Isabel II, la inglesa que enterró (oficialmente) el hacha de guerra con España
En octubre de 1988, la soberana realizó el primer y único viaje oficial a la Península en la historia de la Casa Real británica
Isabel II de Inglaterra, reacciones a su muerte y última hora en directo
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La Reina Isabel II se hizo cargo, el 6 de febrero de 1952, de una corona (la de Gran Bretaña, norte de Irlanda, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) que su padre Jorge VI arrojó sobre ella tras su repentina muerte. La soberana sumaba solo 25 años, pero en su cabeza tenía muy claro lo que esperaba de su reinado. En una de sus primeras alocuciones públicas, prometió que «voy a dedicar mi vida entera a vuestro servicio. Deseo pedir a todos cualesquiera sean vuestras creencias que roguéis sinceramente a Dios por mí».
Mucho ha llovido desde entonces, crisis, tempestades y también muchos éxitos, pero sin duda el balance general es positivo para una institución que incluso ha cerrado las heridas históricas, Gibraltar mediante, con España.
«Desde entonces, tal promesa se ha traducido en dos largas décadas de trabajo sin desmayo. Popular hasta el fervor, respetada por todos. Isabel II ha encarnado, desde que llegó al trono, una Monarquía moderna y a la vez tradicional, pero adaptada perfectamente a las necesidades del presente. La Reina ha sido, además, un símbolo de dedicación excepcional hacia su pueblo, pocos Monarcas británicos han sabido ofrecer un ejemplo semejante en el cumplimiento del deber», escribió Juan Balansó el 16 de octubre de 1988 en las páginas de Blanco y Negro con motivo del primer y único viaje oficial de una Reina de Inglaterra a España.
+ infoLa proclamación de la Segunda República, la dictadura franquista y lo delicado del contencioso por Gibraltar retrasaron hasta el 17 de octubre de 1988, fecha en la que la Reina Isabel II y su marido, Felipe de Edimburgo, visitaron Madrid, Sevilla y Barcelona, la normalización de unas relaciones que históricamente han sido muy complicadas, pero familiarmente han sido eran estrechas. Y es que más allá de las guerras entre España e Inglaterra, las casas reales de ambos países han mantenido una fructífera relación a lo largo de los siglos.
La visita
Tres princesas reales inglesas han ocupado el trono de España, incluida la esposa de Alfonso XIII, y cuatro princesas españolas han ceñido la corona inglesa: Berenguela de Navarra, esposa de Ricardo Corazón de León; Leonor de Castilla, que se casó con Eduardo I; Juana de Navarra, mujer de Enrique IV; y Catalina de Aragón, célebre (y repudiada) esposa de Enrique VIII. El propio Don Juan Carlos es nieto de una princesa inglesa, al tiempo que Doña Sofía tiene sangre compartida con el fallecido Duque de Edimburgo.
+ infoTanto Carlos I como su hijo Felipe II estuvieron en Londres, huéspedes de sus colegas británicos durante el siglo XVI, pero el primer monarca británico reinante que visitó España se hizo esperar hasta la Reina Victoria, en marzo de 1889, si bien lo hizo con el objetivo privado de verse con la reina regente doña María Cristina en San Sebastián. Alfonso XIII visitó poco años después Londres, en 1905, en una comitiva de carácter estatal, pero que, como todo en la vida del Monarca, sirvió más bien para sus propósitos privados. Allí conoció a su esposa, la nieta de la Reina Victoria.
Eduardo VII devolvió la visita de Estado en 1907, si bien por protocolo oficial tuvo que desarrollarse en el mar, frente a las costas murcianas para evitar una epidemia de fiebre tifoidea, a bordo del buque Numancia. Jorge V, siendo príncipe de Gales, se desplazó también a Madrid en 1906, y en 1931 los futuros Eduardo VIII y Jorge VI (padre de Isabel II) visitaron la Coruña para inaugurar un monumento a los ingleses caídos en la Guerra de Independencia.
+ infoDon Juan, padre de Juan Carlos, estrechó aún más los lazos de la Familia Real con Inglaterra durante el exilio. Al igual que Alfonso XII, el Infante sirvió en una academia naval británica y mantuvo siempre grandes amistades de esta nación. En la década de los setenta, el Príncipe de Gales Carlos y su hermana Ana acudieron a Andalucía, al tiempo que las Infantas Elena y Cristina se dejaban ver por las islas. En esas mismas fechas, Mallorca se convirtió en un destino predilecto para algunos miembros de la casa real británica.
No obstante, las dificultades políticas impidieron, una y otra vez, que se produjera la anhelada visita de Estado por parte de un Rey británico sobre suelo español. Tras superar una serie de rifirrafes por la herida de Gibraltar, en 1986 Don Juan Carlos y Doña Sofía viajaron oficialmente a Reino Unido para calmar las aguas. Ahora sí, la Reina Isabel cerró el círculo con su visita oficial a España dos años después.
El entonces Príncipe de Asturias, hoy Felipe VI, fue el encargado de esperar a la pareja real en el aeropuerto de Barajas para acompañarlos al palacio de El Pardo, donde, junto a los soberanos de España, recibieron honores de ordenanza antes de almorzar en la Zarzuela. Además de depositar una corona de laureles en el monumento a los caídos por España y de visitar el Ayuntamiento de Madrid y el Congreso de los Diputados, los Reyes británicos tuvieron tiempo de comer en la Moncloa, donde actuó de anfitrión el presidente del Gobierno, Felipe González. Fuera de Madrid, la pareja real acudió a Sevilla y luego a Barcelona.
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