Carlos Goñi: «Cada vez que salgo a un escenario salgo acojonado. Y si no es así, paro»
El cantautor y guitarrista, líder de Revólver, recupera las canciones de su antigua banda Comité en una pequeña gira de conciertos. Este viernes actúa en la sala Galileo Galilei de Madrid
J.M.SÁNCHEZ
Corría el año 1984. Un pequeño grupo, surgido de la fusión entre dos bandas locales de la escena pop valenciana Garage y Glamour, daban sus primeros pasos. Se hacían llamar Comité Cisne y estaban inspirados en la música de Lou Reed. Tras cuatro discos se ... separaron y Carlos Goñi construyó un proyecto que dura hasta nuestros días. Ahora se mete en la máquina del tiempo para recuperar su esencia treinta años después.
- ¿Por qué te adentras a recuperar ahora un proyecto de hace treinta años?
- Porque hay canciones que merecen la pena, porque tenía tiempo para hacerlo, porque tenía la banda ideal... eran suficientes motivos. Y, sobre todo por una cuestión básicamente de tiempo y concepto de banda.
- ¿Las letras han perdido algún sentido ahora tanto tiempo después?
- Sí, hay temas que no los voy a tocar. Me niego a cantar eso.
- Como cuáles.
- Como muchas de las que he escrito. Por ejemplo, «lágrimas que en un pañuelo y en el aire la humedad» o no sé qué historias... que pensé: «Esto no lo voy a cantar».
«El disco de Revólver sale el año que viene seguro»
- ¿Por qué razón?
- Porque no. Porque eso ya no lo canto, coño -ríe el artista-. Me da vergüenza. «Su árbol» y otras más. Son canciones que, a día de hoy, leo la letra y no me las creo.
- ¿Cuáles eran las condiciones para asumirlas de nuevo a tu repertorio?
- Las letras que han pasado el corte son las que no me provocan pudor. Pero hay canciones que sí. Y digo que esto no lo puedo cantar. Me parece absurdo. Cuando tenía veinte años tiene un pase.
- Eso que es has madurado.. .
- Sí, no te la crees. No tengo necesidad de cantar lo que no me crea. Comité no responde a un requerimiento del mercado que hay que sacarlo por cojones. Es algo más personal que tiene que ver exclusivamente con el alma. No tengo la necesidad de decir que tengo que hacer «Dulces horas». Digo, no. O «La retirada». Y digo, esta sí. No hay un imperativo del mercado.
- ¿Te lo planteas con pocos conciertos?
- Los que podamos. Lo que sí es cierto es que tiene fecha de caducidad. Esto no va a estar siempre ahí. Esto va a ser unos meses y, cuando se acaben esos meses, se acabó. Y no pasará ya más. Lo que sí tengo es una idea de, si Dios quiere, grabar un álbum en directo; probablemente, no lo sé, pero para que quede constancia de todo esto. Estoy enamorado de cómo suena.
«Comité me está viniendo muy bien para refrescarme yo mismo por dentro»
- ¿Se han remodelado algunas de las canciones?
- Sí, no tienen nada que ver. A ver, he respetado que las canciones son así, las letras digo, pero tienen una caña -exclama el músico-... Es un trío muy duro. Ni una guitarra acústica. Un power trío que suena francamente bien.
- ¿Era momento de aparcar Revólver?
- Era hora de tomarme cada disco de Revólver con más calma porque soy muy consciente que cada disco de Revólver, que lleva catorce discos ya, tiene que estar pensado. ¿Es este disco el que quiero hacer? ¿No me lo pide el mercado? Intento que cada disco tenga su propia historia. No me voy a poner a hacer discos de Revólver como churros. Eso no lo voy a hacer. Siempre lo he mimado mucho, pero cada vez que hago uno también es cierto que ya hay más que he hecho... Entonces hay que cuidarlo mucho.
- ¿No buscas entonces explotar más el éxito?
- No, no es así. Cada vez que sale un disco de Revolver la gente espera algo serio, no para salir del paso. Si no no lo grabo.
«No me voy a poner a hacer discos de Revólver como churros»
- ¿Pero cuándo lo retomas?
- Yo estoy escribiendo ya. Y el disco de Revólver sale el año que viene seguro. Lo que pasa es que tengo que cuidarlo mucho, pero en este caso más. Cada dos discos me suelo tomar un periodo más largo para el siguiente. A veces lo utilizo haciendo un «Básico», hay años que solo estoy retomando ideas y componiendo nada más... En este caso hago Comité porque me está viniendo muy bien para refrescarme yo mismo por dentro.
