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PROA A LA MAR

PASIÓN DESDE LA REALIDAD

JAVIER

Para motivar el emprendimiento son frecuentes frases como «vive tu sueño», «tu tiempo es limitado; no lo desprecies viviendo el sueño de otra persona», etc., y yo no quiero ser agorero. Son frases con mucho fundamento, pero necesariamente deben llevar aparejado el contexto, las posibilidades reales de influir en el entorno para hacer viable nuestra propuesta. Pisar el suelo es la primera premisa que debe considerar cualquier empresario. Es imprescindible innovar en procesos, productos y servicios permanentemente, pero siempre con un objetivo claro: la satisfacción de necesidades o expectativas de nuestro cliente objetivo por las que, además, esté dispuesto a pagar, que es el otro punto clave para dar viabilidad al proyecto empresarial.

Es la eterna discusión entre hacer lo que uno quiere o querer lo que uno hace. Estoy de acuerdo en que la situación ideal es la primera, pero también en que la verdaderamente sostenible es la segunda. Pero es que, además, cuando aprendemos a querer lo que hacemos, acaba convirtiéndose en lo que queremos hacer, y lo mejoramos continuamente, y progresamos, y abordamos nuevos proyectos con esa misma visión, y… crecemos.

El mundo de las empresas, en general, no funciona a partir del concepto «tengo productos y busco clientes» sino que sigue el camino inverso «identifico necesidades actuales o potenciales valoradas por mis clientes objetivo, y diseño y desarrollo los productos capaces de satisfacerlas en condiciones competitivamente aceptables por esos clientes».

No es fácil iniciar un proyecto empresarial nuevo. El riesgo de no concluirlo con éxito es alto por factores relacionados con la financiación, la capacidad real para abordarlo, el momento de ponerlo en marcha, la calidad final del producto y el servicio post venta que somos capaces de ofrecer, nuestra capacidad para encontrar las vías adecuadas de comercialización, etc. Y si no lo construimos sobre los cimientos sólidos que fijan las expectativas de los clientes, las posibilidades de fracaso aumentan de manera exponencial. No se trata, pues, tanto de vivir tu pasión como de apasionarte con el proyecto capaz de resolver de manera eficiente y diferencial esas necesidades de los clientes. La pasión vivida desde los clientes y no solo desde el corazón. Y si esa pasión la comparte el equipo, el éxito será más fácil.

Javier Fur es Presidente del Círculo de Economía de Alicante

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