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ARMAS DE MUJER

Futuras mujeres policía… preparadas, listas, ¡ya!

El número de valientes en el Cuerpo se ha incrementado tanto que la Academia está cada vez más preparada para recibir nuevas alumnas

Futuras mujeres policía… preparadas, listas, ¡ya!

ELENA JIMÉNEZ

Aguilera, Alcaide, Alonso, Álvarez, Angulo, Ariza, Arnanz, Arranz, Barbas, Baudin… así hasta nombrar a los 153 alumnos que formarán parte de la nueva promoción de policías. Empieza la cuenta atrás. Los futuros agentes comienzan a llenar sus maletas de tensión y nervios en su camino a la que será su casa durante nueves meses a partir del 17 de septiembre: la Academia de Policía Nacional de Ávila. Las más preocupadas por "qué pasará" son ellas. Este año, 43 chicas engordarán la lista de mujeres policía que se suman ahora a esta profesión desde que naciera la primera hornada de valientes, en el año 1979.

Poseer la educación secundaria obligatoria, tener entre 18 y 30 años, ser español y contar con los permisos de conducir B, A y BTP son solo los primeros requisitos que los futuros policías se encontraron en su camino. Después llegaron los temarios, los apuntes y las horas de academia voluntaria a la que se aconseja acudir para comprender mejor lo que tienen entre manos. La estrategia fundamental es compaginar las horas de biblioteca con la preparación física, imprescindible para aprobar el primer examen. En este punto, las chicas son blanco de críticas ya que el mínimo para aprobar es algo más generoso en comparación con los chicos. Sin embargo, dentro de la academia no existirán diferencias y todos los alumnos vivirán situaciones previsiblemente reales con las que seguramente se encuentren en un futuro. Todos deberán conservar sus botas limpias sin saltarse ni una de las principales normas del centro: "disciplina, orden y respeto".

Arrastrando la tradición de años anteriores, en las puertas de la academia, acompañados de amigos y familiares, saltan los recuerdos de cuando la benjamina de la familia dijo aquello de "papá quiero ser policía". Así lo vivió Carmen Ridruejo hace un año cuando ella y su amiga, Ana Calderón, consiguieron, después de tres intentos, que sus nombres fueran acompañados del tan ansiado 'APTO'. Su aprobado las mandó directamente a la entrada de la academia donde sus familiares, agotando sus últimos cartuchos, les decían: "Pero hija, ¿seguro que quieres ser policía?". Ahora, ambas acostumbradas a que les llamen Ridruejo y Calderón, comparten la sensación de que esto es "el paso más importante que han dado en sus vidas".

Aunque la situación de crisis que vive España ya planeaba el año pasado, las dos agentes se sorprenden al conocer que las motivaciones con las que una buena parte de los alumnos entran en la academia no son las mismas que las que tenían ellas cuando cogieron los libros por primera vez. Algunas son vocacionales, otras familiares y en la mayoría de los casos, económicas. Aunque muchos aspirantes se dejan conquistar por "un puesto de trabajo estable para toda la vida", ambas agentes insisten en que el sueldo de un Policía Nacional varía en función de la unidad donde se trabaje, el lugar del destino y el puesto que ocupes, sin contar los riesgos que conlleva pertenecer a un cuerpo de estas características.

Mujeres con agallas

La pionera en abrir la puerta a las mujeres fue la Policía Municipal de Córdoba en el año 1971. Para que ocurriera lo mismo con la Policía Nacional, el sector femenino tuvo que esperar hasta 1979, momento en el que 29 mujeres estrenaron la primera cosecha de futuras mujeres policías que, por entonces, realizaron el curso académico en Madrid y juraron el cargo para ser inspectoras de lo que se denominaba Cuerpo Superior de Policía. Sería en el año 1980 cuando Ávila se tiñese de azul para recibir a la segunda promoción, aunque los futuros agentes se repartieron entre Ávila y El Escorial. A lo largo de los años, las valientes se han incrementado a tanta velocidad que han conseguido altos escalones dentro del cuerpo. En la actualidad, según datos facilitados por la Policía, hay una comisaria principal, diez comisarias, 117 inspectoras jefes, 558 inspectoras, 441 subinspectoras y 850 oficiales de policía y 6.697 policías.

Hoy, 33 años después de su nacimiento, la sociedad les da las gracias por haber impulsado la igualdad de derechos entre hombres y mujeres policías.

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