Alemania ralentiza la unión bancaria

El acuerdo se ha alcanzado tras horas de duras negociaciones entre Francia y Alemania. El presidente francés, François Hollande, llegó a la cumbre decidido a avanzar en la unión bancaria, una cuestión que los mercados siguen con máxima atención porque demuestra el verdadero compromiso de los socios para avanzar en su integración. Angela Merkel, en cambio, acudió a la capital comunitaria convencida de que el supervisor único debía ralentizarse para que no perdiera “calidad”. Finalmente, se ha logrado encontrar una fórmula de consenso muy a la europea que ambos líderes pueden interpretar como un triunfo de sus posiciones.

Pese a esta doble lectura, Merkel ha forzado una modificación del calendario previsto. En la cumbre celebrada el pasado junio y bajo la presión de los mercados, los socios acordaron que la unión bancaria arrancaría el 1 de enero. Se sabía que el reto era casi imposible porque suponía organizar en seis meses un vigilante conjunto -en realidad implica una extensión de los poderes del Banco Central Europeo (BCE)- para los bancos de los 17 países de la zona euro. La canciller alemana ha logrado que el proceso se acometa con más tranquilidad, aunque la propuesta original ya establecía una puesta en marcha escalonada entre 2013 y 2014.

Los detalles todavía tendrán que negociarse, pero Francia ha logrado que la legislación básica de la unión bancaria esté lista antes de fin de año. A partir de ahí, la supervisión conjunta empezará a funcionar una vez que el BCE solvente todas las complicaciones logísticas. Además, Alemania podría haber cedido en una cuestión clave. En un intento por proteger a sus poderosos bancos regionales, Merkel quería que la vigilancia se ciñera a las entidades de mayor tamaño, pero todo apunta a que su labor alcanzará a las 6.000 firmas radicadas en el seno de la moneda única.

Para España, el paso atrás con el supervisor único tiene consecuencias claras. Según acordaron los socios, esta herramienta abrirá la puerta a las recapitalizaciones directas de la banca. Traducido a un lenguaje menos técnico, el Gobierno deberá soportar una carga extra en sus cuentas públicas en forma de déficit y deuda hasta que el vigilante común no empiece con su labor. El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, no descartó que las inyecciones directas puedan ser una realidad a lo largo de 2013. La fecha definitiva, sin embargo, quedará en manos de los ministros de Finanzas, que deberán completar los trámites técnicos.

"La calidad prima sobre la rapidez, aunque sí queremos avanzar con celeridad. Eso significa que el supervisor bancario único no podrá empezar su trabajo práctico a partir del 1 de enero de 2013 en términos prácticos", ha afirmado Merkel en conferencia de prensa al término del primer día de la cumbre europea.