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La cumbre europea aplazará las grandes decisiones para diciembre

La posible ayuda a España no está en la agenda inicial, pero será protagonista

La cumbre europea aplazará las grandes decisiones para diciembre efe

enrique serbeto

Oficialmente, ni el caso de España, ni el de ningún otro país, ni siquiera el de Grecia, serán abordados en la cumbre que comienza hoy por la tarde en Bruselas. El programa incluye referencias al diseño institucional para el futuro de la zona euro, la construcción de una unión económica y fiscal que figura en un documento promovido por el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, pero incluso en este caso, las discusiones serias y en su caso las decisiones sobre la esperada unión bancaria se dejan para la reunión de diciembre. Sin embargo, nadie en Bruselas piensa que esas previsiones se cumplan al pie de la letra y que los dirigentes europeos puedan eludir que se evoque el caso de España y la posibilidad de que el Gobierno pida la intervención del Banco Central Europeo (BCE) en el mercado de la deuda.

El portavoz de la Comisión Europea, Olivier Bailly, volvió a decir ayer a mediodía que « no está previsto hablar ni de España ni de ningún otro país» en la cumbre, a pesar de la tremenda presión de los mercados para que se clarifique de una vez la decisión que vaya a tomar el Gobierno español, después de negociar las condiciones para dicha intervención, que es lo que en realidad está sucediendo según todos los indicios.

Alemania presiona para que el Gobierno español no revalorice las pensiones

Según un miembro del Parlamento Europeo, que sigue muy de cerca esta cuestión, uno de los elementos que está teniendo más peso en las discusiones entre los gobiernos de España y Alemania para fijar las eventuales condiciones para una intervención del BCE es la propia indefinición del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre si se mantienen o no los planes para aumentar este año las pensiones. Otros técnicos de la Comisión coinciden en señalar su convencimiento de que mientras que Alemania no tenga la seguridad de que España renuncia a aumentar las pensiones, no es probable que la canciller Angela Merkel se aventure a someterse a un debate en el parlamento, donde le podrían reprochar que está respaldando los gastos españoles con el respaldo del contribuyente alemán.

La opinión alemana

En todo caso, Alemania tiene también mucho que decir sobre el diseño futuro de la zona euro, donde quiere que se implante la figura de un supercomisario de economía, con capacidad para poder devolver los presupuestos de un país miembro , según el ministro Wolfgang Schäuble incluso después de que estos hubieran sido aceptados por el Parlamento nacional.

Sobre ello, los líderes europeos se centrarán en el informe preliminar preparado por los cuatro presidentes, los del Consejo y la Comisión Europea, del Banco Central Europeo (BCE) y del Eurogrupo, que pretende anticipar las líneas generales de los cuatro escalones que la UE tiene que subir: unión bancaria, unión fiscal, unión económica y unión política. Las ideas que aparecen en el informe deben ser «exploradas» de aquí a diciembre.

En el caso de España, lo más urgente es la unión bancaria, que abriría el paso a la financiación directa de los bancos, pero Alemania insiste en que ha de instituirse previamente un supervisor único en el BCE , aspecto en el que el diario «Financial Times» decía ayer disponer de un dictamen jurídico del propio consejo que expone dudas de que fuera legal atribuir esta misión a la entidad emisora. Según fuentes europeas, el objetivo es mantener el concepto de urgencia en la creación de la unión bancaria, pero sin marcarse fechas, como quería España.

Los virtuosos

Algunos países, sobre todo de los considerados «virtuosos» como Holanda , ya han anunciado que no están de acuerdo con la propuesta del BCE, la CE, el Consejo Europeo y el Eurogrupo, esencialmente porque no consideran que existan suficientes controles para evitar desviaciones en los países que ahora tienen problemas de deuda.

Sin embargo, el informe retoma la idea de la puesta en común limitada de algún tipo de deuda, aunque no lo llame «eurobonos» y de la creación de un fondo de amortización para la deuda acumulada por los Estados antes y durante la presente crisis. En este sentido, el presidente francés, François Hollande, dijo ayer que «la unión económica tendrá que ser solidaria, o no podrá ser».

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