Archivo ABC
Archivo

El estremecedor relato de un superviviente de Annual: «Los moros, con salvaje ferocidad, degollaban sin piedad a los soldados»

El soldado Pablo Molina logró salvarse fingiéndose muerto. Le hirieron tres veces con una gumía y creyéndolo ya cadáver le abandonaron

Recogiendo cadáveres tras el desastre de Annual+ info
Recogiendo cadáveres tras el desastre de Annual
Actualizado:

Málaga, 7 de septiembre de 1921. En el hospital civil de la ciudad se recupera de sus heridas el soldado del regimiento de Artillería de montaña de Melilla Pablo Molina Díaz. Es un superviviente del desastre de Annual ocurrido apenas un mes antes y en el que más de 12.000 españoles perdieron la vida. Este convaleciente, que fue lego en un convento cordobés antes de ingresar en filas, relata para ABC cómo vivió aquel sangriento episodio de la Guerra del Rif.

+ info

Molina comienza contando que el 22 de julio, a las diez de la mañana, se disponía a comer en su tienda de campaña, cuando entró un compañero a advertirle que se notaba enorme confusión en el campamento.

La noticia le sorprendió, pues momentos antes había disminuido el tiroteo de los moros. Al salir de su tienda comprobó que, en efecto, en la posición reinaba el mayor desorden. Junto al parapeto se hallaban el general Manuel Fernández Silvestrey el coronel Gabriel Morales, pistola en mano. El primero, visiblemente descompuesto, replicaba a los que le acompañaban que se retiraran, que no se preocuparan de él y atendiera cada cual a su salvación, recomendando únicamente que se quitara el cierre a los cañones para que no pudieran utilizarlos los moros, caso de que cayeran en su poder.

«Todos -sigue diciendo Pablo Molina- impulsados unos por el miedo y siguiendo otros a los primeros, abandonamos la posición, que fue invadida por los moros, que armaban un ensordecedor griterío. Grupos de harqueños y de la Policía indígena, apostados a ambos lados del camino por el que teníamos que pasar los fugitivos, disparaban sin cesar sobre nosotros en una trágica cacería. Más de la mitad de los soldados, jefes y oficiales quedaron muertos en aquel lugar. Los que milagrosamente salimos con vida llegamos a la posición de Dar-Drius, donde pernoctamos. Pero al día siguiente, 23, la situación en aquel punto se hizo tan crítica como en Annual, y tuvimos también que evacuar Dar-Drius.

Estado en que se encontró la posición de Dar Drius tras ser recuperada meses después por los españoles+ info
Estado en que se encontró la posición de Dar Drius tras ser recuperada meses después por los españoles

En esta posición había unos 5.000 hombres que emprendieron la retirada hacia Melilla.

A poco de haber salido nos salió al paso un grupo de unos 200 moros, y a cierta distancia de éstos distinguimos grandes núcleos de enemigos. Los primeros, aparentando una actitud pacífica, se acercaron a nosotros, creyéndolos moros amigos, no nos apercibimos a la defensa. Esta confianza nos fue fatal, pues los moros, cuando ya sólo les separaba de la columna unos 50 metros, abrieron contra nosotros un nutrido fuego.

La sorpresa produjo entre nosotros una espantosa confusión, que aprovechó el enemigo para lanzarse a un violento ataque al arma blanca.

Los moros, con salvaje ferocidad, degollaban sin piedad a los soldados.

El acemilero que guiaba a la mula que montaba yo fue herido por un moro y rematado por otro con gran saña. Yo empuñé el machete y di muerte a uno de los moros, que, en la lucha, me cortó un dedo: con la sangre que me manaba de la herida me ensangrenté la cara y echándome al suelo, me fingí muerto. Llegó junto a mí otro moro, y después de inferirme tres heridas de gumía, me abandonó, creyéndome ya cadáver.

Oficiales heridos en el hospital de la Cruz Roja de Melilla+ info
Oficiales heridos en el hospital de la Cruz Roja de Melilla - José Zegri

Poco después una sección de Infantería me recogió y en su autocamión fui llevado a Melilla».

Pablo Molina Díaz era de Ciempozuelos. Presentaba una herida de bala en la mano izquierda y tres de gumía en la pierna del mismo lado, según detalló el periódico.

Ver los comentarios