- Con la perspectiva que da el tiempo, ¿cómo recuerdas aquella época?
- Me lo paso mejor ahora. No tengo ningún problema por el tema de la edad. Para nada tengo nostalgia de mis veinte años. Lo veo como una etapa en la que aprendí muchísimo, en la que viví muy cabra, como todo el mundo en esa edad, sobre todo cuando estás en una ciudad que no es la tuya. Vives tú solo. Hoy en día con veinte tantos, por desgracia, no se puede salir de su casa. En aquel momento tampoco, pero nos importaba menos como íbamos a estar.Yo compartía piso con seis. ¿Y qué? Nada. Yo le digo a mi hijo que comparta piso con seis y me dice. «Espera un momento» -ríe- pero en aquella época a nosotros no nos importaba. Vivíamos la vida un poco más hippy, digamos.
- La banda tuvo unos pequeñas diferencias que fue el motivo de la separación. ¿Qué pasó?
- Lo que nos unía es que todos adorábamos la música de los setenta y lo que nos separaba es que ellos -por el teclista de la banda Luis Macías- les gustaba el pop inglés y a nosotros el americano. Eso a veces nos distanciaba, a veces nos acercaba y era como una goma; y la goma, de tanto estirarla, se rompió. Digamos que la culpa que se fuera al traste fue nuestra, de nadie más. No lo hicimos bien.
- ¿Se vive la música más intensamente a los veinte años o el músico sale a tocar como si tal cosa?
- Solo me paso eso una vez y paré una gira. Me subí al escenario un dia y dije: «Vale, puessss, buff» -emula desasosiego- Cuando hice ese concierto llame a mi mánager para decirle que parara la gira. «No hago más», dije. Yo ahora cada vez que salgo a un escenario salgo acojonado. A día de hoy. Y si no es así, paro.
- Pero a raíz de aquello sabes que te llovieron muchas críticas...
- Estaba acabando ya, quedaban unos cuantos conciertos, pero paré por respeto. Quien lo quiera entender, bien. Paro por respecto. Yo no puedo subirme a un escenario sin saber que los tipos que han pagado una entrada, con lo que cuesta, lo le des lo mejor que tengas. Se lo merecen. Y si de repente no te corre nada, pues tienes que parar porque no te puedes subir a un escenario como, con todos mis respetos, como quien va a la oficina. Yo no. No soy capaz. Hasta que no me volvió no pude subirme a un escenario.
- ¿Esos nervios te siguen entrando?
- Sí, sí, el otro dia tocando en Valencia no me podían tocar de los nervios -vuelve a reír-.
- ¿Te sientes apoyado por la comunidad rock de nuestro país?
- Vamos a hacer la pregunta al revés: ¿Tú crees que sí o que no?
- Yo creo que sí...
- Vale, yo no lo sé. Pero he de reconocer que tampoco me ocupa mucho tiempo. Cuido muy mal que me arropen. Probablemente como me dice un amigo, la sombra de Revólver es un poco más alargada de lo que pueda imaginar porque paso más tiempo en casa escribiendo que afuera tratando de detectarlo. Entonces, no lo sé. Te soy absolutamente sincero. El público, sí. Probablemente hay una franja de edad que me respetan mucho, que me he ganado con los años, que estoy agradecido, pero si no lo notaría.
- Pero saliste exhausto con «Argan».
- Sí, cuando acabé el álbum me di cuenta que, a nivel de producción y planteamientos, me había dejado exhausto. No tanto por la gira, pero por el concepto de escribir. Tuve que aprender muchas cosas y eso me hizo tomármelo con calma. Para mí es maravilloso aprender tantas cosas. Soy extremadamente curioso y extremadamente cabezón. Y juntas es una buena mezcla.
- ¿No hay techo para Revólver?
- Yo soy de los que piensan que lo mejor estar por venir. No soy nada nostálgico, odio el «Remember».
- Pero luego diversos grupos «indies» están revisionando el rock. ¿Crees que este género está de moda?
- El rock no ha estado de moda nunca, pero va a estar ahí siempre. Si no que se lo digan a todos los heavys de los ochenta que cuando vienen aquí te meten 4.000 tíos en el Palacio de los Deportes. ¿Está de moda? No. ¿Se va a ir? Nunca.
- ¿Cómo es eso posible?
-Fidelidad. Pero esta bien que eso pase. Pasa en el jazz, ¿por qué no puede pasar el rock también? Cualquier músico de jazz de menos de cincuenta años en una banda normalmente le llaman el chaval. Y sin embargo, en el rock eso hasta ahora no ocurría. Y eso está bien.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete