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Maleconazo, 1994: la primera vez que los cubanos se enfrentaron con palos y piedras a la dictadura

Miles de personas salieron a manifestarse en La Habana contra el régimen de Fidel Castro, por la falta de comida y libertades, en las que fueron, hasta esta semana, las protestas más violentas y multitudinarias en la isla desde que triunfó la revolución en 1959

Protestas callejeras, durante el 'Maleconazo', en 1994
Protestas callejeras, durante el 'Maleconazo', en 1994
Israel Viana
MadridActualizado:

La Habana, 5 de agosto de 1994. La comida escasea, las medicinas son difíciles de encontrar, la economía se desangra y los apagones en las viviendas y los hospitales son constantes. Los cubanos están hartos y se lanzan al Malecón a manifestarse. Algunos rompen escaparates, saquean negocios y hasta se enfrentan a la Policía con palos y piedras, en las que fueron, hasta esta semana, las protestas más violentas y multitudinarias de la isla desde que triunfó la revolución en 1959.

Portada del 'Maleconazo', en 1994+ info
Portada del 'Maleconazo', en 1994 - ARCHIVO DE ABC

«Varios miles de cubanos caminaron por el Malecón de La Habana, después de 35 años de dictadura, al grito de ‘Libertad’ y ‘Cuba, sí; Fidel, no’. Pese a la movilización de la Policía y de las Brigadas de Respuesta Rápida, el régimen no pudo impedir que las imágenes de la ‘intifada’, en la que los palos y las piedras del pueblo se enfrentaron a las pistolas de las autoridades, se distribuyeran por los medios de comunicación de todo el mundo», contaba ABC sobre aquellos disturbios que se originaron después de que cuatro embarcaciones fueran apresadas, en el mar, cuando trataban de huir a Estados Unidos de manera ilegal.​

Los enfrentamientos con la Policía se prolongaron durante todo el día y se extendieron hacia los barrios céntricos de la capital, como La Habana Vieja, que en aquellos momentos se encontraban repletos de turistas. Por la noche se organizó una contramanifestación en apoyo del Gobierno de Castro en la que participaron civiles armados con palos y tubos de metal. Al final de la jornada, más de cien opositores al régimen habían sido detenidos y encarcelados y otros tantos habían resultado heridos.

Fidel Castro, en la Cumbre Iberoamericana de 1992+ info
Fidel Castro, en la Cumbre Iberoamericana de 1992 - ARCHIVO ABC

El «final» de Castro

«¿Es el principio del fin de la dictadura de Fidel? – se preguntaba este diario–. Ni los más optimistas se atreven a predecirlo, pero de la magnitud de los incidentes da buena muestra que el propio dictador saliera a la calle. Como bien dicen quienes le conocen, ‘solo sale de improviso en los desastres nacionales’. Y desde ese día, ha multiplicado sus apariciones en televisión para repetir su mensaje favorito: que todo responde a una estrategia perfectamente elaborada por el Gobierno estadounidense para dividir al pueblo cubano y provocar un baño de sangre».

Analisis del 'Maleconazo'+ info
Analisis del 'Maleconazo' - ARCHIVO ABC

ABC se refería a lo acontecido el 6 de agosto, cuando Fidel Castro acudió en persona a la zona de los disturbios para apaciguar él mismo la revuelta en lo que fue un gran acto de propaganda dentro y fuera del país. Allí pronunció un discurso en el que llamó a sus seguidores a «ganar la calle» y a «derrotar a los apátridas» que estaban protestando. El fiscal pidió hasta 60 años de cárcel para veinte detenidos por un delito de desórdenes públicos. Poco después, abrió las puertas de Cuba para que decenas de miles de personas pudieran lanzarse al mar, en frágiles balsas construidas con sus manos, para llegar a Estados Unidos en un acto casi suicida. ‘Estado de emergencia en Florida para prevenir un masivo éxodo de refugiados cubanos’, advertía un titular del 19 de agosto, que se preguntaba de nuevo días después: ‘¿Se acerca el fin del castrismo?’.

Cuando el domingo 12 de julio, cerca de tres décadas después, miles de personas se lanzaron a la calle en varios puntos del país gritando ‘¡Abajo la dictadura!’, muchos cubanos recordaron las del ‘Maleconazo’, como se conoce a las protestas de 1994. Y es que los problemas de Cuba actuales son muy parecidos a los de entonces, pero agravados por la pandemia y con varios muertos que no han sido reconocidos por el régimen. Hasta se activó esta vez un plan de huida de Raúl Castro, con un avión Ilyushin Il-96 que les esperaba en el aeropuerto de Baracoa para volar a Sudáfrica.

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