los aspirantes
Un candidato imposible
Superados los avatares personales, judiciales y políticos, Manuel «Pachi» Vázquez es la baza que juega el PSOE para desbancar a Núñez Feijóo y presidir la Xunta de Galicia
E. P. RODRÍGUEZ-SOMOZA
La carrera electoral de cara al 21 de octubre se le está haciendo cuesta arriba a un candidato, el socialista Manuel «Pachi» Vázquez, que se ha convertido en el invitado de honor al coso en el que sus propios compañeros de filas se ... pelean por cortar oreja y rabo. No faltan los que en los corrillos políticos, bajo las siglas que les unen, piden antes su cabeza . Aún resuenan aquellas palabras que Carlos López Font , hombre fuerte del gobierno de Abel Caballero en el Consistorio olívico, regalaba a su secretario general: «Él no gana ni en Carballiño»; o las de Francisco Caamaño , exministro de Justicia, lanzando un órdago al líder de los socialistas gallegos al defender su autoridad a la hora de confeccionar las listas en La Coruña; un duro enfrentamiento entre ambos que pese a que prometía se redujo a un debate en las redes sociales sobre «apaños y amaños» de última hora.
En este cóctel de difícil digestión también participaron el presidente de la Diputación de Lugo, José Ramón Gómez Besteiro , a quien en el seno del partido postularon como claro ganador en las anunciadas, aunque luego frustradas, primarias de los socialistas gallegos; mientras que al exministro de Fomento, José Blanco , también le fallaron los tiempos, aunque en su caso más tenían que ver con su desimputación en la «Operación Campeón».
El adelanto electoral trastocaba la agenda orgánica del partido y abría la caja de pandora. Pese a la aparente unidad de los socialistas gallegos, el partido se descompone en la sombra; entre quienes ya no identifican a «Pachi» Vázquez con la izquierda y quienes están esperando a su posible debacle en las urnas -la misma que durante años persiguió a Abel Caballero, conocido por atesorar los peores resultados del PSdeG como candidato a la Xunta de Galicia donde van los años- para pedir turno de palabra.
La derrota electoral de 2009 le elevó a candidato a la sucesión de Emilio Pérez Touriño como secretario general de los socialistas gallegos, cargo en el que fue reelegido en marzo de este mismo año , en un congreso no exento de polémica. Tras superar los avatares judiciales, personales y políticos en los que se han visto envuelto desde su salto a la política autonómica, no pocos han sido los titulares y anécdotas de la baza que juega el PSOE en su pugna por la presidencia de la Xunta al PP de Alberto Núñez Feijóo.
Al mejor postor
La entrada de «Pachi» Vázquez en el PSOE no fue casual. Tal y como publicó Javier Chicote en ABC, el candidato socialista negoció su entrada en el PP a la vez que en el partido de la rosa . En 1991 decide su salida de un decadente Centro Democrático y Social (CDS) con la intención de embarcarse en un partido con mayores garantías de gobierno. Su objetivo no distinguía entre siglas. El PP no lograba colmar su ambición política . «Le ofrecimos ser alcalde de O Carballiño», relató Tomás Pérez Vidal, hoy retirado de la vida política, tras ser senador y presidente del Parlamento gallego. En el PSOE le ofrecían más, la alcaldía de su pueblo natal y un posterior salto a la Cámara gallega como diputado autonómico. Médico de profesión «en una zona rural era un buen cartel», admitieron fuentes del PP preguntadas al respecto de este episodio. El hombre que estuvo a punto de ingresar en el PP aspira ahora a desalojar a los populares del poder autonómico.
De diputado a conselleiro
No se quedó en raso diputado autonómico. Cuando el bipartito gana las elecciones en 2005, Emilio Pérez Touriño lo llama a filas. «Pachi» Vázquez pasaría sin pena ni gloria por la Consellería de Medio Ambiente. Cielo abierto vio en 2009 cuando Galicia daba carpetazo a cuatro años de gobierno bicéfalo. Touriño salía por la puerta de atrás y «Pachi» Vázquez asumía la dirección regional del partido. El secretario general de los socialistas gallegos se aferraba al cargo el pasado mes de marzo tras derrotar a la exministra Elena Espinosa.
El dispendio por bandera
El despilfarro y las políticas de imposición de la lengua -concesiones a sus socios de gobierno-, pasaron cara factura a los socialistas gallegos hace hoy cerca de cuatro años. Coches de lujo y despachos de diseño que vaciaban sin limitaciones las arcas autonómicas para hacer más confortable la estancia de los miembros del bipartito en la Xunta. P olémica fue la campaña de 2009 que acabó por salpicar al ahora aspirante del PSdeG a la presidencia gallega.
