REAL MADRID
Cristiano Ronaldo, un ganador hecho a sí mismo
Desde niño quiso triunfar. Figo alucinó al verle entrenarse en solitario con 15 años, en el Sporting. Si no marcaba, se enfadaba
TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN
Nació al lado de un balón de fútbol. Conoció los entresijos de este deporte desde que tenía tres años y su padre le llevaba a los entrenamientos del Andorinha, el equipo de su barrio en Funchal, allá en la isla de Madeira. Papá era el ... utillero del equipo. Cristiano Ronaldo (Funchal, Madeira, 5-2-1985) vivió la adrenalina del fútbol siendo el talismán de aquellos mayores que intentaban ganar cada domingo. Escuchó a los entrenadores gritar, mandar y enfadarse con los jugadores. Vio los enojos de los futbolistas cuando eran cambiados. Sintió el despecho de los suplentes. Cristiano asimiló todas las grandezas y miserias desde niño. Y quiso ser el mejor . El goleador. El más grande.
Quería triunfar en su isla para que el Benfica, el Oporto o el Sporting de Lisboa le vieran y le ficharan. Pronto supo que debería ser muy bueno para escapar de Madeira. Vivía en medio del Atlántico, lejos de la Portugal peninsular. No era fácil ser observado por los espías de los clubes. Pero la fe mueve montañas. Estaba obsesionado con ser una figura y ser reconocido en su país. Su padre le dijo que debería dedicarse totalmente a ello si quería vivir del fútbol. Cristiano se centró en ello.
No tuvo una juventud como otros chavales. A los nueve años estaba monopolizado por el balón. Solo pensaba en goles. Siempre quería ser el número uno. Se enfadaba si no conseguía un tanto. Si alguien hacía más goles que él, se disgustaba . Tenía impregnado en su mente que debía ser el mejor en cada partido. Mensaje de padre. Nada de conformismo. Si no has destacado en el partido, no has hecho nada, has perdido el tiempo. No puede ser. Cada encuentro es una oportunidad de demostrar tu valía.
Cuatro divisiones en un año
Gracias a Dios, sus genes eran portentosos y ayudaban a que esa voluntad férrea se apoyara en unas condiciones físicas excepcionales. Algo tienen los madeirenses para ser distintos. Desde hace siglos comen pescado, verduras, hortalizas y ese bacalao a la brasa que Dolores, la madre de Ronaldo, le prepara como una especialidad que no puede dejar de degustar cada poco tiempo. Esa alimentación sana ha hecho del futbolista luso «el atleta del siglo XXI» . Butragueño le definió bien.
A los once años era una estrella. Anotaba muchos goles. Se escapaba por la banda. Se iba por velocidad. El Sporting de Lisboa le echó el ojo . Le fichó. Dejó al Benfica y al Oporto en fuera de juego. Pronto, el chaval demostró que era un estrella en ciernes. Cristiano vislumbró la oportunidad de su vida. Aurelio, el entrenador de la cantera del Sporting, fue como un padre para él. Enjuto, delgado, todo fibra, sin un gramo de grasa , su rapidez, su nervio, su brío, su velocidad y su agresividad eran un compendio de características que unidas a su calidad le convirtieron en una figurita. Estuvo cuatro años en el Sporting, desde 1997 a 2001.
Ronaldo es el único jugador de la historia que en una sola temporada pasó por cuatro equipos de las categorías inferiores y debutó con la primera plantilla. Sucedió en la campaña 2000-01. Tenía quince años.
La oferta de Ferguson
Luis Figo se quedó sorprendido cuando supo que el niño se entrenaba por las tardes en el Sporting, en solitario, para continuar su evolución. Estaba predestinado para ser alguien muy grande. Dos campañas después, en el verano de 2003, Ferguson le fichó.
Llegó al Manchester United a jugar un partido con el conjunto portugués y se quedó admirado de la velocidad, la valentía y el disparo del chaval. Cristianito ganaba entonces 1.500 euros al mes en su equipo franjiverde. Sir Alex le contrató con una ficha anual de ciento cincuenta mil euros. Chiribitas en los ojos.
La progresión del portugués en el United fue prodigiosa. Estuvo seis años, desde 2003 a 2009, y Ferguson le mejoró el contrato cinco veces . Era una estrella con los pies en el suelo. En Inglaterra no se vive de los réditos. Si no se funciona en un encuentro, te sientan. Jugaba escorado a la izquierda, no era un delantero centro nato. Triunfó.
El sueño blanco
En 2006 aprovechó la oferta de Villar Mir, candidato a la presidencia del Real Madrid, para negociar su mejor ascenso económico en el Manchester. Seis millones anuales. Desde entonces, Ferguson supo que el sueño de CR7 era militar algún día en el Real Madrid .
Lo consiguió en 2009. El conjunto británico obtuvo 95 millones de euros. El traspaso más caro de la historia . Lo mejor es que el ariete ha correspondido a su precio. En tres años y tres meses ha marcado 150 goles. Ya es el décimo rematador de la leyenda blanca. Y, lo más importante, se ha erigido en imprescindible , un hecho que no gusta en ningún sitio y menos en un club grande. Decidió la Copa del Rey ganada con Mourinho en 2011. Fue clave en la consecución de la Liga 2011-12, con sus golazos y su sentencia personal en el Camp Nou. Y ahora ha solucionado una crisis con la victoria en la Supercopa frente al Barcelona, después de empatar con el Valencia y perder en Getafe. Lo malo es que ha generado otra. Sabe que es decisivo y ahora esgrime esa relevancia para exigirle al Real Madrid que lo exprese en todos los ámbitos.
Si todos los futbolistas son egoístas, CR7 lo es más. No intenten entender a una estrella. Vive en otros parámetros . Marca golazos que ni usted ni yo lograríamos. Exige que se lo digan. Responde en el campo cuando el equipo más lo necesita y luego, fuera del césped, se cobran la pieza. Exige que le digan que es el mejor. Que el club lo exponga. Pide que el Real Madrid le defienda en todos los ámbitos como el número uno del mundo. Solicita que no paren de decirlo para recibir los grandes premios del fútbol. No mira por nadie. Piensa que su club tiene esa obligación y se olvida de que la entidad debe apoyar también a Casillas. Pero de eso nada. Solo a mí. Las figuras son así. No intenten entenderlas. Es imposible.
Ahora ha explotado porque opina que el Real Madrid ha de exponer el liderazgo de su futbolista sin fisuras. No pide dinero por una cuestión meramente económica, enjuicia que el club ya debería haberle llamado y mejorado su contrato como una extensión de ese reconocimiento internacional que debería brindarle constantemente. No intenten comprenderlo. Son así.
Ahora, la casa blanca busca cómo solventar la crisis fomentada por su estandarte. No le gusta ir a remolque. Ya estudiaba una renovación. La reacción del jugador ha transformado el futuro acuerdo en una obligación. Las estrellas no piensan en sus equipos, solo en ellas. Triunfan, pero el coste es muy caro. Económico y social.
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