¿Para qué quiere un escarabajo una bola de estiercol?

«Los escarabajos se suben a la parte superior de sus bolas húmedas cuando sus patas delanteras y cabezas de sobrecalientan», explica el Marcus Byrne, profesor de la Universidad de Wits (Johannesburgo, Sudáfrica) y autor de la investigación que publica la revista Current Biology. «Nos topamos con este comportamiento por accidente mientras observábamos una danza de orientación que los escarabajos realizan en la parte superior de sus bolas para calcular hacia dónde se dirigen. Notamos que se subían a sus bolas mucho más a menudo en el calor del Sol del mediodía».

Otros experimentos demostraron que este fenómeno sólo se producía a mediodía cuando los escarabajos cruzaban la tierra caliente. De hecho, los escarabajos que tenían que pasearse por los terrenos calientes se subían a sus bolas siete veces más que los que estaban en el suelo frío.

Para demostrar que se trataba de no quemarse las patitas lo que les hacía subir al balón, los investigadores aplicaron unas gotas de silicona a las patas delanteras de los escarabajos como protección alternativa contra el calor. «Para nuestra gran sorpresa, funcionó, y los escarabajos calzados se subieron a las bolas con menos frecuencia», afirma Jochen Smolka, de la Universidad de Lund, que colaboró en la investigación.

El descubrimiento es el primer ejemplo de un insecto usando un refugio térmico móvil de esta manera. También es una demostración de las estrategias muy sofisticadas que los insectos y otros animales de sangre fría emplean para mantener su temperatura corporal.

Una vez subidos en la cima de una pelota al mediodía, los escarabajos fueron vistos «limpiándose el rostro», un comportamiento de aseo que los investigadores sospechan que realizan para propagarse líquido regurgitado en sus patas y la cabeza para que se enfríen más. Eso es algo que los insectos nunca hacen en otros momentos del día.

Los hallazgos son un recordatorio de las muchas soluciones creativas que se encuentran en la naturaleza. Según Smolka, «la evolución tiene una habilidad asombrosa para hacer uso de las estructuras existentes para nuevos propósitos; en este caso, utilizando una fuente de alimento para la termorregulación».