Sin licencia de obra
San Amaro 2006-2007. «Pachi» decide hacer una reforma integral de su mansión con una licencia que únicamente le permitía cambiar el tejado de su casa, tal y como destapó ABC dos años después . Los 4.000 euros en los que el político de O Carballiño había cuantificado las obras pronto se inflaron hasta 160.000, según una tasación posterior realizada por los inspectores de la Xunta, tras una fuerte oposición de «Pachi» a que estos entraran en su finca. Con todo, esta última cifra tampoco es creíble para el Ayuntamiento de San Amaro, en el que se ubica la propiedad, y que eleva hasta los 400.000 el proyecto realizado.
El desfase entre las tasas municipales pagadas por Vázquez en aquel entonces, 80 euros, y las estimaciones del Consistorio haría multiplicarse por 1.000 la cuantía inicial. La mansión de Vázquez sigue a día de hoy sin legalizarse. El líder socialista también mandó construir un cenador de más de 40 metros junto a la piscina -el terreno mide en su conjunto casi 4.000 metros, 2.640,54 ocupados por cinco edificaciones-, pero no respetó la distancia mínima entre la parcela vecina. El inmueble fue demolido antes de que entraran los inspectores de la Xunta, todo ello sin licencia.
Primeros comicios como líder
Municipales de 2011. «Pachi» Vázquez afronta sus primeras elecciones como líder del PSdeG. Su partido pierde en La Coruña, Ferrol, Santiago y Villagarcía y se mantiene sin mayoría en Lugo y Orense. En O Carballiño, su pueblo natal y al que dedicó diez años de su vida como alcalde, los vecinos le daban la espalda . El PP doblaba resultados en las 20 mesas de sus nueve comarcas. Un primer batacazo político que también se extendía al de Palas de Rei. Al exministro de Fomento, José Blanco, tampoco le fue nada bien en su cuna, feudo del PP desde 1983.
Todos contra Vázquez
El rechazo mayoritario de los socialistas gallegos a la máxima implantada por Vázquez de «un hombre, un cargo» que hacía renunciar a diputados como Mar Barcón, Modesto Pose, Xaquín Fernández Leiceaga o Beatriz Sestayo abría una fuerte brecha en el PSOE. La pluriempleada teniente de alcalde de Vigo, Carmela Silva, no estaba dispuesta a acatar la norma, lo que enfadó a los afines a «Pachi» y dividió el partido en dos grupos bien diferenciados. Uno liderado por Abel Caballero, el regidor de Vigo -con el apoyo de José Blanco- que desde entonces tiene declarada la guerra al secretario general gallego; y el suyo propio. Si bien, las críticas a Vázquez y su gestión no se circunscriben a sus desencuentros con la dirección olívica , empeorados, más si cabe, tras la apertura de un expediente disciplinario a Silva, sino que l os reproches ya vienen de atrás y se extienden por las cuatro provincias gallegas.
Suspenso
Pese a que se ha cansado de negar que exista división interna, los resultados de los «congresillos» celebrados en enero, dos meses antes del Congreso Nacional del PSdeG daban muestras de un liderazgo cada vez más cuestionado. En Orense, territorio de Vázquez, se contabilizaba un 40 por ciento de abstenciones; en La Coruña la lista de Caamaño, del sector crítico con la dirección gallega se imponía; en Pontevedra Modesto Pose barría al número dos de Vázquez y secretario de organización, Pablo García; y en Lugo sus detractores se llevaban 3 de cada diez votos. Unas «primarias internas» que hacían temblar los ya de por sí inestables cimientos de O Pino. Una partición inexistente para el socialista, pero palpable para el resto de militantes y simpatizantes del grupo.
El pulso con Espinosa
El 12º Congreso Nacional de los socialistas gallegos, celebrado a principios de marzo, se saldó con una victoria in extremis del actual secretario general , en la que venció por tan solo 33 votos a la candidata promovida por el exministro de Fomento, José Blanco; el alcalde de Vigo, Abel Caballero; y el exregidor de Orense, Francisco Rodríguez. Por aquel entonces, la extitular del Ministerio de Medio Ambiente, Elena Espinosa, llegó a la cita con muy poco tiempo de actuación, pero desde aquella el sector crítico ya tuvo tiempo para preparar un plan B de cara a las primarias.
