¿Dónde están las 600 obras desaparecidas de Van Gogh? El gran misterio de la historia de pintura

En 2010, el espectacular robo de cinco obras de Pablo Picasso, Henri Matisse, Amedeo Modigliani, Georges Braque y Fernand Léger del fondo del Museo de Arte Moderno de París, por un valor que oscila entre los 100 y los 500 millones de euros, relanzó de manera espectacular el incendiario debate sobre la seguridad de los grandes museos. Seis meses después era la Policía Nacional española quien difundía las imágenes de los cuadros robadas más buscadas del mundo, algunos sustraídos varias décadas antes y otros con rúbricas tan importantes y reconocidas como las mencionadas anteriormente, además de otros genios como Rembrandt, Velázquez, Sorolla y Cézanne.

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Según la Policía Nacional, una de las piezas investigadas perteneciente a este último pintor, el óleo ‘Auvers Sur Oise’, robada en enero de 2000 del Museo Ashmolean de Oxford (Reino Unido), estaba valorado en 4,8 millones de euros.

Diez años antes se habían sustraído diez obras maestras valoradas en 250 millones del museo Gardner de Boston, entre ellas ‘Storm on the Sea of Galilee’, un lienzo de Rembrant de 1663. Y también ‘El Santero de la Cofradía’ de Sorolla y ‘Lady with a Hat’ de Toulouse Lautrec, robadas en Valencia e Italia, respectivamente.

Sin embargo, el rey de los artistas víctimas de robos y desapariciones misteriosas es Van Gogh. En la misma noticia de 2010 se citaban ‘Brooms and Red Poppies’, sustraída en Giza (Egipto), y ‘View of the Sea at Scheveningen’, robada del Museo que lleva el nombre del artista en Amsterdam. Pero el dato más sorprendente lo aportó ABC el 25 de abril de 1998: «En la correspondencia con su hermano, Van Gogh habla de 1.730 cuadros y dibujos, de los cuales 450 se encuentran en paradero desconocido. El investigador Antonio de Robertis revela que en el catálogo del pintor realizado en 1970 existen 507 obras de las que nunca habló, y al menos un centenar son falsificaciones».

668 cartas

De Robertis se había hecho célebre en los años anteriores al denunciar la presunta falsificación de los ‘Girasoles’, que habían sido adquiridos en 1987 por la compañía japonesa Yasuda por 5.069 millones de pesetas. También fue polémica su opinión sobre ‘Jardín de Auvers’, que también calificó de falso justo en el momento en que iba a subastarse por unos 5.000 millones, en 1996, y cuya venta se canceló. En el momento de la publicación de este artículo dos años después, el experto italiano anunció que había tardado tres años en rastrillar las 668 cartas de Van Gogh a su hermano Theo, escritas entre agosto de 1872 y julio de 1890, con el objetivo de inventariar las obras a las que alude el pintor.

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La sorpresa de De Robertis al concluir su estudio fue mayúscula, ya que de las 1.730 obras citadas en las cartas, no había quedado rastro alguno de esas 450, es decir, más de la cuarta parte. Si a estas se sumaban las 150 obras juveniles tradicionalmente consideradas como perdidas, el número de obras desaparecidas de Van Gogh ascendía a 600. «Alguien puede tener un tesoro sin saberlo», advertía ABC.

De las 507 obras del catálogo Hulsker que el pintor no cita en la correspondencia con su hermano, 203 se encontraban ese año en el Museo Van Gogh de Amsterdam. Ese hecho resultaría suficiente para certificar su autenticidad, algo que no ocurría con las 304 restantes que estaban en manos de coleccionistas de todo el mundo. «Según las conclusiones de De Robertis, la cifra total de su producción, de acuerdo a los datos arrojados tanto por sus cartas como por el catálogo, resulta de una enormidad ni siquiera creíble en un pintor tan prolífico como el autor del ‘Retrato del doctor Gachet’», añadía la noticia.

En busca del lienzo perdido

El profesor De Robertis no se limitó a calcular el número de obras perdidas de Van Gogh, sino que también intentó establecer una lista de las que podían ser recuperadas. De las 450 obras identificadas por las cartas y en paradero desconocido, 158 eran óleos y 292 son dibujos. Su estudioso sostenía que, al menos, un centenar de esos lienzos podían ser reencontrados y que una cifra cercana a 222 dibujos estaban en circulación. El citado Sherlock Holmes del arte calificaba de recuperables estas pinturas gracias a las pistas dejadas por los protagonistas de su dispersión, por un lado, y los testimonios dejados por los protagonistas de la agitada vida de nuestro protagonistas: marchantes, intermediarios, amantes, amigos y familiares.

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El profesor De Robertis buceó a la vez en tres grupos fundamentales de obras dispersas. Uno era el de las 500 obras dejadas por el pintor a su madre en tres casas de Bréda antes de partir para Amberes en 1885, de las cuales fueron recuperadas unas 270. El segundo grupo, otras 500 piezas heredadas por la mujer de Theo a la muerte de este en 1891, de las que 311 fueron reenviadas a Holanda, mientras que el resto fue destruido o malvendido en la capital francesa. El tercero lo componían las obras que Van Gogh pidió a su hermano que destruyera, aunque el investigador creía que Theo no cumplió con su deseo.

Las noticias sobre la obra perdida del pintor neerlandés son continuas casi desde su muerte en 1890. Hace tres años, expertos holandeses confirmaron el descubrimiento de una nueva obra de Van Gogh, ‘La colina de Montmartre con una cantera’, un dibujo que el artista comenzó cuando estudiaba en la academia de Amberes y terminó en París en marzo de 1886. Como resultado de este descubrimiento, otro trabajo de título parecido, ‘La colina de Montmartre’, del mismo año, que antes había sido rechazado como un verdadero, se atribuyó finalmente a él.

«Los dos dibujos están claramente hechos por la misma mano y el estilo está relacionado con los dibujos modelo que Van Gogh hizo por primera vez en Amberes y luego en el estudio de Cormon en París», afirmó Teio Meedendorp, investigador principal del Museo Van Gogh. Ambos parecían estar hechos a unos cincuenta metros de distancia y los materiales utilizados eran idénticos.

Desde que en 1970 se hizo un último catálogo de Van Gogh, se han descubierto nueve dibujos y siete pinturas del artista holandés.