Un medalla de oro para un hipódromo con mucha historia

Declarado Bien de Interés Cultural con categoría de monumento desde 2009, el de la Zarzuela nació en 1934 con el objetivo de sustituir al viejo hipódromo de la Castellana –que ocupaba los terrenos de lo que hoy son los Nuevos Ministerios–. Fue obra de los arquitectos Arniches y Domínguez , que diseñaron un proyecto inspirado en el Hipódromo de San Siro, en Milán.

Sus inicios no fueron nada fáciles y sus obras se quedaron paralizadas en julio de 1936 por la Guerra Civil. Estaba además situado en pleno frente de Madrid y tuvo que ser reconstruido de nuevo en 1940. En mayo de 1941 se inaugura por fin el recinto pero no será hasta los años sesenta, setenta y ochenta cuando vida su máximo esplendor. Tras él llegó la decadencia y con ella el cierre en 1991 de las instalaciones.

El Hipódromo, adscrito a Patrimonio Nacional, está considerado como una de las obras maestras de la arquitectura española del siglo XX , no sólo por el diseño de la estructura de las tribunas sino también por su perfecta adaptación funcional y el innovador sistema de láminas de hormigón de las marquesinas de los graderíos.

El hipódromo se ordena en dos ejes Norte-Sur, en los que se distribuyen las tribunas y el restaurante, y Este-Oeste, que agrupa los servicios propios e internos de las carreras. En la intersección está el «paddock», rodeado por una g alería perimetral desde la que el público contempla los caballos antes y después de las carreras .

La Zarzuela volvió a abrir sus puertas en 2005 y acoge carreras de la temporada de Otoño todos los domingos hasta el 18 de noviembre, y también el viernes 12 de octubre, Día de La Hispanidad. Durante este verano ha acogido carreras nocturnas .