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La huella que la publicidad no quiere dejar

La tecnología, los procesos de grabación o los medios en los que se sirve la publicidad importan a la hora de calcular la huella de carbono de los anuncios

Publicidad del programa Climate Savers de WWF para reducir el consumo energético.

Raquel C. Pico

Desde que arranca el día hasta que se da por terminada la jornada y se va a dormir, los anuncios acompañan. Son una presencia constante en el paisaje cotidiano. Si al despertarse se echa un vistazo a qué ha pasado en el móvil mientras se ... estaba durmiendo, allí estarán; pero también lo harán si se enciende la radio o la televisión o si se prefiere arrancar el día leyendo el periódico. Tras ese primer contacto, la publicidad no desaparecerá: se estima que cada día una persona media se cruza con entre 6.000 y 10.000 mensajes de marcas. Internet y los dispositivos móviles —que han hecho que estemos siempre conectados— han conseguido que las cifras crezcan.

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