Así desveló ABC los secretos de las moles blindadas nazis: «Los tanques los conducen niños de 19 años»
En 1943, Fernando Torres visitó el campamento de una división panzer y compartió una sencilla clase sobre doctruna acorazada con sus integrantes

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El frente ruso fue más que una piedra en el camino para las temibles divisiones blindadas del Tercer Reich. En 1941, los carros de combate germanos se vieron obligados a enfrentarse a tanques más pesados como el popular KV-1. Moles imposibles de penetrar por los cañones de sus panzer. Sin embargo, contaban a su favor con una doctrina, la ‘Blitzkrieg’, que les permitió avanzar a pasos agigantados a través de la Unión Soviética durante su primer año en la estepa. Aunque aquello no fue más que un espejismo. Poco después, en 1942, el frente se estancó y, tras unos meses, comenzaron las contraofensivas de Stalin.
+ infoFue en esos tensos días de 1943 cuando un periodista de ABC pasó una jornada ‘empotrado’ –como se suele decir en jerga militar– en el corazón de una división panzer.
El reportero en cuestión, Fernando Torres, explicó sus conclusiones en un artículo publicado el 21 de abril. El titular era tan breve como descriptivo: ‘Tanques’. Y, ya desde sus primeras líneas, entraba en materia: «Una división blindada del Ejército alemán puede ocultarse en cualquier parte. Parece inverosímil por sus formidables proporciones, pero es así. De repente se interrumpe la monotonía blanca de la estepa rusa para dejar paso a la mancha confusa de unos cuantos pinos y allí, cobijados a su sombra, reposan los tanques».
Niños sobre cadenas
Torres comenzó su jornada con los caballos acorazados de ‘Wehrmacht’ de la mano de un capitán que le guio hasta el seno del campamento. «Me acompaña al oculto refugio de una de estas colosales unidades», explicaba. Él era el único reportero, aunque iba acompañado de una comitiva formada por amigos y familiares de los ‘tanquistas’. En el camino se toparon con las inevitables cicatrices que dejaba la Segunda Guerra Mundial: «Hay tanques achicharrados, calcinados, convertidos en un informe montón de hierros retorcidos por la acción inexorable de las enormes bombas de aviación o de los proyectiles de los cañones antitanque». Cadáveres metálicos, en definitiva.
Lo que le llamó la atención de Torres fue que aquellos restos no eran el triste resultado de una batalla cercana, sino «de material soviético aniquilado en los días ya lejanos de la conquista»; aquellas jornadas de 1941 en los que el Tercer Reich pisaba como un gigante sobre el territorio ruso. Aunque no eran los únicos. «Otros, naturalmente, pertenecen al ejército alemán. Es fácil diferenciarlos sin tener muchas nociones de la producción de guerra porque, junto al lugar que quedaron destruidos estos últimos, se alzan casi siempre las modestas tumbas de sus ocupantes», añadía el periodista de ABC.
+ infoPoco después, la comitiva arribó al refugio de los panzer de Hitler en la estepa rusa. «El camino se abre al fin ante nosotros en una encrucijada de pequeñas veredas, una de las cuales conduce al campamento improvisado de la división blindada», escribía Torres. Llevaban tiempo escondidos, y lo supo gracias a que no había huellas de cadenas en la nieve. Al español le sorprendió el espectáculo que se presentó ante él: «Unos barracones construidos al estilo finlandés sirven de vivienda a los conductores y auxiliares de los tanques. En su interior los soldados del Reich charlan animadamente y pegan en las paredes grandes retratos del ‘ Führer’».
Torres vio también que hombres escuchaban la radio con gran interés. «Esta les lleva, a través de miles de kilómetros, las voces más sonadas de las otras armas», añadía. El retrato robot que hizo de aquellos ‘tanquista’ demuestra que no eran veteranos curtidos. «Visten todos su gorro, campea una calavera sobre dos tibias cruzadas. […] Lo que más me sorprende de ellos es su extrema juventud. Muchos barbilampiños que en atuendo civil parecerían estudiantes de Bachillerato. Esos son los que se juegan diariamente la vida encerrados en el oscuro recinto del tanque con los nervios en tensión perpetua, vigilante la mirada a través de la estrecha rendija en acecho de un enemigo que tienen que ver antes que nadie», explicaba.
Los secretos de los panzer
Después de una rápida ‘tourné’ por el campamento, el periodista recibió una clase magistral del oficial que le acompañaba: «El capitán alemán que va conmigo me explica los diversos elementos de que constituyen una división blindada». En primer lugar, le describió la función de los pequeños vehículos de asalto: «Son diminutos como ratones y rápidos como centellas. Tienen la misión más audaz de los golpes de mano. El ataque por sorpresa que ha de producir el pánico en las filas soviéticas». Después le explicó los pormenores de los blindados más grandes: «En los pesados tanques de cadenas, de proporciones ciclópeas, suelen ir hasta veintitantos hombres entre conductores, auxiliares y servidores de ametralladoras». Es de suponer que se refería a los escasos modelos superiores a los ‘King Tiger’.
Repasados los tipos de carros de combate, empezó la clase sobre estrategia. «En el combate toda la división blindada ejerce la acción conjunta, sin fricciones. Cuando se trata de asaltar una población, un grupo de casas, los tanques ocupan la primera línea, mientras están cayendo aún las últimas granadas de la artillería. Se desencadena entonces, alrededor de su colosal masa, un verdadero infierno de humo y pólvora». La sinfonía, en sus palabras, era acompañada de un repiqueteo constante de las ametralladoras MG-42. Armas famosas por su característico sonido y por sembrar el terror en las filas enemigas. «Es entonces cuando los tanques avanzan, y avanzan…», sentenciaba Torres.
+ infoAl anochecer, Torres se despidió de sus nuevos colegas: «Pronto terminará el descanso de esta división de ‘panzer’. El frío del invierno, que puso grandes obstáculos al buen funcionamiento de sus motores, se va templando ya. En breve se lanzarán por los caminos de la guerra estos monstruos de acero, terror de los bolcheviques, en cuyo interior muchachos de 19 y 20 años acaban de aprender la primera lección de su vida». En la actualidad resulta imposible saber qué división visitó el reportero de ABC o el lugar exacto en el que se hallaba. Huelga decir que le resultó imposible publicarlo para evitar que sus integrantes fueran atacados. De lo que estamos seguros es de que su artículo supuso una instantánea de primera mano de sus integrantes.