El tren español que revolucionó el mundo del ferrocarril

Todo comenzó cuando Goicoechea diseñó un sistema de tren articulado ligero compuesto por remolques de poca longitud apoyados sobre un juego de dos ruedas común a dos remolques consecutivos. Esta innovación se alejaba de forma radical de los sistemas empleados hasta la fecha y permitía construir coches más bajos y ligeros, lo que se traducía en convoyes más rápidos y confortables.

En 1941, el ingeniero vasco consiguió hacer funcionar su primer prototipo y apenas diez años después, gracias al apoyo económico de Oriol, los primeros trenes Talgo (acrónimo de Tren articulado ligero Goicoechea Oriol) recorrían las vías españolas.

Desde entonces, Patentes Talgo ha diseñado y fabricado multitud de variantes o ramas Talgo de su sistema ferroviario, cada vez más sofisticadas y que han ido mucho más allá de lo inicialmente pensado por Goicoechea.

Entre ellos destaca el célebre Talgo Pendular, que tanto se adelantó a su tiempo y que ha recorrido multitud de vías más allá de nuestras fronteras, llegando incluso a los Estados U nidos. De hecho, su tecnología sigue presente en los modernos modelos de alta velocidad que conectan cada día muchas ciudades españolas