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DESDE SIMBLIA

El enigma de las catedrales

Un ensayo del profesor José Luis Corral desmonta mitos acerca de unos edificios que simbolizan el pasado esplendoroso de Europa

JOSÉ CALVO POYATO

El poeta y diplomático francés Paul Claudel cuenta que, cuando tenía dieciocho años, entró el día de Navidad en la catedral de Notre Dame de París en el momento en que se oficiaba la liturgia de tan señalado día. Se sintió tocado y recuperó la fe que había perdido en su adolescencia. Esto ocurría en 1886. Cuatro décadas más tarde se publicaba «El misterio de las catedrales», firmado por Fulcanelli, seudónimo tras el que se ocultaba el último de los grandes maestros alquimistas medievales. En ella afirmaba que había llegado a la iluminación -momento en que los alquimistas alcanzan el conocimiento objeto de sus trabajos y desvelos- contemplando las vidrieras de una catedral gótica. Es probable que quienes me honran leyendo las líneas de esta columna hayan experimentado alguna sensación bajo las bóvedas de una catedral gótica. Quizá se haya sentido poca cosa ante su grandiosidad, sorprendido por su equilibrio, atraído por su luminosidad o hechizado, como Fulcanelli, por sus vidrieras…

Bajo el título que da nombre a la columna de hoy, el profesor José Luis Corral acaba de publicar un esplendido ensayo donde nos revela no sólo la magia de las catedrales que, en opinión de Jacques Le Goff, son una de las dos imágenes maravillosas de la Edad Media, junto a los castillos, sino el mundo qua las vio alzarse en numerosos lugares del occidente europeo. Con la maestría de un profundo conocedor del tema sitúa al lector con una amenidad, pocas veces conseguida en el áspero terreno del ensayo -sin duda por las extraordinarias dotes que posee como novelista-, en el marco de prosperidad que vivió la Europa cristiana durante el tiempo de las catedrales (1140-1270) que, contra el tópico difundido a partir del rechazo de los artistas del renacimiento, fue luminoso y próspero como denotan estos grandiosos templos.

«El enigma de las catedrales» es un libro para ser leído sosegadamente y que proporciona en un tiempo de zozobra, como el que nos acompaña en medio de la recesión que vive Europa, el disfrute de situarnos en un momento donde la espiritualidad de occidente alcanzó una de sus cimas. El doctor Corral nos pasea por un tiempo en que la risa -condenada por Aristóteles- acompañaba a las gentes, el mismo en que Leonor de Aquitania desafiaba los convencionalismos de un mundo donde la mujer jugó un papel muy diferente al que nos ha transmitido la historia de aquellos siglos. Nos aproxima a un tiempo alejado de la barbarie y la incultura que, como un estigma, califica a los mil años que van del siglo V al XV. Nos explica cómo un tiempo tan «oscuro» alumbró unas obras tan extraordinarias que llegó a decirse de ellas que su equilibrio era tal que bastaría el desprendimiento de una sola de las teselas de sus bóvedas para que todo el conjunto se derrumbase. Así lo sostuvo Viollet le Duc, famoso arquitecto que luchó por devolver su prestigio a las catedrales. No era cierto, pero su portentoso equilibrio invitaba a pensarlo.

«El enigma de las catedrales» resuelve enigmas y desmonta mitos acerca de unos edificios que simbolizan uno de los tiempos más esplendorosos del pasado de Europa. Una lectura más que recomendable en tiempos, estos sí, verdaderamente oscuros.

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