Wert: «No quiero una guerra con el cine»
El ministro de Educación, Cultura y Deporte es consciente del esfuerzo que impone cumplir con el déficit a las industrias culturales, ero confía en abrir un diálogo y buscar en común las soluciones
jesús garcía calero
Crisis por todos lados en el mundo de la cultura. Como epítome, el cine español vive un momento paradójico: la subida del IVA agita su incertidumbre por el impacto que la medida tiene en la taquilla justo en el momento en que se estrenan las ... mejores producciones del año. El ministro Wert, que acudió al arranque del Festival de San Sebastián, tiende la mano y convocará al sector. Puede que no haya dinero, pero se muestra dispuesto a encontrar una solución dialogada.
-El cine suele dar quebraderos de cabeza a los ministros de Cultura y usted ya lo ha probado, sobre todo con la reciente polémica, motivada por las cifras que empleó selectivamente para hablar del impacto del IVA en la taquilla, algo que le fue corregido por el sector. ¿Cómo lo lleva?
-Lo último que quiero es tener una guerra con nadie, pero menos que nadie, con el cine. Me considero -muy mejorable como en casi todo- un cinéfilo empedernido, de modo que si hay alguien con quien no quiero tener una pelea es con el mundo del cine, y menos aún con el cine español. Por lo que juré hace nueve meses estoy obligado a defenderlo.
-Pero viven un momento delicado.
«Una de las cosas que podemos exportar es cultura»
-Venimos de una época con una determinada concepción de las ayudas al cine, muy, muy polarizadas en la subvención. La disponibilidad presupuestaria ha provocado la contracción de ese flujo y también la necesidad de reflexionar sobre un cambio de concepción de todo esto. La suma de estos factores ha provocado una situación de conflicto que yo no tengo el menor deseo o interés de que se mantenga. Yo creo que estamos abocados a un cambio de modelo.
-Hay un problema concreto de financiación, sin ayudas ni un modelo nuevo que las sustituya...
-Es momento de hacer una gran coalición. No podemos seguir con el sector audiovisual sumergido en unas posiciones de enfrentamiento y recelo. Los grandes gigantes audiovisuales, que son las cadenas de televisión, arrastran los pies porque no les convence el marco regulatorio que les obliga a invertir. Hay que arrimar el hombro. Quienes tienen facilidad de acceso a los recursos deben encontrar acomodo con la industria y no debemos hacer tantas películas sin mercado, que no se estrenan. No desperdiciemos un potencial creativo cuyo ejemplo más reciente es «Tadeo Jones».
-¿Hacia dónde puede ver la salida?
-El cambio de paradigma tiene que ir más por la vía de la fiscalidad, las desgravaciones o el mecenazgo, pero no se puede apresurar. Estamos costreñidos por una prioridad absoluta ahora, que es la consolidación fiscal. Desgraciadamente no hay ningún área que se pueda ver con un trato de favor.
-¿Hay algo que se pueda hacer mientras tanto por las industrias culturales más afectadas?
-Sí, muchas cosas.
-¿Por ejemplo?
-Mejorar la protección de la propiedad intelectual. Eso para el cine es algo básico. Así como hablamos de un 25% de economía sumergida, habría que hablar de un porcentaje importante de audiencia sumergida.
-¿Cuándo habrá una primera resolución de la Comisión de Propiedad Intelectual?
-Hay ocho casos abiertos ahora y la primera resolución es inminente.
-¿Tiene una fecha?
«Toda medida que implique la pérdida de ingresos hay que estudiarla muy bien»
-No. Hay que esperar a que se resuelva. Pero tenemos que crear conciencia social. A mi juicio no hemos sido, ninguno, capaces de explicar el daño tan profundo que la piratería hace, no ya a medio plazo, sino a corto plazo. Que no es un juego, que si consumir productos culturales sin pagarlos se ve como una travesura o algo de lo que sentirse orgulloso se está firmando el acta de defunción de la cultura.
-¿Contemplan acaso medidas que mitiguen el golpe de la subida del 8 al 21%, como Monago?
-Hay que entender cuáles son las razones puramente económicas recaudatorias y además la presión de Europa para que se reduzca el número de excepciones del tipo general en el IVA, que es una realidad que no le gusta a nadie, empezando por el propio ministro de Hacienda, y menos que nadie al de Cultura. Pero creo que hay que estudiar cómo esa función recaudatoria, que fue lo que puse de manifiesto con aquellas cifras que trajeron tanta polémica, se puede compensar con iniciativas que no cuesten dinero pero sean eficaces en el impulso del consumo o de la producción. Este país va a salir de la crisis exportando. Y una de las cosas que se puede exportar es la cultura. Este país debe aprender a utilizar los recursos, todos, incluidos los culturales, de manera más eficiente. Para ello tenemos el proyecto de cooperación y comunicación cultural, para exposiciones, música, danza...
-¿Para cuándo la ley de Mecenazgo, que parecía inminente?
-La Ley de Mecenazgo no es solo untema cultural; es social, deportivo, educativo y, sobre todo, fiscal. Para una ley como esa hay la dificultad añadida de toda medida que implique ahora una reducción de ingresos al Estado: hay que estudiarla por delante y por detrás muy detalladamente.
-¿Pero tiene Hacienda sensibilidad con la capacidad económica de la cultura? Si ha distinguido entre cultura y entretenimiento...
-Hacienda entiende bien la situación. Hay mucho conocimiento hacendístico en esa casa y se entiende que en ocasiones una política de incentivos fiscales, si está planteada con inteligencia, no tiene por qué suponer disminución de los ingresos. Pero no podemos comprometer una fecha. Hoy todo lo que hacemos viene marcado porque hemos asumido un compromiso, que es reducir en 2014 el déficit público a lo que está autorizado en el marco de la UE. Todo, todo, sin excepciones, está supeditado a ese objetivo.
-¿Teme que vaya a desgastar más al Gobierno el ajuste en Cultura y Educación porque son materias más sensibles o más simbólicas?
-Sinceramente no lo sé. No podemos hacer políticas tan cortas de vista que miren solo el efecto electoral de las medidas. Yo me he dedicado al análisis sociológico muchos años y soy un escéptico. Evidentemente, la gente no está contenta, tiene preocupaciones económicas y sociales, lleva mucho tiempo con una situación de crisis. Cuando le preguntas sobre su disposición electoral, si ve que se camina en dirección correcta y habrá frutos en un plazo razonable, entenderá ese objetivo de corregir la tendencia a gastar mucho más de lo que se recauda.
-¿Cree que la situación se ha explicado suficientemente?
-Cuesta explicarlo pero al final es un poco parecido al mensaje del Rey: si no arrimamos todos el hombro y no rechazamos la actitud de la queja por la queja... Yo entiendo la queja y creo que la gente tiene motivos para quejarse, pero una vez quejado, hay que ver cómo se arreglan las cosas. La corrección del déficit es condición sine qua non para salir de la situación.
-¿La reforma de la Ley de Propiedad Intelectual también se atrasa?
-La LPI es muy importante y hay que revisarla, pero debe ser algo muy meditado si queremos que tenga una cierta vocación de permanencia.
-¿Será realmente disuasoria la ley Sinde-Wert?
-Espero y confío en que sea así, y si no seguiremos trabajando. Es una prioridad absoluta. Se ha reconocido internacionalmente, nos han sacado de la watch list, tenemos credenciales honorables. Es un reconocimiento a los creadores, cuya propiedad es tan importante de proteger como la física.
-Al menos, el fútbol va bien...
-Sobre todo para los que sean del Barça.
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