La primera entrevista de ABC a Isabel Pantoja en 1978: «La mujer casada debe trabajar en casa»
La tonadillera tenía 21 años y ni siquiera había conocido a Paquirri, pero ya tenía clara su idea sobre el amor: «Yo creo que el matrimonio y encontrar a un hombre que sea compatible con el ambiente artístico es muy raro»
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Cuando ABC entrevistó por primera vez a Isabel Pantoja, en 1978, la tonadillera tenía solo 21 años y ni siquiera había conocido a Paquirri. ‘La nueva savia del cante’, advertía el titular. Poco antes, su nombre era conocido únicamente por unos pocos aficionados al flamenco en Sevilla y alrededores, a pesar de que había sido ya había sido bendecida por La Niña de los Peines. «Esta niña tiene que ser artista porque lo digo yo, y abro la cuna con mil pesetas», soltó la célebre cantaora durante el bautizo en el barrio de Triana, al que asistieron otras figuras como Juanito Valderrama, Pepe Marchena, Dolores Abril, La Niña de la Puebla y Pepe Pinto.
Su padre, muerto cuatro años antes de la entrevista, había formado parte del grupo Los Gaditanos y alcanzado cierta popularidad en los años 50 con temas como ‘Qué bonita es mi niña’.
Su madre bailó en las compañías de Pepe Pinto y Juanita Reina. En 1978, la joven Isabel comenzaba a despuntar como el último eslabón de una familia de artistas en la que había otros representantes como su primo Chiquetete, quien la invitó a colaborar en algunos de sus discos a finales de los 70.
« Pantoja sabe que es su momento, ese período de tiempo especial en el que todo se ve diferente bajo la óptica del éxito», comentaba el artículo. A continuación, describía así a la cantaora: «Es especialmente inteligente y utiliza una sonrisa que desarma cualquier agresión externa. Es su mejor arma, que maneja a la perfección y suele mezclar con una espontaneidad tan inmadura como natural. Sus veintiún años han llenado tan completamente su profesión que fuera de ella no hay realidades, solo proyectos».
Las ‘incompatibilidades de artisteo’
Es en este momento cuando la entrevista toma un giro inesperado no solo vista con los ojos de 2021, sino también del año en que se está realiza, como demuestra la sorpresa periodista de ABC cuando le pregunta por la profesión de artista con la que ha llenado toda su vida y Pantoja responde:
—No sé lo que significa enamorarse. Todavía no he conocido esa sensación... He trabajado tanto. ¿Qué si merece la pena el amor? Creo que sí, pero el éxito, los triunfos, la gente... Me doy cuenta que no se puede vivir solo de eso, siempre se debe tener un amor y yo creo que también me llegará a mí.
—Estás hablando de un amor definitivo, de esos que ya no se llevan, del mal «rollo», como se dice ahora. Estás hablando de matrimonio.
—Sí, y en cuanto me case, me retiro. Al menos es lo que me gustaría hacer, si es que no necesito trabajar más. Yo creo que el matrimonio y la [posibilidad] de encontrar un hombre que..., que... compatibilice con el ambiente artístico es muy raro.
—¿Después de todo lo que has luchado por estar donde estás piensas sacrificarlo todo por un hombre?
—No es sacrificio. Es que todo tiene su época. Si ahora no me he podido enamorar por causa del artisteo, cuando me case no me puedo sacrificar por las dos cosas. Cuando me case, me gustaría tener a mis hijos y a mi marido y dedicarme a ellos, aunque sé que el gusanillo no se pierde nunca... Dios dirá, pero particularmente pienso que la mujer casada debe trabajar en casa.
—Caramba, eres tan tradicional como tus canciones. Demasiado tradicional para la edad que tienes.
—Date cuenta que la mayoría de todas las cantantes o artistas que trabajan se separan. Siempre tiene que haber algo. Es muy raro que se conjunten con los maridos
—¿Y piensas que eso podría pasarte a ti?
—Claro. Yo, si me caso con un hombre, es para quererlo toda mi vida. Es para quererlo, no para que al mes o al año tenga que decir: ‘Me separo de mi marido, porque se me acabó el amor’».
El primer beso a Paquirri
El vaticinio de Pantoja se hizo realidad en mayo de 1980, justo dos años después, cuando José María Manzanares la invitó a una corrida: «Yo no sabía ni quién toreaba», reveló a Mónica Hoyos en el programa ‘La isla de los famosos’. Tras el paseíllo, el maestro alicantino colocó el capote de paseo en la barrera ocupada por la cantante. Justo después, «vi la mirada de ese señor, mi ‘gordo’ (como llamaba cariñosamente a Paquirri), y cuando se cruzó esa mirada suya con la mía, yo no sé lo que me entró por el cuerpo», añadió.
Al terminar el festejo, la tonadillera acompañó a un amigo fotógrafo al hotel donde se había vestido de luces Paquirri: «¿Cómo te vas a ir sin conocer a Paco?». Y entonces se produjo el flechazo, que ella misma relataba así: «Abrió la puerta de la habitación, con esa cara que no se podía aguantar, moreno, con esa sonrisa, esa camisa de seda natural de anclitas que aún conservo. Tenía una foto de sus niños en la mano. Y me dice: ‘¿Tú eres la Pantoja?. Eso me dio mucho coraje: ‘Si no te importa, Isabel’». Y entonces el torero dijo que era mucho más guapa en persona y empezó a presentarse en sus conciertos.
En la actuación de Madrid, sin decir una palabra, el Paquirri entró en el camerino y, sin decir una palabra, me dio un beso. «Fue la historia de amor más bonita que puedas imaginarte... Pero lo bueno dura poco. Era tal felicidad, tan perfecto todo... Pero la felicidad completa no existe. Yo la tuve. Yo lo conocí un 26 de mayo del 80, me casé un 30 de abril del 83 y se fue un 26 de septiembre del 84. Es la persona a la que más he querido en mi vida, la persona a la que más he amado», reconocía Pantoja. A pesar de lo dicho a este diario, en los cuatro años que duró su romance y matrimonio, la tonadillera sacó cuatro discos con BMG, la compañía de casi toda su vida, y no dejó de actuar.
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