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«La lentitud de la democracia»: el artículo escrito por Mussolini en ABC contra EE.UU. en la II República

Artículo de Mussolini publicado en 'Blanco y Negro', en 1933+ info
Artículo de Mussolini publicado en 'Blanco y Negro', en 1933 - ABC
Israel Viana
MadridActualizado:

Cuando Mussolini publicó en la revista ‘Blanco y Negro’ este curioso y polémico artículo contra la democracia de Estados Unidos, que por entonces era ya calificada como la más poderosa del mundo, todavía faltaban seis años para que entrara en la Segunda Guerra Mundial en apoyo Hitler, y habían pasado once desde que protagonizó su marcha sobre Roma. Una acción violenta que cogió al mundo por sorpresa y con la que consiguió su preciado objetivo: poner fin al sistema parlamentario italiano e instaurar el primer régimen fascista de la historia.

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Página 2 del artículo de Mussolini en 'Blanco y Negro' - ABC

En ese momento, el autoproclamado ‘Duce’ no era todavía consciente de que su golpe de Estado iba a ser la causa indirecta de que, años después, murieran cerca de seis millones de personas en los campos de concentración nazis, según las cifras establecidas por el Instituto de Asuntos Judíos de Nueva York en 1945, y de que surgieran muchas otras dictaduras europeas de la segunda mitad del siglo XX. «Los camisas marrones probablemente no habrían existido sin los camisas negras. La marcha de 1922 sobre Roma fue uno de los hitos de la historia. El mero hecho de que semejante acción fuera intentada y llevada a cabo nos llenó de ánimo», reconoció el mismo 'Führer', según apuntaba en 1945 el historiador Hugh Trevor Roper en ‘Las conversaciones privadas de Hitler’ .

«Un movimiento político inclasificable dentro de los casilleros del siglo XX», lo definió por su parte Ramiro de Maeztu, en el diario ‘El Sol’ , una semana después de que triunfara la marcha. Lo hizo en un artículo titulado ‘El fascismo ideal’, donde el prestigioso escritor español realizaba una defensa solapada de esta nueva corriente, criticando la libertad de prensa y asociación y aprobando el uso de la violencia como medio para asegurar el bienestar del pueblo, en la misma línea que Mussolini hablaría, once años después, en su artículo. Postulados que hoy serían totalmente censurable, por atentar contra los principios democráticos más elementales.

La Ley Seca

Las críticas de Mussolini iban dirigidas contra la derogación de la Ley Seca y contra lo que él consideraba la «lentitud» de las democracias del mundo, justo en el momento de mayor auge del fascismo en Europa. «Muchas veces se dice que la Constitución de los Estados Unidos es casi imposible de enmendar, pero aquí tenemos una reforma que fue escrita primero en la Constitución y ahora, después de doce años de prueba, se borra de un modo ignominioso», criticaba el «Duce» en los primeros párrafos del artículo titulado «Un ejemplo de la lentitud con que tienen que trabajar las democracias» [Lee el artículo completo: página 1 y página 2 ].

El texto no es casual, se produce en una época de malestar por parte del Gobierno fascista ante el crecimiento de las migraciones –sobre todo desde Sicilia– hacia el continente americano. Hasta 1922, más de siete millones de italianos salieron del país, la mayoría granjeros y artesanos que buscaban una vida mejor. En 1924, una nueva ley restringió la salida a 4.000 personas por año, pero no consiguió frenar la diáspora hacia Estados Unidos que se conoció, sarcásticamente, como «Mussolini Shuttle» (La lanzadera Mussolini).

Barcos cargados de gente, entre ellos delincuentes y sus familias, huían de Italia en un contexto de crisis y paro. Muchos de ellos llegaban a Estados Unidos y se metían de lleno en el negocio de la producción y el contrabando de alcohol ilegal que se produjo tras la aprobación de la Ley Seca. De ahí que Mussolini criticara su derogación en este artículo de 1933. «Yo siempre insistí en la moderación de las costumbres del pueblo italiano. Por esa razón reduje los establecimientos de vinos, regulando también la venta de licores a ciertos días y a ciertas horas. La diferencia entre nuestros dos pueblos en este aspecto es un caso digno de estudio. ¿Por qué los italianos son moderados mientras los habitantes de Estados Unidos crean un extenso problema acerca de la intemperancia de sus hábitos alcohólicos?», opinaba.

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Mussolini (izquierda) y Hitler, durante su reunión en Brenner, en marzo de 1940 - ABC

Lo que irritaba a Mussolini son las mafias italianas que habían aparecido en Estados Unidos cuando se implantó la Ley Seca en los años 20. De hecho, el dictador ya había reaccionado con contundencia contra ese crimen organizado en su país, quienes habían llegado a formar una suerte de poder paralelo que no tenía cabida en la concepción centralista de su Estado fascista. Es decir, que el ‘Duce’ declaró la guerra al crimen organizado por su ambición de poder absoluto, mientras Estados Unidos no habían conseguido atajar en los años en los que estuvo prohibida la venta de alcohol.

Proliferaron los bares ilegales en los que se bebía y bailaba jazz hasta altas horas de la madrugada, mientras las mafias se enriquecían a raudales con la venta de alcohol de escasa calidad. Es por ello por lo que Mussolini no deja pasar la ocasión para criticar al país presidido por Roosevelt . Aseguraba en el artículo que él sólo quería «observar, como simple espectador, lo que ha pasado exactamente y cómo, después de doce años, hay una opinión completamente opuesta» en lo que al consumo de alcohol se refiere. «La única lección que advierto en la derogación de la Ley Seca es la calma con que toda democracia tiene que trabajar. La gente tiene que sufrir mucho antes de unirse para cambiar su curso», añade.