigil, catedrático de Documentación en la Universidad Complutense de Madrid, identificó unas imágenes de la bailarina-espía gracias al Archivo de ABC
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El número de abril de 1908 de la revista «La Fotografía» incluyó entre sus páginas tres magníficos retratos de una bella mujer ante un aparador con espejo a la que, curiosamente, no se identificaba al pie. A Juan Miguel Sánchez Vigil, profesor de Documentación de la Universidad Complutense de Madrid, aquel detalle le llamó la atención porque Antonio Cánovas del Castillo, el fundador y responsable de esa publicación, que firmaba sus trabajos con el nombre de Kâulak, cuidaba que todo estuviera muy documentado. «Es muy raro que publicara fotografías y no dijera quién era el retratado. Es ciertamente misterioso», asegura.
«La Fotografía» era una revista «suya, personal», así que si se reprodujeron esas imágenes de la joven en distintas poses fue porque «tuvo interés en publicar esas fotos y no otras», según Sánchez Vigil.
El comisario de la exposición sobre Kâulak prevista para otoño en la Biblioteca Nacional de España explica que dos de esas imágenes ilustraban los artículos «En la galería Kâulak» y «El repentismo en la fotografía», dedicados «a la improvisación del fotógrafo, a su capacidad para interpretar la escena e inventar, es decir, de repentizar».
+ infoNada en esos escritos indicaba que la retratada fuera Mata Hari. Solo en el primero de ellos se aludía a la imagen para destacar la importancia de las actitudes de las personas al retratarse y la ventaja de contar con modelos que posaran sin que apenas tuviera que intervenir el fotógrafo.
Sin embargo, al verlas, Sánchez Vigil recordó otras fotos que había conocido a través de Federico Ayala. El jefe del Archivo de ABC le había mostrado varias imágenes de Kâulak que conserva el periódico, donde el fotógrafo colaboró de forma habitual. Entre ellas, dos publicadas en «Blanco y Negro» en 1975, en un extenso reportaje que firmaba José Altabella sobre el fotógrafo Antonio Cánovas del Castillo, sobrino carnal del insigne político conservador.
+ infoEn esta semblanza sobre Kaulak, se reproducían dos de las tres imágenes publicadas en «La Fotografía». Solo que ahora sí se identificaba a la retratada: «En 1908 realiza "Kâulak" una serie de fotografías a Mata Hari con ocasión de su visita a España. Una gran colección sobre la bailarina-espía que luego publicó en su revista».
Sánchez Vigil cree que aquella sesión fotográfica debió de mantenerse «muy en secreto», porque no figura en las fichas de los clientes del fotógrafo. Al menos, no como Mata Hari ni como Margaretha Geertruida Zelle, el nombre real de esta "sex symbol" de los cabarets parisinos que acabó fusilada por espionaje en 1917.
«Mata Hari debió de seleccionar el estudio de Kâulak en su viaje a Madrid porque la reina Victoria Eugenia se acababa de retratar en él en enero de 1908», especula el investigador. Ubicado en el número 4 de la calle Alcalá, casi esquina con la Puerta del Sol, el estudio Dalton-Kâulak estaba considerado como uno de los mejores de la época, junto con Franzen, y su propaganda se basaba en ser «la fotografía más cara de Madrid, pero también la predilecta del mundo elegante y aristocrático».
Por aquel entonces, la entrada a la galería era el mejor escaparate del fotógrafo. Allí se mostraban los retratos de las personalidades más insignes que habían posado para él. Mata Hari debió de ver entre esos retratos a la reina y mostró su interés por dejarse fotografiar por Kâulak. Éste, al enterarse, recogió el guante de la exótica bailarina y la «invitó» a su estudio. O lo que es lo mismo, no le cobró por esas imágenes que atraerían, sin duda, a nuevos clientes. Así funcionaba el márketing de la época.
El propio nieto del fotógrafo, Juan María Ardizone, que continuó con el estudio de su abuelo hasta los años 90, le aseguró a Sánchez Vigil que «Kâulak puso las fotos de Mata Hari en el portal».
+ infoAquellas sesiones fotográficas constaban de tres retratos: perfil derecho, izquierdo y vista frontal. También la de Mata Hari, aunque en ésta Kaulak quiso experimentar con un espejo, mostrando a la joven de espaldas, reflejada en él. No era la primera vez. «En el "libro de oro", donde le firmaban los retratados y guardaba las primeras pruebas, hay más ejemplos de reflejos en espejos o de gente haciendo gimnasia, cosas muy fuera de la época», apunta Sánchez Vigil.
En la copia que guarda el Archivo de ABC se ve que alguien escribió posteriormente sobre la foto: «Fusilada». Así murió Mata Hari en Vincennes el 15 de octubre de 1917, acusada de alta traición.
Las fotografías que le hizo Kâulak nueve años antes no fueron hechas para publicitar sus espectáculos. Por la indumentaria y los gestos, se ve que eran personales. ¿Con qué propósito se las hizo y por qué Kâulak no quiso identificar a la modelo en su revista?
«Es muy misterioso», insiste Sánchez Vigil, que ha buscado con ahínco los negativos de estas fotografías, sin éxito.
+ infoTampoco ha logrado recabar más información sobre esa estancia de Mata Hari en 1908, años antes de convertirse en espía. Los periódicos de la época ni la nombran, cuando dos años atrás, con motivo de su actuación en el Central Kursaal de Madrid, incluyeron sus fotografías en poses insinuantes, engalanada para hacer volar la imaginación del público que le dedicó «aplausos rendidos».
«La Mata-Hary (sic), en sus bailes sagrados de la India, llama la atención, con justicia, del público más culto», se afirmaba en «Blanco y Negro».
El silencio mediático de 1908 apunta a un viaje de carácter más personal, como las fotografías en Kâulak. ¿Qué vino a hacer a Madrid, cuánto tiempo estuvo y con quién se vio? Más preguntas que alimentan el inagotable mito de Mata Hari.
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