Colombia es uno de los países del mundo que más naufragios tiene en sus aguas territoriales. Se calcula que hay más de mil barcos sumergidos –del millón de navíos hundidos en los mares del mundo, según la Unesco- con tesoros, riquezas, el Dorado, a fin de cuentas. Todos los gobiernos colombianos han querido regular lo que conoce como el patrimonio sumergido y hacer algo con ello. Y no han podido.
Debate inminente
Desde la semana pasada el tema está que arde de nuevo pues se comenzó a discutir en el Congreso un proyecto de ley _ el No. 125 de 2011 - que pretende reglamentar este patrimonio. La congresista ponente, Juliana Carolina Londoño, afirma que "el proyecto es una iniciativa que busca que tanto navíos pequeños, como gigantescos, que puedan enriquecer el patrimonio cultural de los colombianos, sean bienvenidos”, dijo. Pero a Londoño le han caído rayos y centellas. Cuando en Colombia se ha hablado de rescatar tesoros, barcos, pasado, patrimonio hundido, los unos hablan de cazatesoros y de empresarios que se quieren enriquecer, los otros de hacer algo con ello y la mayoría no sabe qué hacer con lo que está bajo el mar.
Los tesoros sumergidos atraen a las empresas cazatesoros
El ministerio colombiano de Cultura
El Ministerio de la Cultura se ha hecho la siguiente pregunta. ¿Por qué no aprovechar esta riqueza? Se ha propuesto contratar de manera directa a compañías expertas en exploración submarina para que busquen, rescaten y, eventualmente, se beneficien económicamente de los naufragios. Con aquello que no fuera considerado de valor patrimonial se les pagaría a los contratistas.
El dilema es que la Constitución de Colombia protege el patrimonio como algo con lo que no se puede comerciar. Pero hay una grieta abierta en 2003 con el llamado «criterio de repetición» que, aplicado en esta ley, otorgará a una comisión la capacidad de desproteger lingotes y monedas que se presenten muy repetidas en el pecio explotado para que los cazatesoros dejen una muestra a cargo de las autoridades con destino a museos y puedan cobrarse con el resto. Al 50% con el Estado, según la vieja receta de Robert Marx.
Según lo ha explicado la Ministra de la Cultura, Mariana Garcés, Colombia es un país que carece de la tecnología y de los recursos para hacer ese tipo de exploraciones. Esta ley que se está discutiendo supondría la única forma que tiene Colombia de rescatar sus riquezas sumergidas.
Acusan al Gobierno por el mercantilismo de esta ley
A medias con los cazatesoros
“Hay un criterio mercantilista en esta iniciativa que se opone a lo dicho en la Constitución, que dice que debe preservarse el patrimonio como inajenable e imprescriptible y que este no se puede transar. Esta iniciativa abre la posibilidad de que sea comercializado y le abre las puertas a los posibilidad para los caza tesoros”, aseguró la semana pasada el congresista Wilson Arias, del partido opositor Polo Democrático Alternativo (PDA). Según Arias, en el proyecto de ley queda estipulado que las transnacionales que encuentren los buques hundidos recibirán un 50% del valor del objeto. “Deberíamos sentir vergüenza por estar discutiendo semejante proyecto”, remató.


