Una candidatura muy disputada
Muchos novios tenía la candidatura a la presidencia de la Xunta. Las anunciadas primarias en el PSOE gallego se presentarían disputadísimas después de que varios de los hombres fuertes del partido dieran un paso al frente y anotasen sus intenciones de pugnar junto a Vázquez. El eje Vigo-Lugo, encabezado por Caballero y Blanco , encontraba aliado en Caamaño. La negación de éste a establecer una lista única en el pasado congreso provincial socialista de La Coruña -tal y como quería «Pachi»- mermaba sus fuerzas de cara a constituir una candidatura sólida.
Desechada la alternativa del exministro de Justicia, el eje se abría a la ciudad herculina, y los hilos de Lugo y Vigo llegan hasta más de la mitad de Galicia. Solo el respaldo de Orense -sin contar con el entorno del entonces regidor- podría asegurar a Vázquez la victoria. Esto, y que Blanco no lograse desembarazarse a tiempo de su imputación en la «operación Campeón». La segunda opción podría haber sido José Ramón Gómez Besteiro.
Eran muchos los que reprobaban la gestión de Vázquez al frente del partido y no pocos los que dejaron constancia de su disconformidad con un «líder transitorio». Así se reconocía a Vázquez entre los críticos. Solo Ángel Burgos, un desconocido militante del PSdeG de La Coruña, confirmó oficialmente su intención de medirse con «Pachi».
Primarias frustradas
El adelanto electoral frustraba una cita que Besteiro consideraba necesaria tras culminar el proceso de renovación de todas las agrupaciones locales del partido -posterior a las provinciales-. No daba tiempo a celebrar primarias -previstas para el 6 de octubre-, y cumpliendo el guión, el sábado 1 de septiembre, «Pachi» Vázquez era designado sin votación candidato del PSdeG a la Presidencia de la Xunta para las elecciones del 21-O. Solo el excalde de Cedeira (La Coruña) José Luis Vergara alzó la voz para manifestar que no estaba de acuerdo .
Tocaba tregua y así lo entendieron parte de sus mayores opositores con un cierre de filas en torno al «líder»; extremo que provocó bajas online -anunciadas a través de Twitter- y trasvase de militancia a otras formaciones. El partido estaba en los inicios de una descomposición que se ha ido agudizando ante la cercanía de las elecciones.
Cuarto en Orense
A pesar de la aparente unión tejida sobre un pacto virtual de no agresión, la confección de las listas provinciales hacía saltar las alarmas a poco más de un mes de los comicios autonómicos. Proclamado oficialmente como candidato, Vázquez bajaba la guardia en el momento más inoportuno. Brindándose del apoyo de las comarcas y relegando a un segundo plano las aspiraciones del alcalde de la ciudad de Orense, Francisco Rodríguez, lograba proclamarse cabeza de lista por la provincia tras el batacazo de una asamblea local que relegaba al secretario general a un cuarto puesto.
Conseguía así diseñar grupos de afines en su provincia y Pontevedra, vendándose los ojos, en ocasiones, en votaciones irregulares. Pero las ciudades de La Coruña y Lugo, bajo las riendas de dos de sus principales detractores -el exministro Francisco Caamaño y el presidente de la Diputación lucense, José Ramón Gómez Besteiro, respectivamente-, confeccionaban listas a su propia voluntad y sin acatar órdenes externas. En las definitivas el de O Carballiño conseguía, aunque a duras penas, imponer parte de su criterio en La Coruña, salvando a Méndez Romeu.
«Eu doume de baixa do PSOE»
Óscar García, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad de Vigo, y Miguel Mosquera, médico de familia, como portavoces ponen cara al colectivo de «Indignados con el PSOE» (CIcoP). Más de una veintena de militantes socialistas de base anunciaban, coincidiendo con el inicio de la campaña el pasado 4 de octubre, que iban a presentar su baja del partido. Siete en Orense, tres en La Coruña, varios en Pontevedra y también alguno de Lugo. Sus lemas: ¡Eu doume de baixa no PSdeG - PSOE! ¡Todos dámonos de baixa do PSOE!. Hablan de traición del partido a los principios que sentaron las bases de la acción socialista en España, «sumida en guerras intestinas que poco tienen que ver con sus orígenes».
Un escenario en el que censuran a aquellos que «solo buscan perpetuarse en el poder a costa de la renovación de las filas». Cuestionan el liderazgo del secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, también de su homólogo en Galicia, «Pachi» Vázquez, y aseguran que muchos como ellos ya que no pueden seguir defendiendo unas siglas en las que «han dejado de creer».
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