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Los chinos también se van de puente

Con motivo del Festival del Medio Otoño y el Día Nacional, China vive una semana de vacaciones que ha colapsado las autopistas por la gratuidad temporal de los peajes

Los chinos también se van de puente afp

pablo m. díez

Si piensa que los chinos no tienen vacaciones, tendría que ver esta semana las carreteras y ciudades de este país. Con sus avenidas extrañamente desiertas, megalópolis con 20 millones de habitantes como Pekín aparecen casi vacías mientras las autopistas se han llenado de coches en kilométricos atascos. Todo ello debido a la Semana Dorada : siete días de asueto que comenzaron el pasado domingo y en los que se ha juntado el Festival del Medio Otoño con el Día Nacional de China , que se celebró el lunes.

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A tenor del Ministerio de Transportes chino, durante este «macropuente» se efectúan 740 millones de desplazamientos , de los cuales 660 millones son por carretera o por agua. Con un incremento del 8,8 por ciento con respecto al año pasado, supone una media de 82,5 millones de viajes diarios .

24 autopistas se convirtieron en una ratonera para los conductores, que quedaron atrapados durante horas

Incluso en un país como China, tan acostumbrado a las multitudes, tal avalancha humana ha colapsado las carreteras. Así ocurrió el pasado domingo, cuando la decisión del Gobierno de suspender los peajes de las autopistas llevó a 86 millones de personas a coger el coche, un 13 por ciento más que el año pasado. Según informa la agencia estatal de noticias Xinhua, desde muy temprano por la mañana se registraron largas colas en 24 autopistas de 16 provincias, que se convirtieron en una ratonera donde los conductores quedaron atrapados durante horas.

Para recorrer los 300 kilómetros que separan Shanghái de Nanjing hicieron falta diez horas y media, mientras que en Cantón ( Guangdong ) los coches se movían a menos de un kilómetro por hora. La gratuidad de los peajes chinos, que por ejemplo cobran 600 yuanes (73 euros) por recorrer los 1.268 kilómetros que distan entre Pekín y Shanghái, amargó el inicio de las vacaciones a los sufridos conductores chinos y hace temer nuevas retenciones durante su vuelta a casa este fin de semana.

Surrealistas, las imágenes que circulan por internet y las redes sociales muestran monumentales atascos y las autopistas convertidas en improvisados aparcamientos. Mientras el tráfico permanece detenido, los conductores y sus familias vuelven a hacer gala de la resignada paciencia oriental para pasear al perro entre los coches, ver una película en el iPad sobre el capó del vehículo, jugar al bádminton en la calzada o echar una siesta tumbado en una hamaca en el arcén.

afp

Inmerso en pleno relevo de poder y sacudido por graves escándalos de corrupción, el autoritario régimen de Pekín ha querido así congraciarse con el pueblo, pero le ha salido el tiro por la culata. «¿Hacer las autopistas gratis en vacaciones? Estamos batiendo un récord mundial de estupidez con esta política . Es como gritarle a la gente: ¡1, 2 y 3, vamos a congestionar las carreteras!», denunció en Weibo , la copia china del censurado Twitter, el profesor Li Daokui , prestigioso economista que asesora al Banco Central.

Sin «necesidad de exagerar»

A pesar de estas críticas y del colapso de las autopistas, los medios estatales, controlados por la censura, han apelado a la calma de los conductores y han aprovechado la ocasión para comparar a China con los países más desarrollados del mundo , donde también se producen atascos durante las vacaciones. «También hay retenciones de tráfico en Corea del Sur durante el Festival del Medio Otoño», justificó en un editorial el periódico «Noticias de Pekín», que comprendía «el resentimiento de los conductores al quedarse atrapados el primer día de las vacaciones» pero aseguraba que no había «necesidad de exagerar».

Curioso consejo para un país superpoblado como China, donde su extraordinario crecimiento económico amenaza con colapsar la viabilidad de un modelo de consumo capitalista que se torna inviable para sus más de 1.350 millones de habitantes . Ya en el verano de 2010, el gigante asiático sufrió el mayor atasco del mundo cuando miles de coches y camiones quedaron atrapados durante días enteros en un embotellamiento de 200 kilómetros al noroeste de Pekín que duró dos semanas. Si algún día llega el derrumbe de China, desde luego no será por defecto, sino por exceso.

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