El Comercial, el otro viejo café literario que sobrevive a la crisis en Madrid
La capital de España llegó a tener en el siglo XIX y principios del XX más de 100 cafeterías en las que se reunían escritores y artistas. Ya sólo quedan el Gijón y este lugar
guillermo llona
Durante el siglo XIX y principios del XX, Madrid llegó a tener más de 100 cafés en los que se reunían los más conocidos escritores y artistas patrios. Muchos de estos lugares se encontraban en el corazón de la ciudad, la Puerta del ... Sol . Pero el tiempo y las crisis, una detrás de otra, han ido mermando la especie, que ahora se encuentra en peligro de extinción. De aquellas viejas cafeterías de tertulia ya sólo quedan dos. Al igual que el Café Gijón , que acaba de salvar su mítica terraza -y la vida- tras la renuncia del adjudicatario que en concurso se había hecho con ella, el Café Comercial también se resiste a morir contagiado de la enfermedad económica que sufre España.
«Estábamos trabajando 24 personas antes de la crisis y seguimos los mismos»
Andrés Jiménez Contreras , gerente e hijo de una de las dueñas del Café, cuenta a ABC que «la crisis no ha afectado al Comercial como para alarmarse». «Como mucho podremos haber bajado un 5% de ventas» , asegura. En este lugar, la primera cafetería en emplear camareras, no se han visto obligados a despedir a nadie. «Trabajábamos 24 personas antes de la crisis y seguimos los mismos. Tampoco hemos tenido que bajar los precios, claro que los del Comercial no son como los del Café Gijón , aquí un café en sala cuesta 2,30 euros y allí 4,20», explica el gerente.
Galería de imágenes : Los viejos cafés literarios de Madrid
Al Café, que se encuentra en la Glorieta de Bilbao, sigue acudiendo el mismo número de clientes. «Del total, un 65% son fijos que vienen al Comercial todos los días», asegura Jiménez Contreras. La crisis no les ha obligado a recortar por ningún sitio. Es más, en este bar que frecuentaban Blas de Otero y José Hierro , y al que ahora suele acudir Arturo Pérez-Reverte , han invertido dinero en una puesta a punto. «Hemos instalado pulverizadores de agua en la terraza y hemos mejorado la sala, donde hacemos presentaciones de libros, lectura de poesía y actuaciones del Club de la Comedia», afirma el gerente.
«Kilómetro cero» de las tertulias
Algunas de las más insignes cafeterías literarias de Madrid se encontraban en pleno centro de la ciudad. El mundo de la cultura de entonces se reunía en la Puerta del Sol a tomar café, costumbre que nació en la Viena del siglo XVIII. En el «kilómetro cero» se encontraba el Nuevo Café de Levante , del que un mito como Valle-Inclán dijo que «ha ejercido más influencia en la literatura y en el arte contemporáneo que dos o tres universidades y academias».
A los pies del entonces Hotel París, en el edificio ahora fantasmagórico que en los últimos tiempos ha estado coronado por el famoso cartelón de Tío Pepe , se encontraba el Café de la Montaña . También era conocido por el nombre de «café de la pulmonía», porque por sus 16 puertas entraba un frío que pelaba durante el crudo invierno madrileño. Era otro de los cafés preferidos por Valle, que de hecho frecuentaba todos los que podía, y se convirtió en el más trascendental de su vida. Allí perdió un brazo.
Ángel del Río López cuenta en Los viejos cafés de Madrid que en una discusión con el periodista Manuel Bueno Bengoechea , que en el 36 moriría fusilado por milicianos anarquistas, Valle-Inclán intentó tirarle una jarra de agua. Bueno respondió con un bastonazo que hundió un gemelo de la camisa del dramaturgo en su muñeca izquierda. La pequeña herida se gangrenó y a Valle le tuvieron que amputar la extremidad. No pasaba nada, le quedaba la mano de escribir. Puro esperpento.
La herida se gangrenó y a Valle le tuvieron que amputar la extremidad
Muy cerca del «kilómetro cero», hubo otros importantes centros de reunión de la intelectualidad de la época. Los de la generación del 98 también se reunían en el Café de Fornos , que se encontraba en la confluencia de Alcalá y Virgen de los Peligros y cuyas paredes estaban cubiertas por grandes espejos. Por su parte, los del 14 o «generación de Ortega» , se reunían en el Antiguo Café y Botillería de Pombo , en la calle Carretas, también muy cerca de Sol. Allí, el escritor Ramón Gómez de la Serna organizó su tertulia, en la que estaba prohibido hablar de la guerra.
Ochenteros y reconvertidos
En Madrid aún permanecen en pie dos cafés literarios que, a pesar de haber nacido en los años 80 del pasado siglo, se han convertido en lugares referentes de la tertulia política y artística. Junto al Palacio Real se encuentra el Café de Oriente , que dispone de una espléndida terraza. A él suelen acudir, entre otras celebridades, Su Majestad el Rey y Plácido Domingo . Solía frecuentarlo Antonio Mingote y en su mesa 9 desayunaba siempre el alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván . También es muy conocida la cafetería del Círculo de Bellas Artes , en la calle Alcalá. La llaman «la pecera», por sus grandes ventanales.
Otros antiguos cafés de la capital que solían ser frecuentadas por escritores y artistas son ahora «pubs» irlandeses. Es el caso del Café del Príncipe , hoy El Parnasillo del Príncipe, junto a la Plaza de Santa Ana, y La Fontana de Oro , que dio nombre a la primera novela de Benito Pérez Galdós y se encuentra en la calle Victoria, entre Sol y Santa Ana.
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