Hazte premium Hazte premium

Absuelven a un niño negro de 14 años ejecutado en 1944 en EE.UU.

Setenta años después, la condena de George Stinney ha sido anulada

Absuelven a un niño negro de 14 años ejecutado en 1944 en EE.UU. ARCHIVO

ABC.ES

Hace setenta años, el pequeño George Stinney se convirtió en la persona de menos edad en ser ejecutada por el gobierno de los Estados Unidos. Y es que, a sus escasos 14 años, fue condenado A la silla eléctrica por asesinar a dos niñas en Carolina del Sur. Sin embargo, hace pocos días una juez ha anulado la sentencia alegando que, muy probablemente, las autoridades le forzaron a confesar el crimen.

Tal y como explican varios diarios internacionales como la versión digital del diario « The Independent », el presunto asesinato del pequeño se sucedió en 1944, año en el que fue acusado de acabar con la vida de dos niñas blancas tras golpearlas repetidamente en la cabeza con una barra de hierro. A pesar de que de las hermanas del niño declaró haber estado con él en otro lugar en el momento en el que se sucedieron los hechos, fue detenido.

Posteriormente, fue interrogado por las autoridades, momento en el que afirmó que él había cometido los asesinatos. Sin embargo, sus familiares señalaron en su momento que el pequeño estaba tan asustado que habría dicho lo que fuera a los agentes. En menos de tres meses, el jurado le declaró culpable y fue condenado a la silla eléctrica. Según los presentes, George era tan pequeño que las correas no le cabían e, incluso, fue necesario apoyarle sobre una Biblia para que llegara hasta el electrodo de la máquina.

No hay pruebas suficientes

Así se quedó la situación el 2013, momento en que su familia solicitó a un juez local que reabriera el caso debido a que el pequeño era inocente. Para ello, señalaron además que había nuevas pruebas sobre el caso. Así pues, hace pocas jornadas se ha sucedido una audiencia en la que varios testigos han puesto en duda la declaración de culpabilidad del niño y la presunta autopsia a la que fueron sometidos los cadáveres de las fallecidas.

Como ya había hecho antes, Aime Ruffner -una de las hermanas del joven, de casi 90 años- ha asegurado que se encontraba junto a su hermano cuando ambos vieron, por última vez a las chicas asesinadas. «Después de verlas, fuimos a casa a comer y a hacer los deberes».

Tras el proceso, Carmen Mullen –la juez de Carolina del Sur encargada de este caso- ha señalado en su fallo que se cometió una de las mayores injusticias de la época en el caso de este chico, pues era «muy probable» que fuera obligado a confesar por parte de las autoridades.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación