La «Historia Militar de España» presenta batalla

«Hemos llegado vivos a este tercer tomo», bromeaba Hugo O’Donnell , director de esta Historia Militar de España , al recordar la batalla por la publicación de esta ambiciosa actualización científica, respaldada por la Real Academia de la Historia y realizada en el contexto internacional de las Comisiones de Historia Militar que existen, como en nuestro país, en el resto de las potencias históricas.

La obra –editada por Laberinto con el patrocinio de la Fundación Areces – está destinada a estudiosos pero abierta a un público bastante más amplio. Y es ejemplar y novedosa –en nuestros lares– por la rica convivencia que plantea entre la mirada del historiador académico y la del historiador militar , ya que ambas aportan tanto el rigor como la sapiencia táctica y técnica propia del soldado.

El tercer tomo está dedicado a la «Edad Moderna. Ultramar y la Marina». La obra arrancó en la Prehistoria donde «aparecen tempranamente características propias que eran de nuestro interés –según O’Donnell–. España como tal se reconoce mucho antes de los Reyes Católicos». Esta tercera entrega relata un periodo en el que España mantiene una guerra ofensiva en el Mediterráneo (Lepanto) y también se vuelca en el Atlántico, con toda la gloria y todos los problemas que ello trajo, como la posterior lucha contra Inglaterra por la hegemonía.

Cada episodio habla de gestas difíciles de comprender , de conquistas de imperios con el apoyo de poco más de quinientos caballeros, de la asunción de peligros sin número y del temor que despertaba, por ejemplo, el abordaje de los tercios en los barcos enemigos . Por ese temor, entre otras cosas, la armada inglesa mejoró su artillería, con el fin de evitar el «beso» entre las naves.

Pero además, los historiadores que han recopilado todo el saber disponible sobre nuestra historia militar hacen recuento del día a día de los soldados , que eran tan versátiles que podían tanto luchar como construir barcos si era preciso allí en América, donde había que valerse con las fuerzas disponibles y lo que hoy llamamos «productividad» era de excelencia. De la mano de historiadores militares sobre todo, el libro aporta muchos detalles sobre la complicada logística que precisó un ejército de plumas además del de espadas y picas y sobre las tácticas, que hacen de esta obra un verdadero viaje en el tiempo.

Al igual que cada tomo lo dirige un académico de la Historia especialista en la época, cada capítulo es encargado a un estudioso que aporta a la obra un tono coral y diverso en el que el extensísimo aparato documental permite seguir las vías de investigación en los archivos. Precisamente de los centros documentales de la Armada salen muchas de las novedades –históricas y militares, algunas asombrosas– de esta obra.

La riqueza archivística naval, que tanto valor ha demostrado en el juicio de España contra el expolio de Odyssey , no acaba de encontrar valoración suficiente entre nuestras autoridades. Preguntados sobre el estado de algunos fondos en peligro –afectados por la cancelación de un proyecto de unificación de archivos en Villanueva de la Cañada , tal y como publicó ABC– el general Alfonso dela Rosa Morena, actual presidente de la Comisión de Historia Militar, declaró que «podemos decir que queda mucho por descubrir y por trabajar aún en nuestros archivos».

«La historia es enemiga de toda leyenda, negra o de cualquier otro color», añadió O’Donnell. En su opinión, la militar es una historia de superación en la que se ven raíces o valores espirituales que vienen desde Viriato .

Entre los autores de esta entrega destacan Mario Hernández Sánchez Barba, Marina Alfonso Mola y Carlos Martínez Shaw, Carla Phillips, José María Blanco Núñez, Fernando Marías o el almirante José Ignacio González-Aller.