La crisis pone «nerviosos» a los piratas somalíes

«Se producirán más asesinatos si continúan mintiéndonos. Tras más de dos años hemos perdido la paciencia», asegura el líder pirata.

Bajo bandera panameña, el navío retenido contaba con 18 tripulantes de nacionalidad siria y uno de Sri-Lanka, en el momento del abordaje. Un carga humana, para cuya liberación los piratas habían exigido un pago cercano al millón de euros . Sin embargo, a finales de agosto y ante la ausencia del dinero, el nerviosismo comenzaba a apoderarse de los criminales.

Y no parece extraño ante la crisis abierta en sus filas . Según cifras de la Oficina Marítima Internacional, el último ataque con éxito protagonizado por bucaneros en las costas de Somalia se remonta ya al pasado 19 de junio, cuando un “dhow”, una pequeña embarcación local, fue asaltada. De igual modo, el más reciente intento de abordaje a un navío occidental se producía tan solo siete días después (en aquella ocasión, los piratas intentaron asediar un buque bajo bandera de Malta).

Cifras, aún más críticas si ampliamos la perspectiva temporal. En lo que va de año se han producido 70 ataques y 13 secuestros de buques . Sin embargo, de las 187 acciones que se produjeron en las costas de Somalia y el Golfo de Adén en los primeros seis meses de 2011, tan solo 22 resultaron exitosas y condujeron a la captura de la tripulación. Unos números que contrastan con el 50% de éxito que conllevaba este tipo de ataques en 2008.

Así que ante la llegada de nuevos secuestros, el futuro de la piratería se encomienda a las tripulaciones ya capturadas. Aunque con poca esperanza.

Como destaca Alec Coutroubis, de la Universidad de Greenwich, en el periodo 2008-2011, las nacionalidades del 75% de los secuestrados en aguas del Índico se limitaron a tan solo diez países : Filipinas, India, China, Turquía, Rusia, Ucrania, Tailandia, Sri-Lanka, Rumania y Bulgaria. Sin embargo, en el caso de los filipinos (26% del total), su Gobierno históricamente se ha mostrado reacio a entablar negociaciones con los bucaneros para el pago de rescate, por lo que el cautiverio de gran parte de estas tripulaciones se posterga ya desde hace más de dos años (el tiempo medio es cercano a los cinco meses).