Méndez y Toxo, ahora con Garzón en Sol

El exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón reaparecerá el próximo 29 de septiembre a las doce de la mañana, en la Puerta del Sol. Será su primer acto público después de que el Supremo le apartara de la carrera por las escuchas de «Gürtel». La plataforma de apoyo al exmagistrado, que nació con motivo del procedimiento abierto contra él en el Tribunal Supremo (que le absolvió en esta causa), ha organizado el que será el último acto de «Solidarios con Garzón»: un homenaje a las «víctimas del franquismo» y un reconocimiento a la labor de Garzón, hoy dedicado al ejercicio de la Abogacía y copresentador en un programa de la televisión colombiana. A partir de ese momento de la plataforma nacerá lo que han denominado «comisión de la verdad», una réplica de las creadas en países suramericanos para intentar esclarecer las muertes y desapariciones de la Guerra Civil y el franquismo. Así lo anunciaron esta mañana los promotores de esta iniciativa, entre ellos la abogada Cristina Almeida y el poeta Luis García Montero.

La convocatoria se produce siete meses después de que el Supremo zanjara el caso. ¿Por qué ahora?. Porque «las libertades democráticas están de nuevo amenazadas con el pretexto de la crisis económica». Por ello, este homenaje a Garzón tiene visos de convertirse en una nueva manifestación contra las políticas del Gobierno de Rajoy . No en vano está anunciada la intervención de los líderes sindicales Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo. Entre el público, quizá muchos representantes del mundo de la cultura que antaño apoyaron las políticas de Zapatero y su campaña de la «zeja»: Pilar Bardem, Almudena Grandes, MIguel Ríos, Ana Belén o Víctor Manuel.

En cualquier caso, y en paralelo al homenaje a Garzón, lo que los familiares de las víctimas denuncian es el «desamparo» al que se han visto abocados tras la sentencia del Supremo y el escaso recorrido que, a su juicio, ha tenido la ley de memoria histórica. Por eso, aseguran que llamarán a todas las puertas , fiscal general incluido, para que las instituciones se impliquen, para «recuperar nuestra historia», porque, en palabras de Cristina Almeida, «no se pueden cerrar las heridas que están abiertas si antes no se curan».