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«La obra de Amparo no acabá con su muerte, continuará»

Cientos de seguidores de la vidente de El Escorial asistieron ayer a su funeral

«La obra de Amparo no acabá con su muerte, continuará» abc

TATIANA G. RIVAS

Prado Nuevo despidió este domingo a A. C. , la conocida como vidente de El Escorial desde que en 1981 anunciara la aparición de la Virgen de los Dolores en un fresno de este mismo paraje. Más de un millar de personas, de todas las edades y nacionalidades, se congregaron en el lugar para asistir a su funeral. [Pincha aquí para ver las imágenes del fenómeno A. C.]

El acceso al recinto estaba meticulosamente controlado por personal de la congregación de la Virgen de los Dolores, fundada por la vidente. El objetivo era evitar la entrada personas que quisieran boicotear el acto religioso. También se vetó la entrada a algunos medios de comunicación . Pedro Besari, portavoz de la comunidad religiosa, se encontraba en una de las puertas. Con voz calma manifestó: «La obra de Amparo no acaba aquí, con su muerte continuará para ayudar a los más necesitados. Por ejemplo, en Pesebre, la aldea donde ella nació, vamos a construir un edificio de 5.000 metros cuadrados para acoger a medio centenar de ancianos».

A las 18.50 de la tarde llegaba el féretro con los restos de A. C., que falleció el pasado viernes, día 17, en un sillón de su chalé de El Escorial a los 81 años. El féretro fue transportado por varios miembros de la mencionada comunidad hasta el fresno donde ella había señalado la aparición de la Virgen. Durante todo el trayecto, las campanas de la recién construida capilla - autorizada por el Arzobispado de Madrid - no cesaron de sonar.

El féretro se depositó junto al cuadro de la Virgen de los Dolores del fresno, envuelta en el aroma que habían impregnado los incensarios. Todos los familiares -hijos y nietos- de la vidente la rodearon entre lágrimas mientras se rezaba un responso de tres minutos. Los sacerdotes de la congregación de Cuevas y las Hermanas Reparadoras oraron junto a los parientes. Después, el ataúd fue trasladado hasta la capilla, que era inaugurada con la celebración del funeral.

«Ella tenía claro que moriría cuando se construyera la capilla», comentaba Besari. Su levantamiento, según el testimonio de Cuevas, es lo que le había pedido la Virgen cuando se apareció en 1981: un lugar donde meditar sobre la obra de Jesucristo.

Un invitado «indeseado»

Juan Carlos Bueno, presidente de la Asociación de Víctimas de las Supuestas Apariciones, acudió a Prado Nuevo para denunciar ante los medios de comunicación, en un tono bastante alterado , la «estafa» de esta «secta», como él la considera. Los fieles de A. C. que iban llegando reprobaron su actitud en repetidas ocasiones: «Al menos respétenos en un día doloroso como este».

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