La crisis se ensaña con el deporte español

«En la situación económica actual, proyectos en la élite como el de este club son inviables». La afirmación de la directora general del conjunto valenciano se ha confirmado a lo largo del verano y otras entidades históricas del deporte nacional han echado el cierre, han renunciado a la máxima categoría o no jugarán en Europa para ahorrarse gastos y asegurar su supervivencia. Los éxitos no han sido salvavidas. El Club de Tenis de Mesa CajaGranada , con 23 ligas y 16 Copas del Rey en los últimos 30 años, firmó su defunción al perder el patrocinio de la entidad financiera.

«No somos ajenos a la crisis y nos hemos tenido que a ajustarse a la realidad económica». Xavier O’Callaghan, responsable de la Asobal, explica a ABC que «el balonmano no es una excepción y los clubes han tenido que reducir los gastos para adecuarlos a unos ingresos menguados por la desaparición de subvenciones y patrocinios ». La fórmula para continuar respirando no es imaginativa, pero sí efectiva: « Los salarios de los jugadores, técnicos y personal han sufrido un ajuste importante». El resultado no es siempre el esperado. La liga ha comenzado sin el San Antonio y el Torrevieja , incapaces de afrontar los gastos de la competición.

«En un ejercicio de responsabilidad –aplaude O’Callaghan– han decidido no jugar en la Asobal». Campeones de Europa (2001) y de liga en dos ediciones, la renuncia de los navarros ha sido un duro golpe para este deporte, aunque el presidente de la Federación de Balonmano , Juan de Dios Román, se muestra optimista ante el futuro. «Los dirigentes estamos más obligados que nunca al ejemplo y a la responsabilidad. Debemos superar los escollos para seguir ofreciendo resultados positivos», explica. Visión compartida desde la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS). La máxima categoría se ha reducido a 14 equipos por la renuncia de Carnicer y Talavera. «Sus dirigentes han tomado una decisión valiente y responsable. Mejor ahora que en mitad de la competición», aseguran a este periódico desde la LNFS.

Las situaciones generadas por la crisis han sido rocambolescas. Valladolid y Estudiantes, descendidos en las canchas, se mantienen en la ACB porque los clubes que debían haber ascendido para ocupar sus puestos no pudieron cumplir con el pago del canon de inscripción. Semanas más tarde, el CB Canarias, uno de los damnificados, lograba de rebote el objetivo al caerse de la competición el Lucentum Alicante asfixiado por su economía.

La crisis no entiende de sexo, pero ha golpeado más a las chicas. Al generar menos ingresos que el masculino, el deporte femenino ha chocado contra el muro al buscar patrocinadores, en desbandada con la llegada de las vacas flacas. Uno de los danmificados a sido el Elda Prestigio. Problema que agrava el tijeretazo de las instituciones a las subvenciones en las que los clubes habían encontrado el balón de oxígeno durante años. Dinero que en muchos casos garantizaba los gastos de inscripción. Cantidades que para grandes clubes de fútbol serían calderilla han resultado un obstáculo insalvable en disciplinas con menor seguimiento mediático. « El pastel de la financiación privada se distribuye en deportes concretos. Se cuentan con los dedos de una mano los que tienen recursos para crecer al margen de los presupuestos institucionales», asegura Juande Dios Román.

Para mantenerse a flote, todo sacrificio vale, alguno muy doloroso. Muchos clubes han renunciado a Europa para no multiplicar gastos y poder seguir compitiendo en España. En el caso del voleibol, de los ocho equipos (cuatro masculinos y cuatro femeninos) que se habían ganado la plaza en el continente, solo el Caja 3 Teruel hará acto de presencia. No hay otra solución. Para el Quesos Entrepinares acudir a Europa como campeón de la liga de rugby sería «un suicidio». «Estaríamos por encima de nuestras posibilidades, un mal que ha tenido este país», explicaba José Antonio Garrote, presidente del club vallisoletano.