El perfecto divorcio de Katie Holmes

Su show formará parte de la Semana de la Moda de Nueva York , un trampolín insuperable para un proyecto joven que recibirá la atención de jueces internacionales de la moda como Anna Wintour, editora de «Vogue» en Estados Unidos, y de infinidad de celebrities que acuden a la Gran Manzana para tomar ideas con las que renovar su vestuario.

En su página web , la marca Holmes & Yang se define como el proyecto creado por dos amigas y colaboradoras en busca de prendas únicas e intemporales, y explican que se han decantado por crear colecciones pequeñas con diseños cuidados hasta el más mínimo detalle. Entre las prendas que se podrán ver en la pasarela estarán una cazadora de cuero blanco estilo «biker jacket» o un sencillo vestido negro de inspiración clásica.

La nueva firma seguro se beneficiará del interés que genera Holmes, quien en las últimas semanas ha colaborado como juez invitada en el programa televisivo de diseño de moda «Project Runway», además de anunciar su participación en «Dead accounts», una comedia que se estrenará en Broadway en noviembre.

Pero su carrera no es lo único a lo que Holmes le está prestando toda su atención en las últimas semanas. Desde que se trasladó oficialmente a Nueva York para poner tierra de por medio entre ella y su exmarido, la actriz ha tenido que rehacer su vida en muchos aspectos.

El primero fue asegurarse de que a Suri, la hija que tuvo con Cruise y cuya custodia ha ganado, no le faltaba de nada. La pequeña de seis años ya está apuntada a clases de gimnasia rítmica en un centro deportivo al que acude alegremente un par de veces por semana, y pronto comenzará las clases en Avenues, un centro educativo privado y no religioso por el que Holmes pagará más de 30.000 euros al año. Una cantidad nimia si tenemos en cuenta que Cruise le va a pasar una pensión anual de más de 300.000 euros .

Holmes escogió este colegio por su seguridad y por su cercanía con su nueva residencia en el barrio de Chelsea, donde la actriz ha alquilado un apartamento en un edificio de lujo ubicado en la Séptima Avenida. El inmueble, en el que han vivido otras estrellas como Marc Jacobs o Penélope Cruz, cuenta con comodidades como gimnasio, piscina y una azotea con vistas a la Estatua de la Libertad.

Ahora, lo único que le falta a Katie Holmes para recuperar completamente la normalidad es desvincularse definitivamente de la iglesia de la Cienciología . Este culto fue el principal motivo por el que Holmes se divorció de Cruise, uno de los seguidores y promotores más acérrimos de la iglesia fundada por Ron Hubbard.

Fue el pasado 29 de junio cuando, para sorpresa de muchos, Holmes presentó su solicitud de divorcio de Tom Cruise en los juzgados de Manhattan. El fin de su matrimonio pilló al actor completamente por sorpresa , ya que Holmes había orquestado sus reuniones con abogados y demás gestiones con una discreción inverosímil y valiéndose de teléfonos de prepago.

Tanto secretismo fue necesario para evitar que la cienciología intercediera en la ruptura y poder alejar a Suri de este credo, muy popular entre las estrellas de Hollywood, de la manera más rápida y discreta posible. Por eso, Holmes incluyó en su acuerdo de divorcio que Suri no podrá asistir a ningún evento relacionado con la cienciología. La actriz y diseñadora prefiere para su hija una formación similar a la que ella recibió en su infancia en el seno de una familia católica, por lo que se han registrado en la iglesia de St. Francis Xavier, ubicada cerca de su nuevo hogar .

Pero desprenderse de las redes de la cienciología no será tarea fácil. Otros que lo intentaron en el pasado vieron cómo los seguidores del culto se entrometían en su futuro truncando planes personales y profesionales.