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Tras el misterio de Amancio Ortega

En Busdongo de Arbas, su pueblo natal, no le recuerdan. En la primera tienda de ropa donde trabajó con 14 años, no quieren hablar de él. Su primera fotografía apareció en el 2000. No concede entrevistas. Es el tercer hombre más rico del mundo

Tras el misterio de Amancio Ortega ABC

ISRAEL VIANA

Cuando uno llama a Busdongo de Arbas preguntando por algún recuerdo del hijo del ferroviario convertido hoy en el tercer hombre más rico del planeta, nadie lo tiene. Da igual que telefoneemos a uno, dos o cinco vecinos –la localidad no tiene muchos más, 60 en la actualidad–. La respuesta es siempre la misma. Nada. En el Ayuntamiento solo conservan la partida de nacimiento: Amancio Ortega Gaona , nacido el 28 de marzo de 1936. Eso es todo.

El misterio parece siempre haber sido la máxima de este atípico hombre de negocios leonés que ha construido desde la nada el mayor imperio textil del planeta, acumulando una fortuna de 38.000 millones de euros a sus 76 años . En marzo ascendió al quinto puesto en el ranking de los hombres más ricos del mundo que realiza Bloomberg. Hace un mes alcanzaba el cuarto y ayer superaba al presidente de la firma de inversiones Berkshire Hattaway, Warren Buffet , ascendiendo a la tercera plaza .

EFE

Quizá por ello resulte extraño que en Busdongo de Arbas nadie se acuerde del Amancio niño, siendo tan común en España que los ayuntamientos aceleren el reconocimiento de sus vecinos más emblemáticos y les dediquen calles o plazas. «Aquí nadie se acuerda de él. Han venido muchos periodistas desde que comenzó a hacerse famoso y ninguno ha conseguido nada. Ni tan siquiera mi padre y los más mayores tenían un recuerdo de él, aunque fueran de la misma edad y esto sea un pueblo pequeño», cuenta María, una vecina del municipio, que saca pecho asegurando que allí «también nació José Luis Gutierrez», el exdirector de Diario 16 y premio Luca de Tena, recientemente fallecido .

No le recuerdan a él, ni a su padre, algo especialmente singular si tenemos en cuenta que, aunque vallisoletano de nacimiento, fue durante algunos años ferroviario de esta localidad leonesa que durante la década de los 40 del siglo XX se convirtió en un importante nudo de comunicaciones en tren.

Amancio, el dependiente

Tenemos que irnos a La Coruña para seguir la pista de Amancio Ortega. En concreto a la camisería Gala en la que comenzó a trabajar con tan sólo 14 años, después de que su familia se trasladara a la ciudad gallega. Allí, tampoco quieren hablar de él. No hay mucho que contar, dicen. «Qué te voy a decir. Pues nada. Trabajó aquí, sí. Repartía las camisas. Si es que llamáis muchos y no hay nada que contar. ¡Qué te voy a decir!», responde a ABC uno de los regentes de la tienda, José Constantino , algo hastiado por el afán de la gente de meterse en la vida del magnate de Inditex, con el que trabajó cuando ambos eran niños.

REUTERS

Un afán que quizá ha alimentado el propio Amancio con esa perseverancia por pasar desapercibido para el resto de los mortales. Pero la discreción parece complicada si uno lleva colgado del cuello la medalla de bronce de los hombres más ricos del planeta . Aún así, a Ortega no se le ha dado nada mal.

El hijo de familia humilde, casado en segundas nupcias, padre de tres hijos, aficionado al fútbol y antaño asiduo a los partidos del Depor en Riazor , siempre ha sido siempre un hombre lejos de los cánones de multimillonario, según cuentan los que le conocen. «Hasta hace pocos años vivía todavía en un quinto o sexto piso con vistas a la playa de Orzán, en Coruña», asegura un conocido de Amancio que prefiere no dar su nombre.

El dueño de Inditex siempre ha huido del centro de la actualidad y apenas ha concedido entrevistas a los medios de comunicación. Los que tienen la suerte de haberle visto, aseguran que es una persona seria, discreta, aficionado a las camisas azules y poco amigo de las corbatas.

Nada de fotografías

Hasta hace unos 15 años, cuando ya era el hombre más rico de España y uno de las mayores multimillonarios de Europa, era imposible hacerse con una imagen suya. Y eso que, además de Zara, ya había creado firmas como , Bershka y Oysho , y había adquirido el grupo Massimo Dutti (1995) y Stradivarius (1999).

EFE

Aún así, su primera fotografía en prensa no se publicó hasta el año 2000, poco antes de que Inditex saliera a bolsa. Les tenía una fobia casi tan grande como su temor a volar, obstáculo que ha tenido que superar por la dimensión creciente de su compañía.

Así, en 1990, compró un avión Falcon 900 por 2.500 millones de pesetas. Cuando no era utilizado por la empresa, se alquilaba, dándole preferencia al equipo de trasplantes del hospital Juan Canalejo (La Coruña) . En 2000, jubiló este aparato y lo sustituyó por un jet Bombardier. Poco avión, quizá, para un hombre que ha conseguido llegar a lo más alto

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