Invierno, jazz, rock y almendros en flor en Mallorca
Más allá del tópico de la discoteca, el sol, la playa y el turista alemán, la isla tiene mucho que ofrecer
eva pastrana
La Mallorca de la naturaleza, del senderismo en la sierra de Tramuntana y de los almendros en flor . La misma que disfrutó Frédéric Chopin a ntes de morir en el invierno del 1837. Y la que inspiró a su compañera ... la escritora George Sand a escribir, «Un invierno en Mallorca».
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En invierno no tropezaremos con el turista despistado, pagaremos menos por la estancia y disfrutaremos de una isla que está más verde y bonita que nunca. Existe una Mallorca distinta a la del sol y playa, el turista alemán y la discoteca, que merece la pena conocer.
Música en directo
Hay vida más allá de la macrodiscoteca, la dragqueen, el Paseo Marítimo y la música house. Rincones desconocidos aptos para el melómano de libro.
El Hotel Saratoga es cita imprescindible para los amantes del jazz. Un cinco estrellas que ofrece música en vivo de jueves a lunes en una lujosa azotea. Entrar en el Blue Jazz Club es gratis y las copas no son caras. Con suerte puede encontrarse con grandes figuras de la música negra, como el polifacético cantante de soul y funk Glen Anthony Henry . Es especialmente recomendable la Jamm sesion de los lunes a las 20:30.
El Bluesville , en el barrio de la lonja, es otra de las joyas musicales de la isla. De los pocos bares del país que ofrecen música en directo todos los días del año. Por apenas 3 euros cada media noche notas y acordes hacen temblar las paredes en este bar que recuerda a «The Cavern». Prepondera el Blues, pero aquí también suenan rock, reagge, soul, jazz e incluso bosa nova. La cantera de artistas autóctonos se mezcla con los invitados nacionales e internacionales. El pequeño escenario del Bluesville nunca defrauda.
Aqui el «pantumaca» se llama «pamboli»
En Mallorca el tomate no se trocea, se restriega sobre el sabroso «pan moreno». Para probarlo uno de los mejores sitios es el café barroco. Con luz tenue y aire de decadente café francés, es famoso por sus tartas caseras, su «pantumaca» con «trempó» y sobre todo por sus espectáculos de magia e hipnosis, que se celebran respectivamente lunes y martes.
Además aquí se pueden pasar horas enteras jugando a todos y cada uno de los juegos de mesa que almacenan en un viejo armario de madera.
Las mejores ensaimadas de la isla
En un rincón del «barrio antiguo» se encuentra el viejo café de Can Joan de S'aigo. Llevan sirviendo las mejores ensaimadas de Mallorca desde el año 1.700 y nadie se explica como no se han transformado en una franquicia multimillonaria, a lo Starbucks pero con sabor balear. Aquí las ensaimadas son peqeñas, de azucar y con mucho «saim», o manteca de cerdo (su ingrediente fundamental). Se acompañan de un chocolate caliente o de un helado de almendras, avellanas, fresa natural, chocolate o mantecado (el mejor de todos).
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